13. Nuevos deseos

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Había dejado de escuchar las voces de todos a mi alrededor después de escuchar el último mensaje de Byakuya, luego me había perdido tanto en la voz de Lilian que me sentí abrumada de sensaciones y recuerdos.

Cerrando los ojos me concentré más en la última charla que tuve con el señor Byakuya.

—¡Hola ________! —sonreí al escuchar la voz enérgica de quien consideraba un padre para mi.

—Hola señor Byakuya, ¿qué tal su estadía en el espacio? —pregunté acomodando el celular encima de unos libros y usando mi estuche de lápices para mantener recta la cámara.

—Se siente genial estar en gravedad cero —dio una vuelta alrededor de la cámara sin llegar a salir del cuadro—. ¿Cómo está Senku?

—Bien, igual de nerd que siempre —reí mientras sacaba punta al lápiz y votaba los residuos—. Se obsesionó con unas golondrinas de piedra, pero parecen extrañamente reales. Espero que no le moleste que use su cocina.

—Para nada —negó con su mano, tomó una bolsita de comida y empezó a prepararla—, si fuera por mi te pediría que te quedes en mi casa cuidando de Senku, ya sabes, viendo que coma.

Me burlé y seguí realizando mi tarea de matemática— Mi hermano no me deja, pero igual lo vigilo —al recordar algo fruncí el ceño—, me siento ofendida cuando se queja de lo que cocino. Aunque al final lo come de todas formas.

Byakuya me miró con una sonrisa— Perdónalo, cuando se trata de ti se vuelve un poco tsundere. —respondió simple comiendo una pequeña porción de fideos.

—No sé preocupe, en todo este tiempo aprendí a lidiar con su carácter de cerebrito. —acabé la ecuación y dejé mi lápiz.

—Bueno, aquí arriba hay muchas cosas que hacer —regresó a ver a un lado de la pantalla, supongo que alguno de sus compañeros lo llamó—. Te encargo a Senku, cuídate mucho pequeña Medusa.

—Hasta luego señor Byakuya. —sonreí y él colgó, luego de eso me estiré en mi asiento y me levanté viendo la hora: 6:23pm.

Suspiré con una sonrisa, mi hermano salió a celebrar con sus amigos y su editor que habían recibido una oferta para animar su manga. Seguramente llegaría hasta la media noche.

Odiaba la soledad por lo que tomé las llaves del apartamento y me dirigí al de Senku, iría a cocinar.

—Como lo extraño señor Byakuya… —murmuré más para mi misma al terminar la canción.

Escuché la sorpresa de todos ante la melodía y emocionados preguntaron si existían cosas así en la era moderna recibiendo una afirmativa por parte de Senku, todos se pusieron al borde de la euforia.

Miraba enternecida la escena hasta que algo me abrazó la pierna, era una de las niñas de la aldea, la pequeña Rose.

—Lo que dijo la abeja… —miró a sus amigos buscando apoyo para terminar la pregunta— ¿usted es la princesa medusa?

La pequeña inevitablemente alzó la voz por los nervios llamando la atención de los demás, algunos se acercaron poniéndome en alerta.

—Es verdad, el papá de Senku dijo: “¡Ah! y seguramente está ahí mi pequeña Medusa… cuida mucho de Senku” —escuché hablar a Kohaku y solo atiné a ponerme nerviosa. Miré a Ruri quien me miraba asombrada.

—El papá de Senku solía decirme así para animarme. —respondí rápido intentando acabar el tema, pero como siempre Senku queriendo llevarme la contra continuo con este.

Stay Alive [Senku Ishigami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora