paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).

Capítulo: extra.

n/a: hola, de nuevo ^^. Les traigo un pequeño extra que la autora ha publicado, ¡espero les guste!

Para que no se confundan: Juanpa (hijo de Calle y Poché) - Juan Pablo (amigo de Calle y Poché).

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Ella lo sabía. Poché sabía que debía levantarse para otro día en aquel trabajo del cual, seguía sin explicarse cómo aún no había renunciado; si ya por fin tenía de vuelta todo lo que alguna vez perdió, y si eso suponía, ¿por qué seguía ejerciando cómo abogada?

Poché se sentó lentamente en la cama antes de mirar a su lado, encontrándose con su bonita esposa profundamente dormida. Recordando que ese día también irían a trabajar juntas, cómo cada día. A la chica le preocupaba que su vida cayera en un círculo monótono de actividades aburridas, aunque sospechaba que ya se encontraba en el. 

—Daniela.—tomó con sus dedos su mejilla, deseando interrumpir su tan tranquilo sueño de una vez.—Oye, Calle, es hora de despertar.—insistió empujando entonces mejilla para que hiciera pico su boca; no pudo evitar reír. 

Daniela lentamente abrió sus ojos, volviendo a iluminar la vida de Poché con ellos; dándole el primer toque de color a su mañana llena de preguntas. 

—Buenos días.—dijo en un bostezo, dejando que su voz se apaciguara junto a él.—¿Cómo amaneces?—preguntó con una sonrisa en su somnoliento rostro. 

—No lo sé.—respondió en un suspiro.—Son las...—miró un reloj inexistente en su muñeca derecha.—, las cinco de la mañana.—Daniela volvió a cubrir sus pupilas con sus parpados.—¿Qué haces? ¿Por qué tienes tanto sueño hoy?—preguntó curiosamente. Daniela sonrió un poco al escuchar su pregunta, recordando lo qué pasó la noche anterior. 

—Veo que se te olvidó que tus hijos tuvieron una fiesta anoche.—dijo volviendo a abrir sus ojos, sentándose en la cama mientras que parpadeaba varias veces. 

—Juan Pablo no es mi hijo.—respondió de inmediato. Daniela abrió sus ojos grandemente.—Juan Pablo Zurita no es mi hijo.—se corrigió de inmediato. 

—¿Qué no es tu hijo?—preguntó el protaginista de la conversación abriendo la puerta. Daniela rió al verlo, y Poché sólo volvía a acostarse en la cama. 

Juan Pablo tenía cargado a Juanpa bebé en sus brazos, cómo si fuera a enseñarle cómo se veía en el espejo, ambos vistiendo el mismo mameluco de dinosaurios. 

—Buenos días, Juan Pablo.—dijo Daniela antes de sonreír y entrecerrar sus ojos, extendiendo sus manos.—Buenos días, mi bebé precioso.—lo llamaba con sus manos. Juan Pablo caminó hacia la cama, entregándole a Juanpa a su mamá.—¿Te despertó el ruidoso chico?—le preguntó antes de besar repetidamente su mejilla, escuchando la risa del pequeño niño. 

—¡Hey!—soltó indignado, con sus manos en sus caderas.—Yo ya no lloro por las noches. Es un gran avance.—sonrió orgulloso de sí mismo. 

—Es normal si lloras, Juan Pablo.—le dijo Daniela.—No ha pasado mucho tiempo desde tu divorcio.—el chico hizo un puchero. 

—Cómo un par de meses, ¿no?—intervino Poché, volviendo a sentarse en la cama.—Tienes que tomarte tu tiempo...en tu propia casa.—murmuró rápidamente, mientras se acercaba a Juanpa. 

—¿Dijiste algo?—preguntó Juan Pablo inocentemente, mirándola. 

—Dijo que te duches.—respondió Calle.—Hay que ir a trabajar y yo todavía no sé conducir.—suspiró acomodando a Juanpa en sus brazos para levantarse de la cama, y dirigirse al baño que había en la habitación junto al niño.