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Capítulo 21: "Confesiones."

No sabía qué hacer para que volvieran a ser ellos mismos

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No sabía qué hacer para que volvieran a ser ellos mismos. No dejaba de darles agua, y con mucha suerte, vomitar les habría ayudado a vaciar su estómago.

Llevaban un buen rato tirados en el suelo, hablando de tonterías, hasta que la cosa se puso seria y empezaron a hablar de sentimientos.

—¿Alguna vez te has enamorado? —le preguntó Robin a Steve—. Y no vale que digas Bella.

—Si. De Nancy Wheeler. El año pasado. —Steve hizo el sonido de una pistola.

—¿Podemos no hablar de esto? ¿Que tal si hablamos de unicornios? —añadí.

No es que estuviera celosa de Nancy, pero ya que Steve había estado con ella prefería no hablar del tema. Además, empezaban a decir cosas no muy buenas de la chica, y aunque no era la mejor persona del mundo, no se merecía esos comentarios.

—Venga chicos, ya vale.

—¿A ti te gusta alguien? —le preguntó Steve a Robin.

—Si —La chica me miró.

—¿Y él lo sabe?

—Steve, no seas cotilla —le dije.

—Lo sabe, pero es complicado. Tiene novio...

—¿Novio? —preguntó Steve confundido—. Dirás novia. Madre mía, como te tiene la droga...

—No Steve, tiene novio —Robin bajó la mirada.

—¿Qué? —preguntó el chico aún más confundido—. ¡Oh! —exclamó cuando entendió a lo que Robin se refería.

Que a Robin le gustaran las chicas no era ningún problema para nadie, mucho menos a nosotros. Era nuestra amiga y teníamos que respetarla. Cada uno tiene sus gustos, y eso incluye también la persona de la que te enamoras. El problema era que yo le gustaba, y no podía corresponderle, ya que estaba con Steve, y él me gustaba. Estaba enamorada.

—¿Y como se llama? —Steve puso cara de pervertido—. ¿Os habéis besado alguna vez?

Le dije que no a Robin con la cabeza. Intentando que no dijera nada, ya que seguramente me iba a meter en un lío.

—Si, hace unas horas. —La chica me volvió a mirar—. Se llama Bella.

—¡Anda, mira! Como tú. —Steve me señaló—. Espera, espera. ¿Hace unas horas? Si estábamos en el ascensor. ¿Bella? ¿Os habéis besado.

Baje la cabeza y asentí con la cabeza.

—No me lo puedo creer...—Steve pasó sus manos por su pelo.

—Steve, no fue nada, yo estoy contigo. —intenté acercarme a él.

—No me lo creo...— Se alejó de mí.

—Steve, fue cosa mia, Bella no tiene la culpa —le dijo Robin—. No piensas con claridad.

—Creo que pienso con más claridad que nunca, y deberíamos salir de aquí.

Steve se quedó pensativo, mientras que Robin me miraba, intentando pedirme perdón con la mirada. En realidad no estaba enfadada, sabía que la chica necesitaba sincerarse de alguna manera, quitarse aquel peso de encima, y aquella había sido la mejor forma. Rápida y directa. Sí, Steve estaba enfadado, y probablemente había perdido a mi novio, pero quería el bien para todo. Ya tendría tiempo de hablar con él en otro momento, con lo blando que era seguro que era capaz de perdonarnos.

De repente Dustin y Erika entraron por la puerta del baño, agitados y nerviosos.

—Tenemos que irnos —avisó el niño.

Robin, Steve y yo nos pusimos de pie, ya que seguíamos en el suelo, y aprovechamos que la película había acabado y la gente salía para escondernos entre la multitud.

Intentamos actuar normal y dirigirnos hasta la parada de bus, pero era difícil. Había guardias por todas las esquinas, seguramente buscándonos. Lo peor era que uno de ellos nos había visto. Quisimos huir por las escaleras mecánicas, pero estaban cerradas, así que tuvimos que usar el hueco que había entre ellas para deslizarnos como si fuera un tobogán.

Conseguimos escondernos detrás de un puesto de comida antes de que nos vieran, pero lo más seguro era que nos atraparan. Nuestra respiración se escuchaba mucho, estábamos demasiado asustados. Ademas, había demasiados guardias. Por suerte, justo cuando se acercaban hacia nosotros con sus armas en alto, el claxon del coche que estaba allí en una exposición, empezó a sonar, distrayendo a los rusos.

En el piso de arriba Once hacía sonar el coche, y consiguió matar a los guardias utilizando el vehículo y tirándolo en nuestra dirección, mientras ella hacía todo eso, el resto del grupo esperaba detrás.

𝑊𝑒𝑙𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 𝐻𝑎𝑤𝑘𝑖𝑛𝑠 -  𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐢𝐧𝐠𝐭𝐨𝐧 *EN PAUSA*Where stories live. Discover now