Embarcación

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Corriendo como alma que lleva el diablo, sin fijarse en el camino y con el miedo pisándoles los talones, de alguna manera, en diez minutos llegaron a la orilla del río. Anduvieron junto a la valla de madera, rio abajo, esquivando personas y saltando posas de agua, basura y animales. Estaban tan asustados que no intercambiaron ninguna palabra hasta llegar a la desembocadura del rio, un lago donde de vez en cuando Sasuke y su familia hacían picnic los fines de semana. Ni siquiera se había percatado de lo cansado que estaba hasta que Naruto le soltó y comenzó a caminar lento, jadeando por la falta de aire. Sasuke también jadeó, desprovisto de cualquier tipo de pensamiento Uchiha.

No necesitaron caminar mucho para encontrar un sector de pasto donde Naruto se echó sin pensarlo demasiado. Sasuke optó por verse un poco más digno y sólo se sentó. Su corazón palpitaba fuerte y sus mejillas debían estar tan rojas como las de Naruto. Por su piel, quizá toda su cara estaba roja.

Estoy... muerto –jadeó el rubio. Sasuke levantó la mirada hacia el lago, donde pequeñas embarcaciones zigzagueaban lejos de sus dueños, quienes se encontraban en una orilla cercana con mandos a control remoto. Siempre le había gustado el lago; a pesar de que solía llenarse de familias y niños tan alborotadores como Naruto, de alguna forma siempre le había hecho sentir tranquilidad. Como ver algún programa de TV que le gustaba. –Ese viejo... va a volver

Estaba asus... tado –jadeó en respuesta. Naruto movió la cabeza.

Siempre se quej...a. Ojalá... –Se quedó callado. Sasuke alzó una ceja. ¿Ojalá que?

¿Qué? –Naruto apunto con el dedo hacia el cielo.

Esa nube tiene forma de dona

¡Eso no tenía nada que ver con lo que hablaban!

Rezongando y lamentándose el estar tan sucio y sentado en el pasto sin una manta, Sasuke lo imitó y levantó la cabeza.

Parece más un... ocho

¡Es porque no lo vez desde el piso, teme! –Sasuke no entendía como podía siquiera cambiar la forma de una nube si ponía la cabeza en el pasto, pero Naruto parecía creerlo sinceramente. Era como un niño en navidad esperando que santa entraba a tu casa en la noche por la chimenea. Y no podía, porque no tenían ninguna. Sus padres le dijeron que Santa era mágico y podía atravesar paredes con sus poderes. Era eso o hacía mágicamente crecer una chimenea en la sala para poder entrar.

Estás ciego, ¿verdad? –replicó él. El niño bufó y le palmeó el asiento. Sasuke estaba cómodo, pero le hizo caso –vaya a saber él porqué– y se tendió a su lado. La nube parecía seguir siendo un ocho.

Sigue siendo un ocho

¡Te falta imaginación teme! –Sasuke pensó que la imaginación no tenia nada que ver. No podías imaginar una dona en una nube cuando había un ocho, a menos que pensaras que eran dos donas unidas. Pero Naruto sólo dijo que había una, no dos. –Agh, olvídalo teme–rezongó, cruzándose de brazos.

... Son dos donas, no una –dijo de pronto. Naruto le miró raro. Sasuke hizo una mueca. –Son dos, dobe

Es una que se partió en dos –le aseguró. Su respiración se volvió mucho más calmada y la de Naruto también, a diferencia de lo que era cuando llegaron. Y el viento había comenzado a correr, bajándole la temperatura del cuerpo y secando su sudor por el traqueteo anterior. El pasto no estaba mojado, por lo que era agradable estar echados en ese lugar. Y el miedo por fin se había alejado de él.

Estás mintiendo, dobe. Mi mamá dijo que la nariz le crecía a la gente mentirosa –Naruto se agarró la nariz. Sasuke asintió solemnemente. Lejos de ellos, comenzaron a chillar cuando una embarcación hizo un movimiento que hizo que levantara agua, como las películas. Rodó sobre su posición y miró con curiosidad unos momentos, pero le pareció mortalmente aburrido –no es tan interesante –admitió en voz alta.

