paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).

Capítulo 27.

Poché se había quedado dormida primero que Calle y por un momento la mayor se dispuso a detallar la habitación que ahora compartía con ella, tan grande y tan vacía, muy diferente a la del que alguna vez fue el bebé de la casa. Giró su cabeza solo para verla dormir, sus ojos cerrados y su tenue respiración, nadie pensaría que da miedo cuando se enoja; a Calle le parecía tierno.

 —Poché.—susurró pasando delicadamente su mano por su mejilla.—¿Poché, estás despierta?

—¿Uh?—preguntó sin abrir sus ojos. 

—¿Qué sueñas?—le preguntó dulcemente. 

—Sueño que estoy dormida.—susurró acurrucándose en la almohada. Calle rió un poco. 

—Yo no he podido dormir, no sé porqué.—respondió. 

—Mañana tenemos que ir a trabajar, Calle.—bostezó. Calle asintió. 

—Mañana pienso presentarte a mi papá como mi novia.—le comentó, entonces los ojos de Poché se abrieron de golpe y repentinamente ya no tenía ni una pizca de sueño. 

—¡¿Presentarme a quién?!—preguntó levantando su cabeza de la almohada.—Calle, hoy dije que no quería que me despidieran. 

—Y no te van a despedir.—respondió naturalmente.—¿Por qué te preocupas?

—Eh, Calle, estuve casada y tuve un hijo, tú estuviste a punto de hacer lo mismo.—dijo.—¿No crees que sorprenda un poco a tu padre saber que somos pareja?—Calle llevó su índice a su mentón. 

—Entonces mañana se lo diremos.—asintió.—Yo quiero que lo sepa, Poché. No quiero esconderme del amor y mucho menos negar que eres mi novia.—Poché lo pensó por un segundo, ella tampoco quería eso. 

—Está bien—suspiró.—, mañana le diremos a tu padre, pero tienes que darme tiempo para preparar a los míos.—pidió de inmediato. 

—Por lo que me has contado son un poco difíciles.—recordó. Poché asintió rápido. 

—Son demasiado difíciles, sin embargo...creo que puedo presentarte a mi hermanita.—sonrió al recordarla, no la veía muy seguido desde que murió su hijo. 

—Me encantaría.—le dijo sinceramente. Poché sonreía al mirarla, nunca se imaginó enamorarse así, en realidad, nunca imaginó volverse a enamorar en sí. 

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Poché estaba tan nerviosa en aquel silencio incomodo que reinaba entre los tres. 

—Y bien...—comenzó el señor Germán mirando a las chicas, aunque una tuviera una expresión en realidad confusa.—¿Querían hablarme sobre algún caso?—Calle negó con su cabeza, mientras que Poché no dejaba de sonreír de la manera más forzada posible. 

—De hecho queríamos hablarte de nosotras.—respondió Daniela. Poché asintió rápidamente. 

—¿Ya no quieren trabajar juntas?—preguntó sorprendido.—Me cuentan que hacen un gran equipo. 

—De hecho, ahora somos una clase de equipo diferente.—dijo Calle buscando las palabras adecuadas. 

—¿A qué te refieres?—preguntó acercando su rostro sobre el escritorio. Poché se sentía presionada y nerviosa.

—Nosotras-...—Calle decía mientras que su padre la miraba expectante. 

—¡Somos pareja!—interrumpió Poché a punto de desmayarse, siempre había sido una persona tímida frente a sus superiores. Germán ladeó su cabeza.—Daniela es mi novia, ya sabe, yo soy la novia de Daniela.—sonrió torcidamente.