paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).

Capítulo 19.

Si aquella dona no hubiera estado sostenida por su boca, habría caído al suelo de inmediato. Juan Pablo parpadeó rápidamente al ver esa escena, cómo si hubiera sido sacado de una película. ¡Era la súper abogada Garzón y la hija del dueño de la firma!...¡En la boca! Era simplemente impresionante. 

—Siempre supe que había algo entre ellas—se dijo a sí mismo, luego de quitar la dona de su boca.—, la tensión era algo notorio.—dijo pasando su mano por su boca para limpiar el glaseado.—Son tan lindas.—rió al verlas que seguían besándose.—Y yo debería irme...—Calle y Poché seguían besándose.—...justo...—y él las miraba fijamente.—..., quizá no...—sin intenciones de dejar de hacerlo.—Justo ahora.—dijo rápidamente luego de sacudir su cabeza, por fin darse la vuelta y caminar sin querer mirar atrás de nuevo. 

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—Es lo mejor después de una discusión.—susurró Poché al terminar el beso, recobrando la respiración mientras veía la sonrisa de Calle.—No recordaba que era besar a alguien que quiero.

—Sabes, yo tampoco.—rió un poco.—¿Te sientes mejor?—preguntó suavemente. Poché suspiró antes de asentir e incorporarse en el asiento. 

—Por más que grite, odie o llore, jamás recuperaré a mi niño.—respondió naturalmente.—Es inútil. 

—Está bien, Poché.—se encogió de hombros sonriendo. Poché la miró sin entender.—A veces está bien no estar bien. 

—Pero no estar bien no arregla mucho, en realidad no arregla nada.—dijo, lo tenía claro. 

—Quizá superficialmente no, pero si arregla un corazón roto.—respondió intentando sonar lógica.—Desahogarse está bien, llorar también, si eso te ayuda a sentirte mejor entonces no solo arregló un poco, arregló todo.—Poché la miraba impresionada. 

—¿Dónde habías estado toda mi vida, Daniela?—preguntó buscando una respuesta internamente. Calle sólo se sonrojó de nuevo. 

—Nuestras vidas han sido paralelas—respondió.—, sin embargo ahora coincidimos.—Poché asintió. 

—Entonces por primera vez me siento agradecida con la vida—rió, mientras volvía a encender el auto.—, por permitirte llegar a mí.—suspiró poniéndolo en marcha, sin dejar responder a Calle. 

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Juan Pablo caminaba hacia la oficina de Poché con una caja de donas en sus manos. Estaba nervioso, pero a la vez emocionado, quería escuchar a la parejita y sí tenía suerte ver un beso, de nuevo. Negó con su cabeza pícaramente al llegar en silencio y verlas hablar, sólo hablaban. 

—Buenos días.—interrumpió tan animada charla. Las chicas dirigieron sus miradas a él.—¿Cómo están? Veo que están muy, muy bien.—rió sugestivamente, mientras colocaba la caja sobre el escritorio.—Les traje donas, chicas. 

—Gracias, Juan Pablo.—respondió Poché confundida por tan animado comportamiento.—Pensé que llegarías después del almuerzo. 

—Quieren comer solas, ¿no es así, traviesas?—entrecerró sus ojos, mientras se sentaba en su lugar de siempre. Calle y Poché se miraron entre sí. 

—¿A qué te refieres?—preguntó Calle. Juan Pablo mordió su labio intentando contender su risa, sin embargo tomó aire e hizo la mejor expresión seria que pudo antes de acercarse un poco. 

—Ayer las vi en el auto de la señorita Poché.—respondió dándole un beso al aire.—Besándose tan apasionadamente.—la boca de Poché se abrió tanto, mientras que su rostro no quedaba ningún espacio en blanco, estaba completamente roja. Calle se encogió de hombros mientras sonreía.