Inhibidor, parte 2

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Hay algo que no me cuadra –Dijo Sasuke, sirviendo la cena. Itachi alzó una ceja por encima de la sopa de Miso que recién le había servido. Lo había hecho lo bastante consistente como para sirviera sólo como cena.

¿Hm?

¿Cómo sabes tanto de los omegas? –Su hermano pareció pensarlo un poco. Sasuke esperó, tomando el jugo y sirviéndose un poco. A esta hora, Itachi solía preferir tomar sólo te caliente. Sin embargo, alzó el vaso hacia él y dejó que Sasuke le sirviera.

¿Por qué no debería saberlo? Eres un omega y yo soy responsable de tu bienestar. Es necesario que ambos nos informáramos sobre el tema –Sasuke negó con la cabeza. No, aquella era una respuesta como para dejarlo tranquilo, sólo eso. Podía ser el menor de los dos y no podía tener las herramientas de persuasión de su hermano mayor, pero eran familia. Podía saber, al menos, cuando su hermano le daba respuestas para evadir un tema en especial.

Sabías de los omegas antes de que yo fuera uno

Estudiamos en la misma preparatoria, Sasuke. Tuve la misma clase informativa donde tuviste el detalle de golpear a Sai –murmuró él, inocentemente. Sasuke abrió la boca de la sorpresa. ¿Cómo es que él sabía? ¿Acaso el traidor de Naruto le había...? –Kakashi lo comentó durante la práctica. Sabes que es pareja de Iruka –el menor refunfuñó. Itachi le sonrió indulgentemente –demasiado como para no hacerlo sentir rabioso– pero no le dijo nada más, limitándose a tomar los palillos para comenzar a comer.

No es lo mismo. Sabes demasiado

Soy inteligente, hermanito. Estudié sobre el tema y ya –Por dios, esa era una gorda mentira. Era la mentira que Sasuke usaba cuando aprendía una nueva receta de cocina por motivos que no tenían nada que ver con superación personal.

No me lo creo –admitió. Su hermano se encogió de hombros y siguió comiendo.

Es la única respuesta que tengo para ofrecer –respondió. Sasuke intercambió miradas fulminantes al mismo tiempo que terminaba con su propia cena. Tratar de sacarle información a Itachi era tan difícil como lograr que el tonto de Naruto dejara el ramen. –¿Cómo vas con lo de los Inhibidores? –preguntó casualmente. Sasuke alzó una ceja, cambiando el canal hacia el programa de comedia que le gustaba. Se encogió de hombros con indiferencia.

Intentándolo. No puedo decir que tenga mucho éxito –admitió. Su mal genio siempre era como un estallido hormonal y no podía controlar su propio aroma cuando eso pasaba. Sobre todo en el tren, cuando extraños liberaban su aroma e intentaban invitarlo. Era terrible y sumamente incómodo para él.

Es tu mal genio, Sasuke. Quizá deberías volver a practicar kendo, hacer algo de ejercicio –Sasuke también lo había pensado, pero no se veía especialmente atraído a volver de lleno a ello. Aunque quizá sólo era porque lo había dejado por orgullo, después de obtener el segundo dan y entender que en realidad lo había hecho sólo por intentar superar a Itachi. No porque le gustara –Me comentaron que era mucho más fácil controlar tu aroma cuando estabas en control, y ella me dijo que el ejercicio en los omegas era el método más simple cuando no tenías control absoluto sobre tus emoc...

¿Ella? –le interrumpió él, ladeando la cabeza. Su hermano cerró la boca abruptamente. Sasuke omitió la música de apertura de su programa favorito y la vibración del celular, por escrutar el rostro de su hermano. Hasta había perdido el color un poco –¿De quién ella hablamos?

Estamos hablando de inhibir tu aroma, hermanito –respondió inmediatamente, incluso intentando parecer burlesco, como si Sasuke fuera tonto. Pero él ignoró la pulla a pesar de que odiaba ese tono que usaba.

¿Volviste con Izumi? –preguntó con curiosidad. No sería raro, después de todo. Ella era la única chica que le había conocido y siempre se habían visto bastante unidos. Hasta habían sido novios, según lo que Sasuke le había escuchado a su madre. Pero cuando sus padres habían fallecido, un tiempo después ella se fue de la ciudad y él no había escuchado más de ella por Itachi. Aunque tampoco había tenido tiempo para preguntar, preocupado de su propio duelo. Su hermano negó con la cabeza.

Ella está en Tokyo –le recordó él, con suavidad. Tampoco era como si Tokyo quedase muy lejos de Konoha como para que eso fuera un impedimento. Y su hermano estaba tan ocupado que no creía que le funcionaría otro tipo de relación que no fuera a distancia. No era una buena excusa –A veces me escribe, pero ella tiene su propia vida. Es una beta...

Entonces sales con una omega –inquirió él. Itachi le miró fijamente un momento, como si estuviese tomando una decisión privada, para finalmente suspirar.

Tú sales con Naruto –replicó, tranquilamente. Sasuke arrugó el entrecejo.

Eso no tiene nada que ver contigo –respondió, más impulsivo de lo que pretendía. Itachi le dio una mirada burlesca que le hizo gruñir durante un momento. Antes de recordar lo que estaba haciendo –Y estamos hablando de ti, hermano mayor –Sasuke sonrió un poco. Su hermano apoyó el codo contra la mesa, como si estuviera aburrido. Probablemente y sólo porque lo conocía bien, Sasuke podía decir que estaba midiendo su respuesta.

En realidad, hablamos de tu incapacidad de controlar tu aroma natural –insistió el hombre, olfateando un poco el aire. Si hubiese sido alguien más, sin mencionar al idiota de Naruto, le habría molestado terriblemente –Hueles a impaciencia. Y no debería ser un aroma que pudiera percibir tan fácilmente si no fuera porque no eres capaz de controlar tus impulsos

No me jodas, Itachi. Sales con una omega y no eres capaz de admitirlo –le interrumpió él. Itachi le apuntó con el dedo, dando a entender su punto y haciéndole maldecir por lo bajo. Maldita sea, tenía razón. Aunque si era sincero consigo mismo, Sasuke habría esperado un chico como compañero, o algo así. Aunque Izumi había sido una chica amable, era quizá demasiado sosa para alguien tan calculador como su tonto hermano.

No estoy negando nada, Sasuke –le hizo ver él, en un intento de dominar el tema –Sólo no me estoy saliendo por la tangente. Necesitas manejar aquello

Bien, bien, volveré al maldito Kendo –gruñó el chico. Pero captando bastante bien sus últimas palabras. Itachi le sonrió y se sirvió más jugo, como si aquello hubiese sido una conversación normal –que lo era, sin omitir el hecho de que su hermano había admitido que salía con alguien y eso era propicio para su venganza– y no estuviesen hablando de un tema tan relevante como ese. Sasuke, sabiendo que tenía la mitad de la sartén por el mango, se limitó a subir el volumen de la televisión –Pero no se te olvide, que no son muchos los invitados a la prueba de examinación del dan 4 –murmuró, inocentemente.

Itachi carraspeó. Y fue suficiente como para ponerle de buen humor.

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Habemus nueva portada!!

¡Es culpa de su aroma!Where stories live. Discover now