*Esta fue mi primera historia, así que cuidado con el cringe :) *
Bella Hargrove, la chica nueva en el instituto de Hawkins.
Al contrario que su hermano, Billy Hargrove, siempre pasaba desapercibida, igual que su hermanastra Max Mayfield. Pero cier...
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La mañana siguiente no fui a la heladería con Steve. Decidí pasar por casa para cambiarme la ropa. Pensé que estaría sola, pero Max y Ce estaban allí.
— ¿Qué hacéis aquí?
— Hemos encontrado sangre en el baño de Billy. — me contestó Max.
— Y un silbato con más sangre. — añadió Once.
— ¿Habéis hablado con él? A lo mejor se ha hecho una herida.
— ¡No lo entiendes! El silbato no es suyo, es de Heather. — exclamó Max.
— ¿Su compañera de trabajo? — pregunté confundida.
— Sí ¿Nos ayudas, por fa? — me preguntó Ce haciendo pucheros.
Me lo pensé bien. Quizás era un mal entendido y no había pasado nada, pero a la vez era realmente raro. Podría estar pasando algo malo y Billy parecía está metido en un lío. Más teniendo en cuenta que llevaba unos días en los que se comportaba muy raro y no decía nada.
— Está bien, os ayudo ¿Qué hay que hacer?
Hacía un rato que se había desatado una tormenta, pero a nosotras no nos importo y fuimos a la piscina en la que trabajaban Billy y Heather. Era posible que estuviera cerrada, pero nos dio igual.
Salimos de casa con unos chubasqueros de colores y pusimos rumbo a la piscina. Cuando llegamos no nos hicieron mucho caso, solo nos dijeron que la socorrista no había ido a trabajar aquel día, por lo que confirmaron nuestras sospechas.
Al final Once vio en un tablón la foto de Heather. Como ella era capaz de ver a las personas en su mente pensamos que con la fotografía podría localizarla, así que la cogimos y nos fuimos a los baños de las piscinas.
Allí Max encendió los grifos de todas las duchas y yo ayudé a Ce a preparar todo lo que necesitaba.
Nos sentamos en el suelo y Once se colocó unas gafas, por las que no se veía nada, sobre sus ojos. La foto estaba delante de ella, para ayudarle a encontrar a Heather. La niña empezó a buscar a la socorrista. No se movía, ni hablaba, no hacía nada… pero nos avisó, diciendo que veía una puerta roja en su mente.
De repente se quitó las gafas y las tiró al suelo. Se le notaba agitada, así que hicimos todo lo posible para que se calmara. Le sangraba la nariz y su respiración era muy fuerte.
— Ce, tranquila ¿Qué has visto? — dije pasando mi brazo sobre sus hombros. No me contestó pero enterró su cabeza entre sus manos.
No nos dio tiempo a preguntarle nada más ya que nos agarró de las muñecas y nos sacó de allí. No entendía a dónde estábamos yendo, pero en unos minutos llegamos a una casa, la cual tenía la puerta roja.
— ¿Es aquí? — preguntó Max, a lo que Ce contestó asintiendo con la cabeza.
— Vamos. — dije yo acercándome a la puerta.
A pesar de que le dije que no era buena idea, Once abrió la puerta con su mente, ya que nadie nos contestaba. Nos quedamos quietas unos segundos, después nos dispusimos a entrar. Parecía que no había nadie, pero en el salón estaban todos: Billy y los padres de la chica. Ni rastro de Heather.
Parecían contentos. Hasta que Billy nos vio.
— Janet, Tom, ellas son mis hermanas. — le dijo Billy a sus acompañantes mientras nos señalaba. — ¿Qué narices hacéis aquí? ¿Ha pasado algo?
Billy se había acercado a nosotras y realmente no parecía el mismo, pero no sabía qué le pasaba.
Le dijimos que solo queríamos saber si todo iba bien y se hizo el loco. Contestó con más preguntas. Además las chicas empezaban a preocuparse, ya que Heather no estaba por ningún lado, pero pronto apareció con una bandeja de comida.
Billy nos presentó a Heather, menos a Ce, porque no se sabía su nombre, por esa misma razón se lo preguntó. Empezaba a sospechar que algo raro pasaba y pensando lo que había pasado hacía unos meses, decidí que era mejor irnos.
— Vámonos, chicas.
Billy nos acompañó hasta la puerta sin decir nada. Yo tampoco quise decir nada. Se estaba comportando más raro de lo normal y eso no era nada propio de él. Incluso parecía ido, poseído...
Acompañé a las chicas hasta nuestra casa para que no andaran solas por la calle de noche y les dejé allí. No me apetecía mucho estar en casa así que fui a buscar a Steve.
La heladería había cerrado hacía tiempo, por lo que me dirigí a su casa. A simple vista parecía vacía, ya que las luces estaban apagadas, y lo confirmé cuando golpeé la puerta y nadie me contestó.
Volví a la mía, esperando ver a Max y Once, pero una vez más estaba vacía. Me preocupé un poco porque pensé que estarían allí, pero Max llamó desde la cabaña de Hopper y me tranquilicé. Billy tampoco estaba, pero como la última vez le había visto con Heather supuse que estaría con ella.
Últimamente estaba muy raro y no entendía lo que le pasaba, había intentado hablar con él cada vez que le pillaba por casa, pero se ponía más raro de lo normal y era imposible. Empezaba a preocuparme por él, y no sabía qué hacer para ayudarle. No me gustaba que algo estuviera ocurriendo con los rusos también, me daba por relacionarlo con el raro comportamiento de Billy y no entendía nada.
Sin darle más vueltas a la cabeza me fui a dormir, con la esperanza de poder hacerlo sin tener pesadillas o algo parecido.
Este capítulo es un poco más corto de lo normal, así que espero poder subir otro más tarde.
Ya queda menos para terminar la última temporada y hasta que no tengamos una nueva no voy a poder subir nada, lo que me da mucha pena, ya que le tengo mucho cariño a esta historia.
Aún así, he estado preparando otra cosa, pero no se si os gustará. Es una historia, pero no es una fanfic, ha salido todo de mi imaginación y está toda escrita como si fuera un diario. Se llama “Diario de un corazón roto.” ¿Os gustaría leerla?