Capítulo 20.

5.9K 326 52
                                    

—¿Hablas de...ahora mismo?—preguntó Poché casi en un susurro. Calle asintió.—¿Y qué cambiaría?

—Podrías intentarlo, o descubrirlo.—respondió suavemente.—En algún momento tendrás que hacerlo, al menos ahora no estás sola.—se encogió de hombros, mirando su perfil.—Podríamos hacerlo juntas.—Poché suspiró indecisa. 

—Cuando Noah murió sentí cómo mi mundo se caía a pedazos.—susurró casi inaudible.—Mario bebía hasta desmayarse, yo lloraba hasta quedarme dormida. Nunca compartí mi dolor con nadie, nadie en la firma sabe que tengo un hijo a excepción de tu padre y Sebastián.—sintió otra lágrima caer.—Y Sebastián lo sabe porque Mario es su primo—Calle ladeó su cabeza—, pero me siento egoísta, sabes. Sólo he hablando de mí.—la miró, conectando sus ojos con los de ella.—Cuando pasó lo de tu ex novio, ¿no te sentías sola?—Calle sonrió un poco.—¿Por qué sonríes? No lo entiendo.—susurró sinceramente. 

—No tienes que entenderlo—respondió sin dejar de sonreír.—, sin embargo puedes intentar hacerlo también. Me gustan tus ojeras, podrían significar noches riendo, pero no.—Poché la miraba sin comprender sus palabras.—Pasa lo mismo con mi sonrisa, en este caso.

—¿Sonríes aunque sientas dolor?—Daniela asintió.—¿Por qué lo haces? ¿No es mentir eso?—preguntó abrazando un poco a Marino. 

—Es más fácil que explicar porqué siento dolor, ¿o no lo crees así, señorita tengo un pasado doloroso que nadie sabe?—preguntó en una pequeña risa sarcástica. Poché puso sus ojos en blanco.—Lo escondiste muy bien. 

—No quería la lastima de nadie, ya te lo dije.—respondió sin darle importancia. 

—Y no te juzgo, yo tampoco la quería.—dijo sinceramente.—Es por eso que sonrío, de hecho me gusta hacerlo, es como si nada pudiera hacerme daño de nuevo, porque siempre tendré una razón para sonreír. Tú, de ahora en adelante, por ejemplo.—las mejillas de Poché se ruborizaron otra vez, agradecía de que no se notara por la poca luz. 

 —¿Entonces dices que tengo razones para sonreír aunque mi hijo haya muerto?—preguntó lentamente. Calle hizo un gesto. 

—Pues si lo dices así no suena muy bonito.—respondió. 

—Pero es así.—afirmó Poché en un suspiro, mientras tomaba la pata del oso.—¿Sabes qué? Tienes razón.—dijo levantándose de la cama.—Noah murió, pero yo no tengo porque morir también.—su voz se apagaba con cada palabra que decía.—Yo amo a mi niño—miró a Calle con los ojos cristalizados.—, pero eso no hará que vuelva.—le dijo comenzando a caminar hacia la habitación de Noah. Calle rápidamente se levantó a seguirla, debía aprovechar ese momento para ayudarla. 

Poché se detuvo frente a la puerta de la habitación con sus ojos cerrados. Calle pudo escuchar otro suspiro. 

—Solía encerrarse en su habitación cuando lo regañaba por cualquier razón—recordó con una sonrisa.—, aunque prefiero el término "educar". Jamás le grité.—Daniela asintió, mientras se acercaba a ella.—Lo extraño tanto. 

—Lo sé—respondió Calle suavemente.—, sin embargo, no debes extrañarlo de una mala manera.—Poché abrió sus ojos para dirigirlos a ella.—Lo recuerdas como tu hijo, quien murió. 

—Porque es la verdad...—Calle negó con su cabeza. 

—Quizá si lo recordabas como tu hijo, quien vivió sus mejores años contigo.—se encogió de hombros.—Quizá sí recordaras a Noah como el niño que te hizo feliz por casi cuatro años, en lugar de recordarlo como el niño que murió provocando la infelicidad por el resto de tu vida, dolería un poco menos.—Poché ladeó su cabeza.—Tu hijo es un antes y después en tu vida, lo entiendo. Sé que duele, Poché, pero él ya no siente dolor, en cambio tú sí. 

paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).Where stories live. Discover now