CAPÍTULO: 06 "EL ENTRENAMIENTO COMIENZA"

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Al día siguiente Jacob es despertado por el cantar de gallo e incorporándose de la cama con rapidez, comienza a prepararse para ir a entrenar, seguidamente corre por las escaleras directo a la puerta, pero en ese momento su cuñado el señor William de Ataros, un hombre con una cierta fortuna; su aspecto era la de un hombre con clase y muy buena educación.

Su apariencia era muy distinguida, alto, piel trigueña, cabello oscuro muy bien cuidado, tenía una barba tupida pero bien aseada; su forma de vestir era elegante, no como la realeza, pero si mejor que la mayoría de los pueblerinos de Soin. Ya que él es dueño de un gran hacendado, Jacob lo mira y William le dice —Oye Jacob Y ¿planeas irte así? — Su voz era grabe y profunda, —Ven a comer con nosotros — Jacob le dice que sí y le agradece.

Luego de haber desayunado, Jacob se dirige al castillo... Al llegar allí se dirige al salón de entrenamiento en el cual espera Anabell, al encontrarse frente a ella, le dice —Bien ya estoy aquí, ¿Ya comenzamos a entrenar? — Con un tono de voz ligeramente irreverente.

Anabell sierra sus ojos y hace una respiración corta... De pronto Jacob no puede ignorar un repentino dolor en la boca de su estómago, al mirar se percata que tiene el codo derecho de Anabell, incrustado en su vientre, él cruza miradas con ella y solo ve frialdad en sus ojos «¡¡RAYOS NO PUDE VER CUANDO SE MOVIO!!» pensó Jacob, seguidamente Anabell se voltea y le da la espalda, Jacob cae al piso inmediatamente —¡Oye! ... ¡¿Qué... rayos te... pasa?! — reclama Jacob con dificultad al respirar.

—Escucha bien niño, si crees que voy a estar aguantando tus estupideces, estas equivocado — le contesto Anabell con un tono frio en la voz —Yo soy Anabell Lux Sikirlat y soy uno de los seis generales de la primera división, si crees que puedes venir y hablarme como se te antoje te equivocas. —

—¡¿Ge...General?! De...De... ¿¡Tú eres una general!? Anabell llevando sus manos a la cintura le dice —Sí así es, ¿Por qué algún problema? Jacob —¿Cómo tú no pareces ser ni siquiera mayor que Ewyine? Anabell deja salir una pequeña sonrisa, —Eso es verdad, de hecho, soy pocos años mayor que tú, tres con exactitud— Jacob está sorprendido no sabe cómo ella logro semejante hazaña —¿Como? — se preguntó él, ella le responde —¿Es un interrogatorio o vamos a entrenar? —

—Oh, si disculpa... pero es que no comprendo — repuso Jacob, Anabell le responde —Yo soy lo que alguien llamaría un prodigio en el combate y la guerra— Jacob esta pasmado... Anabell le dice que entrenara su físico, entonces le puso a hacer cien flexiones, mientras Jacob hace sus flexiones, le pregunta que harán después y ella le dice que primero se preocupe por las flexiones y luego por lo demás... al terminar ella lo puso a correr cinco kilómetros, ida y vuelta.

Luego de eso cada día que pasaba, Jacob entrenaba su condición física, cien flexiones diarias, seguidas por carreras de diez kilómetros durante quince días...Poco a poco mejoraba en su entrenamiento; claro sin descuidar sus deberes como escudero, bajo el mando de Pedro, Jacob pasaba sus días ordenando el armamento, puliendo armaduras y cuidando inclusive hasta el caballo de su mentor... las horas se convertían en días y estos en semanas, poco a poco Jacob aprendía algo nuevo cada vez y mejoraba.

Se escuchan a la distancia, golpes de lo que parecen palos de madera, respiraciones agitadas, paso veloces y ligeros en el suelo... —¡Vamos no me digas que estas cansado! — exclamo Anabell.

Jacob jadeaba —No... pa... para nada... —.

—Entonces ¡CONTINUA! — gritó Anabell, mientras blandía su espada de madera, contra Jacob, él hacia lo mejor que podía por esquivar los golpes, más no era suficiente. La técnica de Anabell era impecable, rápida y certera, sus movimientos estaban llenos de gracia y fuerza... ciertamente no mentía al llamarse prodigio.

DEMANGEL© (libro #1 Finalizado) Where stories live. Discover now