CAPITULO 16: "EL REINO DE MAIPAS".

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En el castillo de Ifás los guardias que protegen la entrada, ven a lo lejos una figura que parece acercarse lentamente a ellos mientras se tambalea de un lado al otro.

Mientras más se aproxima a ellos se oyen con claridad sus pisadas pesadas e inestables, poco a poco se hace más reconocible su apariencia.

Era uno de los guerreros Elfos que se encontraba luchando con los Orcos anterior mente.

Este pobre individuo agonizaba a cada paso que daba, dejaba tras de sí un rastro de sangre bastante grande, debido a una herida grave que yacía en su vientre, esta derrama la sangre que bajaba por sus piernas y finalmente por las suelas de su calzado hecho pedazos.

Comenzaba a oírse con claridad, el golpetear y el chirriar de su armadura rota, llena de abolladuras y cortes, teñida en el rojo carmesí de su propia sangre o quizá de la sangre de sus enemigos. Y el jadear de su voz a falta de fuerzas para poder sostener el aire entre sus pulmones.

Los guardias lo reconocen y de inmediato corren a socorrerle. Seguidamente lo llevan a dentro del castillo para que sea tratado por los curanderos reales; su estado es crítico y es probable que perezca también.

Después de un largo viaje Ewyine, Anabell y el resto del equipo llegaron a Maipas, era un reino fantástico, calles muy amplias, hechas con enormes bloques de piedras cortadas y talladas con gran precisión. Las edificaciones eran enormes y con un aspecto místico; asemejaban una especie de monasterios, el equilibrio entre sus estructuras y las zonas verdes era perfecto.

El terreno del lugar los vio obligados a construir la ciudad en forma escalonada. Ya que toda se asentaba sobre un enorme monte. y en los más alto, a la vista de todos, la gran torre de Aves, también llamada la torre de Maipas o el concilio de los sabios. Una estructura tan grande que parecía rasgar los cielos.

Para algunos era el orgullo de la humanidad, para otros una muestra de la arrogancia del hombre al querer estar al nivel de los dioses en el cielo.

La misma tenía una forma cilíndrica, estaba rodeada de varias islas flotantes, las cuales estaban unidas a la torre y entre sí mismas por enormes puentes rígidos los cuales ante la vista de muchos llamaba la atención, también habían construcciones en ellas de lo que parecían ser templos, altares, centros de investigación astrológica y muchas cosas más, no obstante en estas islas también habitaban criaturas como grifos, fénix, quimeras y dragones que a menudo podían verse volando y coexistiendo en el lugar.

Un poco más arriba podía apreciarse una edificación en forma de anillo que giraba suspendido el aire, rodeando la torre. Y en la cúspide de esta, un haz de luz que era disparado al cielo.

Una hermosa ciudadela resguardada por un enorme muro que la rodeaba completamente. Ewyine y el resto se encontraban sorprendidos ante aquel imponente muro.

-Es sorprendente. - enunció Ewyine mientras montaba en su caballo. Anabell que cabalgaba a su lado comentó -Claro, no es de extrañar. Maipas resguarda el arma mística más poderosa que existe. -

-Eso es verdad. - afirmó Ewyine.

Al entrar desmotaron los caballos y el carruaje para apreciar la vista del majestuoso reino que se extendía ante ellos.

«¿Se detuvieron?» se preguntó Jacob, quien a escondidas siempre se fue con ellos.

De pronto salió del carruaje y pasando en medio de todos se puso en frente para observar por qué habían parado, puso su mano izquierda en su cintura, tiro su torso ligeramente al frente y con su mano derecha sobre sus ojos, como si bloqueara la luz del sol; para poder ver con exactitud lo que buscaba, movió su cabeza de un lado al otro un par de ocasiones antes de quedar estupefacto con la belleza del lugar.

DEMANGEL© (libro #1 Finalizado) Where stories live. Discover now