Aparente día normal

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Pensaba en hacer un especial de san valentín pero... que paja xD andaría corta de tiempo y aunque lo intentaré (tengo por ahí al menos cinco fanfictions que debería terminar xD) no prometo nada. Además de que debo avanzar en esta, en melodrama y mi especial de navidad que para variar aún no avanzo nada :v. Eeeeen fin ¡Feliz San Valentín gente! pasen un lindo día (por si no publico ese día) ya estén solteros o no. Yo, como buena gamer soltera, me la pasaré viendo videojuegos o alguna serie xD

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A Naruto le dieron un día de suspensión, porque según Tsunade simplemente había sido una respuesta natural a sus feromonas aún sin control. Pero lo dijo con una sonrisa tan petulante que podía jurar que se estaba burlando de él. El problema fue cuando Naruto, para su sorpresa, comenzó a quejarse de que no podía faltar. Hecho que le hizo merecedor de un golpe de la actual alcaldesa de Konoha. Y que lo dejó inconsciente por una hora y algo más.

Itachi tuvo que venir por ellos.

Ciertamente Naruto terminó haciendo caso a las amenazas y no fue a clases. Pero le envió mensajes toda la maldita mañana, como si fuera un fin de semana y él tuviera tiempo para contestarle. Y fastidió a Hinata Hyuga y a Shikamaru Nara para que almorzaran con él. Sasuke ciertamente no se lo había pedido, pero se vio forzado a aceptar cuando la chica le murmuró que Naruto sólo le estaba cuidando. Y cuando Nara sugirió comer en la sala y jugar una partida de shōgi, que fue bastante más interesante de lo que él creyó, terminó aceptando que no fue una mala idea. Aunque perdió miserablemente.

No sintió ansiedad. Pero si tuvo esa sensación que venía a él siempre que Naruto se enfermaba y su pupitre estaba vacío. Algo parecido a la pérdida. Pero era un pensamiento que solía descartar rápidamente, porque era irracional. Naruto siempre volvería. ¿Por qué se iría de la escuela de un día para el otro?

Aún así, cuando terminó el día decidió ir a buscar sus deberes donde Iruka-sensei. Era eso o sentarse en su pupitre para saber si tenía algo del olor del rubio. Y ese pensamiento –probablemente originado por su sexo secundario– le gustó tan poco, que optó por una visita. Quizá meterle algo en la boca que no fuese ramen instantáneo. También serviría como algo experimental, pensó él. Quizá así dejaría de oler a ramen.

Te lo agradezco, Sasuke –admitió el hombre, sonriéndole tranquilamente. Sasuke se preguntó cómo podía tener tanta paciencia con un grupo de desadaptados como ellos lo eran. Al mismo tiempo de que consideraba que ser profesor no era lo suyo. Sasuke asintió, recibiendo las hojas cuidadosamente ensambladas que metió en su mochila. –¿Sería mucho si te pidiera que te aseguraras que comiera bien?, es que Naruto...

Sólo come ramen instantáneo –le interrumpió él, rodando los ojos. Su gusto por el ramen era legendario, además de que solía ir a comer a Ichiraku con el profesor de vez en cuando. Asintió al final –Pensaba en preparar algo para él, de todas formas –admitió, no sin sentir algo de vergüenza. Pero Iruka-sensei tenía ese efecto que te inspiraba confianza para decir ciertas cosas. Debía ser su aroma, algo muy suave y nada molesto. Iruka-sensei le miró con agradecimiento antes de que Sasuke saliera de la sala de profesores. No sin antes saludar a Kakashi con la mano, desde lejos.

Se sorprendió el ver a Hyuga en la puerta.

¿Vienes a ver a Iruka-sensei? –preguntó con curiosidad. La mujer asintió, mirando hacia todos lados. Nerviosa como siempre. Sasuke asintió de vuelta, antes de darle la espalda y comenzar a caminar hacia la salida. Había avanzado un buen tramo y ya se acercaba hacia sus zapatos cuando ella llegó corriendo donde él. Sasuke no la sintió, hasta que ella tocó su hombro. –¿Sí? –preguntó, saltando un poco del susto. No solían tocarlo, a menos que fuese Naruto. Pero Naruto era tan ruidoso que se anunciaba sin quererlo.

Vas d-donde... ¿Naruto-kun? –preguntó ella, jadeando por el esfuerzo. Curioso para una chica que se dedicaba al karate. Sasuke asintió, alzando una ceja. De todas las chicas de su clase, Hinata era la que menos le desagradaba. Principalmente porque no estaba enamorada de él y porque no era ruidosa. Y era bastante inteligente. El único problema era que, desde la primaria, solía seguir a Naruto a la distancia. Y eso le incomodaba un poco. Ahora mismo, posiblemente le incomodaría mucho más –había agradecido internamente cuando dejó de hacerlo–. Su aroma no era incómodo, pero los girasoles nunca habían sido sus flores favoritas.

Llevo dos días sin usar inhibidor y no veo un cambio –admitió él, de pronto. Ella centró su mirada en él nuevamente, pensándolo un poco.

Me llevó un mes poder controlar mis f-feromonas –le dijo ella, enderezándose finalmente. Hinata colocó sus manos en su falda. Sasuke hizo una mueca al escucharla. ¿Un mes? Llevaba dos días y ya había habido problemas. ¿Cómo sería un mes completo? Maldijo internamente. Ni siquiera había sentido que su aroma era más intenso. No veía cómo podría notar eso. –Es algo gradual, Sasuke-kun

Ya veo –respondió, no creyéndole del todo. Porque un mes... Quizá había sido más fácil para ella, que practicaba un deporte. Pero Sasuke había dejado el único deporte que practicaba, porque no le había encontrado el sentido de seguir. Quizá debería considerar el volver un tiempo... –me tengo que ir. Hasta mañana –se despidió, sacando sus zapatos y dejando sus zapatillas de clase dentro de su casillero. Hinata abrió la boca, dispuesta a llamarlo, pero Sasuke se apresuró a salir.

Por algún motivo, sospechó que ella quería ir con él.

Y por algún motivo... eso no le gustó nada.

¡Es culpa de su aroma!Where stories live. Discover now