Naruto lo miró –No te estoy siguiendo, teme. ¿No te gusta mirar nubes? –Sasuke negó con la cabeza, palmeándole el hombro y apuntando hacia el lago. Naruto también rodo de su asiento –Ahhh los barcos ¿Por qué no? Kiba tiene uno y una vez me lo prestó ¡Es genial!

Pero si el barco se muere en la mitad del río ¿Cómo lo vas a salvar? –No tenía sentido; era como los autos a control remoto. Nunca le habían gustado y nunca le había encontrado sentido a manejar algo a distancia sin motivo alguno.

Nadando ¿De que otra forma? –A Naruto se le olvidaba que tenían cinco. Sasuke con suerte podía aletear sin hundirse y solamente nadaba con flotador. Naruto no podía ser diferente a él ¿Verdad? Y tampoco eran como su papá, un adulto. O su hermano, que tenia ocho y ya podía cruzar una piscina sin problemas. Naruto miró el agua seriamente, como si estuviese tratando de leer libros de adultos –Bueno, yo no. Pero le pediría a un adulto que lo hiciera

Eso tenía más sentido, pero seguía sin gustarle. Ni siquiera las competencias de embarcaciones en primavera habían llamado su atención alguna vez. Muchos niños gritando y corriendo alrededor del río, interrumpiendo su paz. Sasuke hizo una mueca.

¿Por qué dijiste que el vecino volvería? –preguntó. Naruto hizo una mueca.

Me gusta pensar más en barcos ¿Sabes? –respondió. Pero a Sasuke no, le llamaba más la atención eso. El vecino había salido con un palo persiguiéndolos. ¿Les habría hecho daño si lo encontraban? ¿Por qué Naruto había corrido de él con tanto miedo? Sasuke arrugó el entrecejo. –Ese viejo es un pesado

¿Cuántas ventanas le han roto?

¡Sólo una, dattebayo! ¡Y ni siquiera fue mi culpa! –gruñó. Sasuke asintió como si entendiera. Pero a él no lo había visto nunca además de jugando a la pelota y sus papás no parecían ser amigos de los de él para entender. Supuso que los papás de Naruto no debían estar muy felices si el vecino se quejaba constantemente de él. –Es porque no tengo papás. Por eso me acusa ¡Incluso me pegó con ese palo una vez! –replicó. Sasuke abrió la boca de la sorpresa, Naruto ni siquiera lo notó ¿¡Le había pegado?! –viejo rencoroso...

Trató por unos minutos de imaginarse una vida sin sus papás, pero no pudo. Su mamá siempre había estado ahí para cortar sus vegetales y arroparlo en la noche. Y su papá le leía a veces o le acariciaba la cabeza si hacía algo bueno. ¿Cómo habría podido vivir sin eso Naruto? ¿Quién lo arropaba o le cortaba los vegetales? ¿Quién mandaba sus dibujos a Santa para recibir regalos? Y más importante. ¿Quién preparaba su tomate? Podía vivir siendo el único hijo de la casa, pero no sin sus papás.

Aunque Naruto había vivido toda una vida sin ellos.

¿Por qué no tienes papás? –Naruto se encogió de hombros. Sasuke ladeó la cabeza.

El viejo Sarutobi dijo que habían muerto –Parecía no importarle demasiado, pero antes de que Sasuke preguntara el por qué o quién era ese anciano, la gente cerca de ellos comenzó a gritar lo que les hizo voltearse hacia el lago. Uno de los barcos había chocado con otro y parecían haberse roto los dos. Observaron en silencio cómo los intentos de los chicos de adentrarse en el agua fueron detenidos por sus padres, quienes llegaron tan lejos para incluso jalar a uno de ellos de la oreja para llevarlo a la superficie.

Mientras tanto, los barcos se hundían lentamente frente a la puesta de sol.

Te dije que los barcos no servían


¡Es culpa de su aroma!Where stories live. Discover now