Amapolas

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Sus párpados se sentían y estaban irritados, apenas logró abrirlos.

Se sentía cansado, cuando su alarma sonó tardó en apagarla. No tenía ganas de levantarse pero tampoco quería faltar al trabajo.

Se levantó, dejó la cama y fue hasta su cuarto de baño para darse una ducha, después busco por un conjunto de ropa y se cambio. Antes de preparar el desayuno saco un par de hielos para colocarlos sobre sus ojos para bajar la inflamación.

Diez minutos después los retiró y dejó sus ojo así, importándole nada si la hinchazón se había ido.

Desayunó, o lo intentó pero ni siquiera pudo terminar un cuenco de arroz, sentía la garganta irritada y su estómago se negaba a aceptar más que unos pocos bocados.

Viendo la situación, no forzó nada y decidió salir rumbo a la cafetería. 

Fue el primero en llegar, acomodó las sillas y mesas, incluso limpio el piso antes de que llegaran los primeros clientes. Se mantuvo lo suficiente ocupado en el día para ser amable y no caer en tristeza por pensar en Yoongi, el cual no había visto ni siquiera en el edificio.

No es que no quisiera hablar con él pero no sabía exactamente cómo.

*

*

*

Al final de la jornada se quedó un rato más, alegando que quería dejar limpio el lugar para no tener que despertarse temprano el día siguiente, ninguno se lo impidió a sabiendas que el mayor solo necesitaba un tiempo a solas.

Pasaron veinte minutos.

Luego cuarenta.

Una hora.

Dos horas...y Namjoon seguía que debajo de la mesa no hubiera basura.

Estaba cansado, pero no quería estar en su edificio pensando solo en pálido chico que tenía por mejor amigo.

Pero por lo visto este no pensaba igual.

Cuando escucho que tocaban a la puerta, Namjoon casi sintió como su corazón dejó de latir. Tenía miedo de girarse y encontrarse con un fantasma, un monstruo, o alguien que usará un máscara horrible y sostuviera un cuchillo listo para matarlo.

Pero no, cuando juntó todo el valor en su cuerpo para girarse, solo se encontró con Jimin.

Un muy molesto Jimin, con el entrecejo fruncido y cargando con un paraguas enorme pues el cielo parecía estar cayendose. Namjoon ni siquiera se había dado cuenta de que estaba lloviendo.

Se acercó hasta la puerta y la abrió dejando pasar a Jimin, quien soltó una serie de maldiciones en voz baja, la mayoría dirigidas al clima.

-¿Qué estás haciendo aquí?-se atrevió a preguntar.

--No has llegado al departamento, Namjoon hace más de dos horas que este lugar cerro y tu sigues aquí. ¿Estas loco?-Jimin temblaba y el mayor no estaba seguro de si era por el frío o por que estaba realmente enojado.

 -¿Cómo sabías que estaba aquí?

-Fui a tu departamento, porque Seokjin me llamó, me dijo que ne abrirán mañana hasta pasada las doce, me llamó a mi porque tu contestas tu maldito teléfono.-Jimin parecía estar resistiendo mucho para no gritar.-¿Y que descubrí? Que tu no estabas ahí, idiota. Me preocupe, cuando fui a tu departamento ya habían pasado dos horas desde que tu supuestamente sales de trabajar. Seokjin me dijo que habías quedado una media hora y habrías vuelto a casa y que no contestabas el teléfono por estar dormido. Salí a buscarte, maldita sea Namjoon imagine lo peor mientras hacia mi camino hasta aquí.¡¿QUIEN MIERDA SE QUEDA DOS HORAS EXTRAS EN EL TRABAJO SIN AVISAR A NADIE Y SIN CONTESTAR EL MALDITO TELÉFONO?! -los ojos de Jimin estaban rojos como si estuviera por soltarse a llorar.

-Yo, no quería preocuparte, se me fue el tiempo es todo. Mi celular se quedó sin batería supongo.-Namjoon solo estaba nombrando excusas y frases sin mucho sentido, pero es que la reacción de Jimin lo había descolocado por completo.

-Vámonos.-Jimin no esperó a oír la positiva de Namjoon solo camino hasta la puerta con el mayor detrás de él y espero a que este cerrara con la llave la puerta de la cafetería.

El camino fue silencioso, Namjoon no podía recordar tener un momento de silencio incómodo con Jimin desde que se habían conocido, no era posible, pero ahora estaba viviendo uno y no sabía qué hacer.

Al llegar al edificio Namjoon pudo ver que tenía correo, se encamino hasta su buzón para sacarlo. Solo había un sobre.

-Entonces, ¿un admirador secreto? -Jimin volvió a hablar.

-Algo así.-Namjoon sintió como la pared del silencio se estaba cayendo. -Puedo mostrarte algunas si quieres.

-Me has mostrado algunas ya, en otra ocasión tal vez, me gustaría escuchar sobre ese sujeto.

-Si, puedo contarte todo.-Namjoon sonrió cuando vio que Jimin lo miraba sin recelos como el día anterior.

-Bien, escucharé tus charlas románticas otro día, hoy debemos ir a dormir.-Jimin bromeo y Namjoon pudo volver a respirar con tranquilidad.

Quizás todo estaría bien.

Se despidieron y Namjoon se encaminó a su departamento y cuando llegó pudo dentir lo cansado que estaba, quedarse dos horas extras en el trbajo no había sido una buena idea, pero aún así alcanzó a llegar a su cama y leer su tarjeta.

Una amapola roja lo recibió.

"Hoy te hablaré de la fragilidad.

Mi fragilidad supongo. Esta flor Namjoon hyung es tan frágil que cuando la arrancas es casi inmediato como se marchita.

No quiero parecer una víctima o un ser dramático, pero hyung, me aterra en lo que me he convertido. A nets te he hablado de como tengo miedo de decirte quien soy, pero no es solo miedo, es el hecho de poder destruir y marchitar lo que está implicado en decírtelo. Escribirte esto ha sido mucho más fácil que hablarte directamente de lo que siento.

El hecho de que escribir en un papel como un personaje anónimo hace que parezca sencillo, que parezca posible hablarte de todo lo que me he guardado.

¿Puedes prometer que no dejarás que me marchite?"

Namjoon estaba sin palabras, lo que había leído le había desconcertado. ¿Quien era el chico detrás de las tarjetas? ¿Por qué tenía tanto miedo?

Flores para Namjoon[nammin]Where stories live. Discover now