paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).

Capítulo 25.

Poché se había quedado dormida en el sofá de Calle mientras veían la lluvia caer por el ventanal. Había comido tantas galletas con chocolate caliente, se sentía en realidad exhausta. Calle, por otro lado, estaba más que feliz al verla dormir a su lado, tanto que tomó la manta y cubrió a ambas con ella, encajaba perfectamente. Acomodó la cabeza de su novia cuidadosamente en su hombro y cerró sus ojos para intentar dormir. Al sentirla, Poché sonrió sin querer admitir que no estaba del todo dormida. 

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—Dame tu mano—pidió Poché una vez salieron del edificio. Calle la miró sin entender.—, no traje mi auto para que podamos caminar juntas de vuelta a casa.—sonrió en un tono obvio. 

—Oh, claro.—sonrió tomando su mano para entrelazar sus dedos con los suyos.—Ponte esto.—le dijo tomando sus lentes de sol para colocárselos sobre sus ojos. Poché no pudo evitar reír, no recordaba la última vez que se había puesto unos así. 

—¿Cómo me veo?—preguntó en una risa. 

—Preciosa.—respondió mientras asentía, acomodándole los lentes con su otra mano.—¿Te gustan? Puedes quedártelos si quieres. 

—Muchas gracias, Calle.—dijo Poché sonriendo.—Una vez, con mi niño, vimos una película donde ratoncitos tenían unos lentes iguales—Calle rió con ella mientras comenzaban a caminar de la mano.—, era muy gracioso.—escucharla reír, para Calle era un premio. 

—Sí, y estás tan blanca como ellos.—respondió. Poché puso sus ojos en blanco sin dejar de sonreír.—¿Qué quieres desayunar?—Poché llevó su mano a su mentón intentando pensar. 

—Quiero ir a nuestra casa y que me cocines algo tú.—pidió.—Prefiero eso, ¿podría ser?

—Claro que sí.—respondió tiernamente. 

—Tenemos que ir a casa porque ya sé lo que haremos primero como novias oficiales.—dijo intentando parecer seria, pero su sonrisa no podía desaparecer de su rostro. 

—¿Ah, si?—Poché asintió.—¿Y qué es eso?

—Sorpresa.—dijo simplemente. Calle tenía curiosidad de saber cuál sería esa sorpresa de la que su novia hablaba, así que aceleró un poco el paso sin dejar de disfrutar el tiempo que apenas comenzaba a pasar junto a ella. 

—¿Cómo supiste cuál era mi departamento?—preguntó Calle al recordar. Poché se encogió de hombros comenzando a sonrojarse. 

—Sólo supuse que sería el más grande.—respondió sinceramente. Calle no pudo evitar reír. 

—Tiene mucho sentido para mí.—asintió mientras que su novia la veía sin poder dejar de sonreír. 

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—¿Te gusto el desayuno?—le preguntó Calle sentándose junto a ella en la mesa. Poché asintió verdaderamente satisfecha. 

—Sabes que antes de conocerte no comía más que cereal y café—respondió sinceramente.—, ahora puedo comer plátano y tocino, y muchas cosas deliciosas.—Calle estaba sorprendida, la temida abogada María José Garzón no era más que una tierna y preciosa chica.—Muchas gracias. 

—Lo hice con mucho amor.—respondió en un suspiro.—Ahora que ya terminaste de comer...¿me dirás cuál es la sorpresa?—Poché le mostró la pantalla de su mano, y Calle pudo notar de nuevo aquel anillo. 

—Ya que eres mi novia, me quedaré con esta ropa que me has prestado, ahora es mía.—bromeó en una risa, sabía que ella no le molestaría y tenía mucha razón, Calle la adoraba.—Así que cuando cepille mis dientes te lo enseñaré, ¿bien?—Calle asintió.—Ya regreso.—rió, dirigiéndose al baño.