*Esta fue mi primera historia, así que cuidado con el cringe :) *
Bella Hargrove, la chica nueva en el instituto de Hawkins.
Al contrario que su hermano, Billy Hargrove, siempre pasaba desapercibida, igual que su hermanastra Max Mayfield. Pero cier...
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Un día más, era hora de levantarse y prepararse muy deprisa para ir a trabajar. Vistiendo a trompicones y casi sin parar para desayunar, Bella salió rápidamente por la puerta de su nueva casa, corriendo hasta el coche de Jason.
—Buenos días —dijo la chica sin respiración y literalmente lanzándose al asiento del copiloto.
—¿Algún día aprenderás a levantarte a tiempo?
—Sabes que no.
Después de lo ocurrido en verano, Bella se había quedado sin trabajo, ya que después de la muerte de Hopper, Once se había mudado a California con los Byers, y ya no podía darle clases a la niña. Eso no quitaba que todavía tuviera que pagar su nueva casa, así que busco un nuevo trabajo, esta vez en la comisaría.
Obviamente, Bella no era ni sheriff ni ningún tipo de oficial, su trabajo no era más que como recepcionista, y consistía básicamente en atender al teléfono constantemente, lo cual, no era lo más emocionante del mundo.
—¿Preparada para un día más de gatos atrapados en árboles y señores viejos que se pelean?
—Si...—Bella alargó la última letra—. Que emoción. Tú por lo menos te mueves, yo tendré un maravilloso día contestando llamadas.
Bella había conocido a Jason en el trabajo. Literalmente había sido como si un ángel se pusiera en su camino, ya que hasta el momento, toda la gente que había conocido en la comisaría no resultaban ser del todo agradables.
—Por lo menos no tienes que aguantar al jefe Powell—respondió el chico.
El jefe, o como a Bella le gustaba llamarlo, "el reemplazo de Hopper", era un hombre al que habían mandado para hacer el trabajo del fallecido Sheriff.
¿El problema?
No era el hombre más agradable en Hawkins.
—Y estoy muy agradecida de ello.
Jason y Bella no tardaron mucho en llegar a la comisaría, en la que ya se notaba bastante movimiento. Cada uno acudió a su puesto, el de la chica no era más que un simple escritorio con un teléfono y un montón de informes que tenía que ir rellenando a lo largo del día.
La mañana resultó ser bastante tranquila, el teléfono no había sonado hasta el momento, por lo que la chica siguió con sus papeles relajadamente. A la hora del almuerzo, hizo un pequeño descanso junto a Jason, en el que ambos tomaron un café en la calle, ambos querían escapar de la comisaría.
—¿Has vuelto a hablar con Steve? —Quiso cotillear Jason.
Bella respiró profundamente.
—No, aun no.
—Bella, deberías hacerlo. Él te va a entender.
—Ya sé que lo va a entender, pero no quiero seguir haciéndole daño. No hablemos más de esto —se quejó y se dio la vuelta para volver a la comisaría.
