CAPÍTULO 22: "HACIA EL PUEBLO DE RABACA."

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Ewyine y Anabell llegaron al salón del trono pero no encontraron a la reina, solo a uno de sus concejales el cual les esperaba con una importante misión que les había encomendado el rey antes de partir.

Ellos preguntaron por la reina pero él les mencionó que ella había salido con la princesa hacia los campos y no llegarían hasta dentro de unas horas.

Ewyine tomó el pergamino de las manos del concejal y lo extendió para así poder leer el contenido de la dicha misión.

—Es una misión de rescate. — profirió Anabell, que también le echó un ojo al pergamino.

—Esto es cerca del reino de Ifas por lo que veo. — enunció Ewyine.

—Al parecer un grupo de aventureros a desaparecido. — añadió Anabell.

—Busquemos a Jacob. — dijo Ewyine.

—De acuerdo. — afirmó ella.

De esta manera salieron del salón real, para encontrar a Jacob y ponerlo al tanto de su nueva misión, Este se encontraba rondando los pasillos del segundo piso del castillo, buscando sin descanso a la princesa.

Mientras caminaba se topó al hechicero real, quien divagaba por ahí.

—Señor Limer ¿Qué está haciendo? — le preguntó a todo pulmón a la distancia.

Limer se acercó a él con prisa y cuando estuvo frente a Jacob le llamó la atención por gritar en el castillo.

—Lo siento mucho. — profirió Jacob, apenado.

—Descuida. — le contestó él mientras le sonreía.

—Dime Jacob ¿Qué es lo que estabas haciendo? — indagó Limer.

—Buscaba a la princesa. — respondió.

—Ah, pues no está en el castillo, por el momento. — mencionó Limer.

—¡¿Qué?! —¡Oh rayos! — rechistó.

—Si, ella y la reina salieron a pasear. — comentó Limer.

—Bueno supongo que la veré después. — profirió Jacob.

—Sí, así es. Por ahora qué tal si nos ponemos al día con tu entrenamiento. — le indicó el Hechicero.

—Vale. — contestó él.

Limer y Jacob se dirigieron a los jardines reales detrás del castillo, el hechicero le pidió a Jacob que se sentara en el centro del lugar y contemplara sus alrededores.

—Bien, ahora quiero que te enfoques. — le señaló Limer.

—Recuerda, al ser mitad demonio tu naturaleza es caos. — le comentó, mientras ponía cuarzos en el suelo, alrededor de Jacob.

—Esto significa que eres un peligro en estado latente, para todos los que te rodean, pero si logras el dominio de ti mismo no tendrás que temer. — añadió.

—Entra en el silencio, domina tus tinieblas, toma el control.— prosiguió el hechicero.

—Pero... ¿Y si algo sale mal? — dijo Jacob con duda.

—No te preocupes, yo estoy aquí, te ayudare de ser necesario. — afirmó Limer.

Jacob cierra sus ojos y respira profunda y lentamente un par de veces, Limer comienza a ayudarle a entrar en un estado de conciencia alterado.

—Ahora, siente la tierra bajo de ti. — mencionó.

—Siente la brisa, el calor de la luz del sol, escucha a tu alrededor, el sonido del viento, de las aves y de los insectos. — añadió.

—Siente cada parte de tu cuerpo, siente tu propia inhalación y tus latidos. — prosiguió, —Eres todo lo que sientes, estas conectado a todo y, todo está en ti. —

—poco a poco, sumérgete más, deja que todas las sensaciones se desvanezcan. — profirió.

—Deja que los sonidos desaparezcan. — dijo él, de esta manera Jacob dejaba de oírle, como si se alejara lentamente. Todo a su alrededor parecía desvanecerse ante él, hasta que quedó en un silencio inmutable por unos segundos.

De pronto sus pensamientos comenzaron a fluir libremente por su mente, se solo un espectador no te aferres a ningún pensamiento, fue lo que escuchó de Limer como un eco que resonó suavemente por su cabeza y así como llegaron se fueron de repente.

Una imagen apareció frente a él nuevamente, una figura mitad hombre mitad serpiente, con seis brazos, cuatro alas y cuernos; se manifestó ante él a la distancia, por lo que no pudo ver su rostro.

—¿Quién eres? — preguntó Jacob, pero aquella visión no respondía.

—¿Por qué te apareces en mis sueños? — preguntó él una vez más.

Más no recibía respuesta alguna, de pronto una voz se hizo presente y le dijo.

—Pierdes el tiempo, las imágenes no hablan. —

—¿Quién eres? — indagó Jacob. Mientras buscaba el lugar de donde procedía esa voz.

—Ya habrá tiempo para las presentaciones. —

—Pero ahora debo decirte que estas en peligro. —

—Él, viene por ti. —

—¿Quien viene por mí? — Preguntó Jacob.

—El gran gobernante. —

—¡¿Qué?! — espetó él.

En ese instante Jacob salió de su estado meditativo, se veía agitado, su respiración entrecortada y sudaba mucho.

—Joven Jacob ¿Está todo bien? — preguntó Limer al verle en ese estado.

—Yo...yo, sí, si lo estoy. — balbuceaba con voz trémula y su mirada perdida.

—De acuerdo, será mejor que tomes un descanso. — le indicó Limer.

—Sí, gracias. — respondió Jacob, poniéndose de pie con prisa, retirándose del lugar.

Anabell y Ewyine se topan con Jacob, el cual divagaba por los patios reales, viéndose preocupado.

—Hermano. — dijo Ewyine.

—¿Sucede algo? — preguntó.

—¡No! No es nada, todo está excelente. — aseveró él, pero ellos no estaban muy convencidos.

Nos tante pasan de esto y le dicen a Jacob que tienen una nueva misión.

Jacob, entusiasmando pregunta por los detalles de dicha misión, los chicos proceden a contarle que, la misión es de rescate, que tienen que buscar a un grupo de aventureros que se perdió en las afueras de una aldea llamada Ravaca.

Siete jóvenes aventureros desaparecieron mientras cazaban goblins.

—Así que tenemos que buscarlos. — añadió Jacob.

—Sí. — repuso Anabell.

—Vale. — espetó Jacob.

—Bien, hablaré con la reina para que tenga todo listo para partir mañana. — indicó Anabell.

—De acuerdo. — respondieron ambos.

Al día siguiente Jacob y los demás parten a Ravaca, desde muy temprano, siendo guiados por un viejo y desgastado mapa.

El sol se asomaba por las montañas, la brisa era fresca, hacían bailar las pequeñas hojas otoñales de los árboles; las cuales dibujaban espirales mientras volaban por los aires. El canto de los jilgueros acompañaban su danza, bajo el esplendoroso cielo azul.

El viaje era largo, por lo que Anabell y Ewyine se intercambiaban para dirigir el carruaje; por otro lado Limer el cual los acompañaba preparaba pociones y hechizos en caso de sorpresas desagradable en el camino. Y Jacob por su parte dormía amenamente, mientras babeaba un poco.

Así transcurrieron las primeras cuatro horas de viaje.

DEMANGEL© (libro #1 Finalizado) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora