07. Ilusión de pérdida

210 43 17
                                    

Observé ansiosa el techo de ese almacén, por la oscuridad de la noche solo notaba un par de sombras a duras penas. Regresé mi vista a Gen cuando este aclaró su garganta.

—¿Dónde estabas? —simple y monótono, mirándome de reojo esperando una respuesta.

—Por ahí, aclarando mi mente —del mismo modo le respondí—, ¿sabías que llegué a una conclusión respecto a ti? —añadí un poco de emoción a mi voz haciendo que se interesara.

—¿Y a qué conclusión llegó?, mi reina —es sorprendente la relación de amor odio que tengo con ese tono fastidio que acaba de usar— Podría ser… ¿acaso se enamoró de mi?

Lo miré incrédula y solté una fuerte carcajada cortando el ambiente de tensión que traía ese experimento. Callé lo más rápido que me fue posible y me acerqué más a Gen.

Puse mi brazo en su hombro y simulé ser una colegiala enamorada— ¿Cómo te enteraste oh mi poderoso mentalista? —un tono meloso obviamente en burla salió de mis labios antes de retomar la compostura— Fuera de broma si te tengo cierto aprecio.

—Me alegra escuchar eso —ambos volvimos a mirar a los científicos del lugar como parecían terminar de acomodar todo—, había escuchado que era la Reina era alguien sin cora-

—Supongo que todos tienen esa visión de mi —interrumpí su frase, no quería escuchar el resto del rumor—. No los culpo, yo quería que pensaran eso… simplemente ya no quiero más dolor en mi vida, así que… ni se te ocurra morir.

—… —no recibí respuesta por lo que iba a mirarlo en busca de una.

Más no pude cuando un resplandor inundó mi vista. Senku había hecho lo imposible otra vez.

La admiración que tengo por él solo crecía y por ello mi corazón era apretujado, sabía que debía ayudarlo pero no podía. Cuando salí de la petrificación había sido atada a Tsukasa.

Ahogué un sollozo y la única lágrima que cayó de mis ojos fue borrada con un delicado movimiento. Me estiré antes de girar hacia el bosque, la mano de Gen tomó mi hombro haciendo que lo mirara.

—Quédate cerca y al pendiente. —una petición simple y sin emoción.

Me pareció extraña pero asentí, Gen me ofreció una sonrisa y escondió sus manos dentro de las mangas de su abrigo. Se marchó hacia Senku y yo me dirigí a los árboles.

Treparía a uno y me mantendría al pendiente, o al menos eso planeaba cuando escuché unas ramas rompiéndose, rápidamente agarré una flecha y la acomodé en el arco.

Tomé una respiración profunda antes de caminar en dirección del sonido. Cada paso que daba lo hacía con extremo cuidado, si era un ataque no quería que supiera mi ubicación exacta. Era verdad que tenía un excelente oído, pero ahora me serviría más el de Ukyo.

Cuando llegué al lugar noté que era una leona, se veía tan majestuosa que caí hipnotizada por ello. En sus fauces tenía una especie de ciervo. Bajé lentamente el arco pero la leona notó mi presencia por lo que ejercí más presión en mi arco pero sin elevarlo, no quería que se asustara y saltara a destrozarme el cuello.

Noté los brillantes irises verdes del animal y noté como se giró con el animal aun agonizante entre sus dientes lista para irse, supongo que tiene crías.

Suspiré y guardé mis armas, estaba perdiendo el tiempo en juegos en lugar de vigilar. Cuando llegué escuché un grito ahogado de una voz sumamente familiar, pasé saliva con pesadez antes de correr en dirección del sonido.

No podía ser él, ¿verdad?

Corrí lo más rápido que pude y cuando llegué vi a Gen tirado en el suelo con una lanza clavada en su estómago, sentí mi respiración cortarse y mi estómago revolverse. Me giré hacia el árbol más cercano y vomité lo poco que había comido ese día. Sentía mi cabeza dar vueltas y las lágrimas brotaban a mares sobresaliendo incluso por los ojos de la máscara.

Stay Alive [Senku Ishigami]Where stories live. Discover now