06. Agotada

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Caminaba a través de los árboles buscando plantas medicinales, necesitaba distraer mi mente y lo mejor para mi era la recolección. Escuché un leve sonido detrás de mi, por puro instinto ya había preparado mi arco con una flecha y en menos de un segundo me giré apuntando en la dirección del sonido.

Me horroricé al ver a Suika quien se escondió tras el árbol mas cercano, dejé de tensar la cuerda del arco y me relajé. Guardé la flecha en mi carcaj para agacharme a la altura de la niña.

—¿Por qué me seguías pequeña? —hablé lo suficientemente alto como para que solo ella me escuchase— Deberías ir a ayudar a Senku.

Ella todavía temblaba como hoja en su lugar, con su voz trémula se dirigió a mi— Yo quería investigar si eras una mala persona —tragó grueso y daba un paso atrás—, como son aliados de Tsukasa…

—Pero tu no deberías hacer eso, ¿acaso el idiota de Senku te ha obligado? —ella negó girando repetidamente su cabeza de izquierda a derecha— Entonces lo hiciste por tu cuenta —asintió a lo que yo suspiré y revolví mis cabellos, hacía rato que me había soltado mi chongo—. Tsukasa no es mala persona, es una buena persona a la que le han pasado cosas malas.

—¿Cosas como qué? —se acercó con curiosidad olvidando por completo el susto de hace un rato.

—No te puedo contar, ese es un secreto entre él y yo —di un golpecito en su casco de sandía—. Por cierto, podrías contarme-

No pude terminar mi frase al ella haberse emocionado y dado un giro en su lugar— ¡Claro! Escúchame con mucha atención.

Me acomodé mejor en el suelo apoyando mi espalda contra las frías plantas, podía observar como las nubes se movían por el viento a través de rendijas que dejaba el espeso follaje de los árboles.

Escuché un ligero ruido a mi alrededor y seguidamente sentí una manito tocar mi brazo, Suika se había acomodado a mi lado en el suelo.

—Todo comienza con una pequeña princesita, era la más hermosa de todo el mundo —respiraba con parsimonia y cerré mis ojos para imaginar mejor el cuento—, ella tenía 2 hermanos. El mayor era increíblemente creativo, y el menor era muy curioso, los tres eran un gran equipo.

Otra vez se había instalado un nudo en mi garganta costándome la respiración— ¿Ellos tenían nombre? —hablé sumamente bajo, sentía que mi voz se iba a quebrar si hablaba en un tono un poco más alto.

—Sus nombres se perdieron hace mucho creo pero… ¡Shhh! Déjame continuar —asentí y volví a esperar—.  Cuando la princesa crecía se hacía cada vez más hermosa, por sus bellos ojos, que parecían las esmeraldas más puras del mundo, las otras chicas del lugar le tenían mucha envidia y la molestaban por eso, pero la princesita tenía a su padre para apoyarla, siempre que ella lloraba él estaba ahí. Tristemente no sabían que él estaba enfermo de su corazón y por ello un día simplemente colapsó dejando muy tristes a la Reina y a sus hijos.

Conforme hablaba la pequeña las ganas de llorar se acumulaban, intentaba con todas mis fuerzas mantener mi respiración tranquila, sabía muy bien esa historia y sabía todo lo que continuaba, era mi historia.

—La Reina entristeció tanto que le costaba cuidar de sus hijos, la pequeña Medusa se encargaba de ayudar a sus dos hermanos a pesar de ser la de en medio. Para mala suerte el hermano menor heredó la enfermedad del corazón de su padre y fue marchitándose poco a poco hasta que él también murió.

Empecé a llorar, extrañaba demasiado a Koichi. Las lágrimas se escapaban debajo de mi máscara, sin embargo no emití ningún sonido, no quería interrumpir a Suika hasta llegar al final del cuento.

—La Reina no pudo con el dolor y enloqueció, fue tanto que empezó a hacer daño a sus hijos. El príncipe mayor y la pequeña Medusa se protegían mutuamente. Un día, cuando la princesa volvía de visitar la tumba de su hermanito, su madre estaba muerta, su tristeza la mató —quería soltar un bufido, si claro, la tristeza—. Sin embargo, ellos no se detendrían por el dolor, el mayor empezó a esforzarse el doble en sus historias para crear una tan buena que el mundo se detenía cada que salía un nuevo capítulo, y ella se esforzaba para ayudarlo. Muchas noches ella se quedaba a su lado esperando a que acabara de dibujar para poder dormir. Medusa no se preocupaba tanto por si misma, nunca notaba como sus ojos enamoraban y engatusaban a las personas con tanta facilidad que aquél que la miraba directamente a los ojos se quedaba de piedra. Ambos lucharían contra mar y tierra para poder seguir juntos. Eran su única familia y mientras puedan seguir peleando codo a codo nunca se rendirían.

—¿Ese es el final? —hablé con los ojos cerrados en intento de parar las lágrimas, me debatía en si contarle como realmente acabó esa historia— ¿Por qué te gusta ese cuento si es tan triste?

—Porque yo también quisiera tener una hermana así —abrí los ojos mirando nuevamente las nubes y estas se ennegrecían, se acercaba una tormenta—. Tan fuerte y hermosa…

—No era tan fuerte Suika —hable sentándome sobre del pasto—, solo era una jovencita que no debió pasar por eso. Por tanto dolor y pérdidas.

—¿Cómo podrías saber eso? —cuestionó aun sin levantarse de su puesto.

—Si te cuento, ¿Puedo confiar en que no se lo contarás a nadie? ¿Ni siquiera a Senku? —pregunté aun sin mirarla, mi vista se perdió en un punto indefinido del bosque, escuché la afirmación de la pequeña y suspiré con dolor, toqué el nudo que mantenía mi máscara, más no lo solté— Yo soy la princesa Medusa, Suika. Y estoy tan cansada de esto.

Sentí sus bracitos en mi cuello, me abrazaba por la espalda y yo simplemente atiné a llorar aún más. Quería volver en el tiempo y haberle dicho a Shōta que no salga de casa ese día. Que nos quedáramos juntos viendo malas películas de romance para burlarnos de las malas actuaciones y durmiéramos sobre la alfombra de la sala.

—Los príncipes se llamaban Shōta y Koichi, ambos eran mis hermanos… y los perdí a ambos —lloré aún más—. No debería estar aquí pequeña, ya estoy tan agotada, me he gastado toda mi energía hace mucho tiempo.

—Desde lo que dijo Gen creí que eras tú —sentí sus bracitos apretarme un poco más, pero sin llegar a cortarme la respiración—, me agrada haber conocido a la princesa de mi cuento favorito.

—Gracias pequeña —acaricié su manito antes de hacer que me suelte—. Ahora deberías ir donde Senku, probablemente necesite tu ayuda más que yo.

Y de repente se escuchó un estruendo, había comenzado a llover Y al parecer era una tormenta eléctrica. Suika corrió hacia la aldea y yo me dediqué a observar a lo lejos como estaban por hacer un imán.

Suspiré con cansancio, no iba a ayudar a Senku, no podía, tenía una promesa con Tsukasa que no podía romper.

Estoy tan agotada… solo quiero descansar.

Espero les haya gustado, en lo personal lo escribí cuando escuchaba "I'm tired" de Labrinth y Zendaya

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Espero les haya gustado, en lo personal lo escribí cuando escuchaba "I'm tired" de Labrinth y Zendaya

Pd: siento que esta corto el cap, ¿Que dicen ustedes?

30/06/2022
- Byakurō -

Stay Alive [Senku Ishigami]Where stories live. Discover now