Los ojos del alfa completamente apagados, buscaban débilmente el rostro de su amado, sin embargo lo último que vio fue la sonrisa macabra de Off, y a este alejarse. Y sin poder atrasarlo dio su un ultimo suspiro antes de cerrar sus ojos.
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Me tomó demasiado tiempo encajar todas las piezas del rompecabezas, no se me pasó nunca la idea de que mi vida entera había sido una vil mentira por las personas más cercanas a mí.
Pero no vengo aquí a quejarme de las cosas malas, vengo a decir la verdad. A contarla.
Todo empezó cuando tenía cuatro años, iba a una escuela privada con niños ricos recibía la atención del planeta entero, y mi familia era perfecta, hasta que...
Mamá enfermó, por alguna razón mi padre decidió no hacerse cargo de su enfermedad y deshacerse de ella enfrente de mí, ahogandola con una almohada mientras yo estaba en una esquina paralizado con mis manos entumecidas en mi pecho y el «pipipipi» de la máquina que medía su pulso. Después de su "muerte" me llevó a su mansión con su esposa. Su verdadera esposa, mi mamá solo gozaba de palabra, nunca del hecho. Cuando me trajo allí a pesar de ser un alfa pequeño, una ola de dolor y resentimiento se fué formando en mi interior. Y aunque tenía el calor y "amor" de una nueva familia, yo quería volver con mamá. Pero solo me quedaban sus cenizas en un jarrón viejo.
No tenía a nadie, y tras pasar los años mi cordura empezó a tender de una cuerda floja. Mis cambios de comportamiento fueron insoportables e indecentes para ellos. Aunque matar pájaros en el jardín con mis propias manos no era algo extraño, para ellos era una abominación. Así que un día de esos decidieron que la mejor opción de deshacerse de un alfa problemático sería en un hospital psiquiátrico. Allí me diagnosticaron hasta enfermedades que aún no habían sido descubiertas, y empezaron con un doloroso tratamiento que con el tiempo borraría mi memoria desde mi primer recuerdo hasta mi último pestañear.
Y podría asegurar que me desconfiguraron como una computadora y me instalaron el windows 10. O más bien eliminaron al antiguo Bright, para traer a uno que se portara como tal.
Y cuando salí, me asignaron tomar unas pastillas de por vida, que me ayudarían a mantener mi nueva personalidad, y durmiera a mi lobo por largos periodos de tiempo.
Tapándolo con que me ayudaría con mi problema de insomnio, nunca tuve insomnio. Los años pasaron, gané premios por participar en recitales, en concursos de idiomas y matemáticas. Mis padres parecían estar orgullosos de todos esos logros, sin saber que él llegaría a ponerme todo de cabeza.
El primer día en que lo vi iba a en primer año de universidad, nunca había visto un omega tan bonito como él. Esa sonrisa llena de superioridad hacía que temblara. Y aunque tenía algo de miedo porque desde hace un tiempo atrás ya me había empezado a dar cuenta de que mis problemas de ira se iban haciendo más frecuentes y varias personas a mi alrededor lo sabían, no pensé que estallaría aquella mañana después de la fiesta. Cuando me pidió que me fuera, así sin sentido como si fuera un perro. Escuché una vocecita en mi interior que dijo "Haz que se calle, ahora", sin embargo no pudo salir de mis labios y respondí torpemente. Y cuando llegué a casa supe que algo andaba mal conmigo, recordé que no había tomado la pastilla. Y una voz que no había escuchado hace mucho tiempo me habló, las pocas veces que hablé con mi lobo ocurrieron grandes desastres. Y por suerte pude contenerme ese día.
Pero ahora no tendŕe que contenerme jamás, ya no me da miedo lo que pueda pasar, ahora el viejo Bright es libre. Soy libre.
