𝐈𝐭'𝐬 𝐦𝐢𝐧𝐞© {Brightwin}

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Sus labios rozaron la curva de su oreja cuando se inclinó para hablar, e incitó una ola de piel de gallina sobre su cuerpo.

—Te dije que ese no era el momento para hacerlo, te lo advertí.

—S-Solo e-estaba jugando..—tartamudeó.

—Mmhm, entonces quiero jugar también.— ronroneó, los labios del alfa todavía estaban contra su oreja. Los ojos del omega amenazaron con rodar hacia atrás en su cabeza ante la sensación de su aliento en su cuello.

El alfa retiró la corbata que estaba en el mismo lugar y cubrió sus ojos con ella, cegándolo de cualquier movimiento. 

—Necesito saborearte—murmuró. Sintió que su corazón se aceleraba. El omega no tenía intención de resistirse. Mientras apoyaba una de sus manos en la pared. Sus labios finalmente encontraron los de él y pudo sentir a su omega. Podía saborear el dulce de sus labios. Los sonidos de la fiesta menguante se convirtieron gradualmente en el eco de una melodía lejana.

—Ni se te ocurra moverte.

Sus calzoncillos estaban bien protegidos y el alfa tiró de ellos hacia abajo, agarrándolo en su mano. Él se inclinó y lamió la punta de su pene, explorándolo lentamente con su lengua, Metawin colocó sus manos en su boca, aprisionando sus gemidos que amenazaban en salir, y llenar el sitio en cualquier momento. 

—Tranquilo..— murmuró, cuando él comenzó a acelerar el ritmo, codicioso por él, chupando con avidez. El castaño estaba por perder la cordura, no paraba de retorcerse. 

Separó un poco sus piernas y deslizó un dedo dentro de él.—Más— jadeó.— Agregó otro.

—Más—, insistió. Agregó un tercero y obró una especie de magia que nunca había sido capaz de hacer solo o con un vibrador. Golpeó magistralmente en el lugar correcto y tuvo un momento de desorientación antes de darse cuenta de que había chorreado su semen por el piso.

 Se sentía extraño, pero la liberación fue abrumadora. Sus piernas no parecían reaccionar, por un momento pensó que lo había dejado cojo.

—¿En dónde estaban? Los estuvimos esperando, opinamos que se habían ido.

—Tuvimos un pequeño inconveniente, algo insignificante, no te preocupes madre.

El omega se sostenía del brazo del azabache, cabizbajo. No podía caminar bien. Y aún se sentía atontado por lo último sucedido, aunque se había sentido increíble para él, le resultaba aún difícil de procesar que Vachirawit se haya vengado de él y de esa forma, nunca había experimentado algo así, lo veía tan dulce, tierno y de la nada, parecía un Bright completamente diferente. 

Pero eso era únicamente el comienzo.