09. Verdades

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—¿Vas a volver a allá? —miré con un poco de tristeza a Gen mientras este juntaba flores y las guardaba entre sus vestimentas.

En la mañana habíamos quedado de encontrarnos en este lugar rodeado de bellas flores y algunos animales herbívoros. Era completamente hermoso, había gran cantidad de colores y me encantaba. Este lugar alguna vez fue un jardín botánico que visité con Shōta y Koichi, todavía sentía cierto calor que me recordaba a ellos.

—Sí, pero no lo hago solo por Tsukasa —de todas las plantas de ahí tomo una flor amarilla y me la puso sobre mi oreja—. También cumplo mi parte del trato.

Hubo un silencio donde toque la flor y sonreí, me sorprende la dualidad que tiene Gen con su actitud. Miré al cielo en busca de paz y consejo, pensando cuál sería mi mejor forma de actuar a partir de ahora.

Antes de que llegara a una conclusión escuché como carraspeaba y al mirarlo me extendió su mano, una acción a la que no tenía ni idea de como reaccionar.

—No puedo… —simplemente eso pude murmurar sintiendo como se me cerraba la garganta impidiéndome el habla.

—Claro que puedes, es solo que tienes miedo —sabía que no mentía, pero aún así lo negué, estaba completamente aterrada, tanto de Senku como de Tsukasa. Gen pareció notar eso y suspiró—. De todas formas no te puedo obligar, si lo intento seguramente me rompes todos los huesos.

Eso logró que sonriera— Aunque pueda hacerlo no lo haré —él rodó los ojos antes de sonreír—. Te cubriré las espaldas desde aquí.

—Muchas gracias su majestad —fue mi turno de quejarme y rodar los ojos—. Hasta luego Nameless-chan…

Solo me despedí con un suave movimiento de mano antes de darle la espalda para regresar al imperio. Sentía una extraña presión en el pecho, una sensación de mal augurio me recorrió el cuerpo.

Decidí ir donde Tsukasa esperando si podía pedirle alguna misión o algo para ocuparme en alguna actividad y evitar sobre pensar las cosas.

Pero al llegar noté que no estaba en su trono y en su lugar estaba Hyoga llegando. Al verlo no pude hacer más que una mueca de asco y esperar a ver que va a hacer.

—Que bien que te encuentro, me ahorras el tener que buscarte. —tomé ligeramente la daga que había mandado a hacer hace poco con los artesanos.

—¿Vas a tener el descaro de intentar matarme en el trono de tu jefe? —pregunté con sarcasmo mientras ejercía presión en el mango de la daga, pero sin sacarla, si intenta algo se la clavo en la garganta.

Él se burló de mi pregunta y negó con la cabeza— Para nada, no tengo tal descaro —respondió fingiendo haber sido ofendido—. Tsukasa me pidió que te avisara que debes hacer nuevo armamento.

—¿Para qué? —miré con desconfianza como este agarraba su lanza, pensé que me atacaría, pero cuando me la extendió me confundí aún más.

—Me pidió que no te avisara, quería ser él quien te lo diga —se enderezó y apuntó su lanza con su dedo índice—. Se de tus capacidades para diseñar armamento, seguramente le encuentras algún defecto. Por la misión que me encargó Tsukasa necesitaré otra.

Le lancé de vuelta su lanza luego de haberla analizado, emprendí mi camino hacia mi cueva— Tendrás tu estúpida lanza cuando regreses.

Y salí del salón del trono, quería vomitar con la idea de diseñar algo para él. Si la misión era importante Tsukasa prontamente me iba a buscar.

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Stay Alive [Senku Ishigami]Where stories live. Discover now