Capítulo 14.

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El sonido de la película todavía hacía presencia en la sala, sin embargo, la sonrisa de Daniela no se borraba debido a que su atención se encontraba totalmente en sus pensamientos. ¿De verdad estaba a punto de besar a María José? Llevó sus dedos superficialmente a sus labios al recordar, besó su frente cubierta de cabello y besó su fina nariz. Y a pesar de que el televisor expusiera su propia historia, el ruido más fuerte era el de sus corazones. 

—Vaya.—susurró con una sonrisa, recostando su cuerpo en el sofá.—Vaya.—repitió, sintiéndose como una adolescente otra vez, le gustaba Poché y lo tenía claro. Pocos días fueron suficientes para que su presencia le hiciera sentir cómoda y que su sonrisa le provocara sonrojarse, y si eso no era amor, entonces no quería buscar otra definición. 

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—Vaya.—suspiró Poché con una sonrisa, mientras miraba el techo de su estudio. Calle estaba apunto de besarla y a pesar de que lo evitó, no negó que quisiera hacerlo, debía estar segura. Quizá la primera persona a quien amó era hombre, pero no sabía si la última sería una mujer. Sonrió al sentir cómo se sonrojaba, y llevó sus manos a su rostro para cubrirlo. Daniela era maravillosa, por lo tanto no quería perderla. No dejaría que un beso las separara, por eso, en su mente, ese beso debía unirlas más. 

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Poché despertó temprano al recordar que haría el desayuno ese día, así que rápidamente fue hacía la cocina y su sonrisa no se borró cuando vio a Daniela sentada en la mesa leyendo el periódico local. 

—Buenos días, Calle.—sonrió acercándose a ella. La chica sonrió al escucharla y dobló el periódico para dejarlo en la mesa para así levantarse. 

—Buenos días, Poché.—respondió de igual manera.—¿Cómo dormiste?

—Muy bien.—asintió sinceramente.—¿Y tú?

—También muy bien.—respondió.—¿Qué vamos a cocinar hoy?—Poché negó con su cabeza. 

—Yo voy a cocinar, tú quédate sentada. ¿Bien?—pidió tomándola de los hombros, para que suavemente se volviera a sentar. Daniela sólo se dejó llevar sin apartar sus ojos de su rostro.—Puedes verme, pero no intervenir.—rió. 

—Cómo tú digas.—respondió con una sonrisa. Poché sólo asintió para dirigirse al refrigerador y pensar que cocinarle a Daniela. 

Daniela no apartó su vista de la figura de Poché, mientras cocinaba, la escuchaba murmurar y maldecir en voz baja, de verdad se estaba esforzando y lo comería con una sonrisa, aunque quedara terrible. Casi una hora después, Poché le sirvió un plato con plátano, fruta y una taza de su café negro, se veía desastroso. 

—Se ve delicioso.—dijo Daniela sorprendida, mirando su plato. Poché ladeó su cabeza, sin creerle ni una palabra. 

—Se ve quemado.—dijo, sentándose junto a ella. Daniela negó con su cabeza. 

—Me darías un tenedor, por favor.—pidió con una sonrisa y Poché le dio uno rápidamente, expectante a que Daniela probara lo que le preparó.—Aquí voy.—susurró, acercando el tenedor al desayuno. 

—¿Y bien?—preguntó ansiosa, viendo como masticaba. 

—Wow, te quedó delicioso.—respondió una vez tragó.—No eres tan mala.—dijo sonriente, estaba quemado, pero a Daniela le pareció de verdad rico. 

paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora