Stay Alive [Senku Ishigami]

14. Promesa

—¿Dónde estabas y por qué estás puesto eso? —la voz seria de Senku consiguió que me congelara en mi lugar.

Estaba entrando a la aldea con sigilo pues no quería alertar a alguien y al parecer fallé en el intento. A través de la máscara de zorro observé la mirada seria de Senku.

—Fui a arreglar unos asuntos… —respondí nerviosa escondiéndome en la piel de león que me abrigaba, aunque arrugué mi nariz por el olor a guardado que tenía.

—Fuiste al imperio —afirmó enojado y solo pude temblar en mi lugar asintiendo con la cabeza—. ¿Hablaste con Tsukasa?

—¡No! —me excusé rápidamente mientras me quitaba la piel de león, luego me avergoncé por esa reacción— Solo fui a establecer alianzas y a recolectar información.

Aquello relajó la mira de Senku, limpió su oído y con su mano me pidió acercarme, al hacerlo acercó sus manos hacia mi rostro y cerré los ojos con nerviosismo. Me quitó la máscara y así pude observar con mejor claridad como su rostro era bañado por la luz blanquecina de la luna.

Ahora entiendo porqué le gusta tanto, tiene un brillo tan hermoso y llamativo.

—Es molesto verte usar esto —amarró la máscara a una de sus bolsas y volvió a mirarme—. Cuéntame.

—Alguien dentro del imperio que no quiere la guerra que se avecina, le pedí que le facilitara las cosas en caso de que atrapen a alguno de la aldea —pensé en Ukyo y en su mirada de esperanza cuando le conté sobre el Reino de la Ciencia—. Pero creo que lo mejor es no decirles nada, ya sabes como son Magma y Chrome —pasé saliva nerviosa, tomé la mano de Senku buscando confort y en respuesta obtuve un pequeño apretón—. Y a la primera persona con la que deberían hablar es la cuidadora actual de Taiju y Yuzuriha, Nicky, pero no le mientan respecto a Lilian, solo háganle escuchar el disco, estoy segura de que les ayudará a mejorar su imitación de Lilian.

Podía ver el subir y bajar de su pecho por la acción de respirar, escuché su suspiro de alivio contagiándome de esa sensación.

—Eso agiliza mucho las cosas, cuando regresen de la exploración hablaré con Gen de esto —me acerqué más a él invadiendo su espacio personal y escondiendo mi rostro en su cuello, la espalda de Senku se apoyaba en uno de los pilares del almacén/observatorio—. Gracias por esto pero deberías decirme cuando vas a dejar de estar pululando a mi alrededor. Al menos para no preocuparme por si accidentalmente maté a mi conejillo de indias. —reí por el tono de voz que usó.

—Siempre puedes buscar el origen de la petrificación y salvarme, ¿no? —soplé un poco de aire en su cuello por mi risa y él tembló un poco por eso, pero también rio conmigo.

Me apegué más a su cuerpo sin llegar a soltar su mano, me encantaban estos momentos de complicidad y confianza que llegaba a tener con él a pesar de que Senku no es una persona de cariño físico. Amaba ser esa persona a la que le permitía invadir su espacio personal.

Tomé su mano libre y la llevé a mi cintura, sonreí al notar que cuando la solté él no la quitó— ¿Puedo decirte algo? —escuché un sonido afirmativo, respiro profundo y me alejo un poco para poder ver su rostro pero avergonzada por las palabras que iba a decir miré nuestras manos unidad— Te quiero Senku… —mordí mi labio y lo miré al rostro, disminuyendo la distancia mientras me perdía en el rojo de sus ojos— ¿Puedo volverme esa persona una vez consigamos recuperar la sociedad y la ciencia?

Con mis ojos levemente llorosos noté la sorpresa en los suyos, luego se relajaron y me percaté de como estos se enchinaban un poco por la pequeña sonrisa que se plantaba en su rostro.

Esa era su forma de aceptar cualquier cosa que le decía, lágrimas de felicidad escaparon de mis ojos y por impulso le robé un beso.

Fue torpe y cariñoso, uno que encapsulaba todos los sentimientos que alguna vez suprimí y volvían a salir en mi pecho como una fuego abrazador. Era tan cálido y agradable que lo sentí eterno a pesar de que duró un par de segundos.

Volví a esconder mi rostro en su cuello pero esta vez lo rodeé también con mis brazos pegando mi pecho al suyo y enredando mis dedos en algunos de sus mechones.

Por primera vez en muchísimo tiempo sentí como Senku también dejaba su cabeza reposar en el espacio entre mi cuello y hombro. Sus brazos me acercaron más a su cuerpo y yo sonreí realizada.

—¿Es una promesa? —susurré encapsulada en el ambiente de confianza y cariño.

—Si. —simple y directo, pero sentía devoción en su voz.

—Gracias —el agarre se debilitó y el abrazo terminó, antes de irme deposité un beso en su mejilla—. Descansa Senku.

—Tu también ________.

Una sonrisa cómplice, una mirada llena de cariño y devoción, todo eso me dejó una sensación de calidez en el pecho que me tuvo sonriendo como boba todo el camino hasta la cabaña.

Al entrar a esta estaba completamente vacía, supongo que Suika fue a dormir con alguno de los niños o con Kohaku.

De repente el entorno se sintió tan frío pero no por el invierno. Al diablo.

Salí otra vez en dirección al observatorio y me escabullí hasta donde estaba Senku. Al estar a su lado me recosté cerca y me cubrí con la manta de león.

Esa fue definitivamente la peor de mis ideas, al día siguiente me sentía terriblemente mal, tenía frío pero estoy segura de que tenía fiebre.

No entendí nada del regaño que me dio Senku por no cuidarme, solo atiné a dormir más intentando recuperar energías, después de todo ya había ayudado al Reino científico.

Pasé dos días en cama bajo los “cuidados” de los más pequeños, ciertamente eran muy listos, pero eso no quitaba que sigan siendo niños y estos a su vez son muy inquietos. No pude descansar del todo así que cuando desperté y escuché que iban a hacer un carro casi me atraganto con mi saliva. Me agarró desprevenida.

El descanso fue suficiente, teníamos muchas cosas en las que trabajar para, al parecer, rescatar a Chrome. Estoy completamente segura de que estará bien. Ukyo lo va a cuidar.

Este cap es más corto porque en lo que va a ser la Stone Wars me tengo que extender un poco y no quiero superar los 20 capítulos con ese fic.

Sí, ya estamos cerca del final.

Pd: aquí les dejo una referencia de las estaturas de los dos.

- Byakurō -
23/10/2022