Cravings

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Semana 10

Bueno, decir que todo iba en calma sería una mentira. Desde que se dio a conocer la noticia en la casa entera, sobre el estado de Porsche, todo se había vuelto un caos, y con caos me refiero a...

- ¡TENGO HAMBRE! - fue el grito que soltó Porsche desde la sala. Se había vuelto el bebé de la familia, el consentido de todos, incluso Vegas participaba en aquello y eso era mucho que decir

- ¿Que deseas comer? - preguntó Big, que desde aquel día se había mudado a la casa, después de todo, también era suya, ahora dormía en una habitación cercana a la de su padre.

-Oh, mi sobrino.- Porsche sonrió en complicidad, sabía que Bit le cumpliría cualquier antojo. - Quiero un gran melón con mucho chocolate derretido en él, vaso de sprite y un sandwish de pavo con queso y tomate.- sonrió ampliamente al terminar.

Y ahí estaba Porsche engullendo todo, solo minutos después bajo la antenta mirada de Bit de Tankhun que había llegado después.

(...)

Semana 11

La noche estaba en calma, todos en casa dormían tranquilamente. Los inquilinos de la suite principal también dormían acurrucados el uno con el otro, hasta que cierto doncel moreno y de pelo enmarañado despertó.

-Kinn, Kinn.- llamó, pero su esposo no contestó, pues estaba muy cómodo en los brazos de Morfeo.- ¡Kinn! - gritó, provocando que el otro despertara súbitamente

- ¡Qué! ¿¡Qué pasa!? - preguntó asustado, pero se relajó al ver los ojos de cachorrito de Porsche. - ¿Porsche?

-Tengo hambre Kinn.

-Son las 2 de la madrugada mi amor.

-Pero tengo hambre.- replicó Porsche aniñadamente.

- Está bien mi amor, ¿qué se te antoja? - Porsche sonrió inmediatamente.

- Fideos instantánes con carne tierna de ternera y juguito de guayaba.

- Vale, espera aquí.- dijo y se paró de la cama. Media hora después, volvió con una bandeja con cuencos humeantes un vaso grande y lleno, pero Porsche estaba rendido y por más que Kinn lo llamó para que comiera, no despertó. Resignado puso los cuencos en el microwave del cuarto y el jugo en el minibar. Se acostó y enseguida Porsche se abrazó a él. A la mañana siguiente eso fue lo que desayunó, luego de haber sido recalentado, sumándole un trozo enorme de pie de manzana.

(...)

Semana 15.

"Quiero un dulce" pensó Porsche e inmediatamente se le hizo agua la boca. - ¡Quiero un dulce! - gritó. De varios lugares de la casa llegaron Pete, Arm, Pop, Khun y Big.

- ¿Qué quieres comer? - preguntó Pete.

- Oh Pete, estás aquí. - señaló Porsche.

- Sí, fines verte, acabo de llegar, estaba con Khun No en el cuarto, fui a dejara Venice que está dormido.

- Awww, tan bello. Quiero un dulce.- sonrió ampliamente.

- ¿Qué tipo de dulce deseas comer Porsche? - preguntó su cuñado.

- Uh, no sé. Un pastel chocolate, ¿tal vez? ¿Un pie de limón, dulce de fresas en almíbar? No sé.

- Oye Porsche.- habló Arm. - ¿Cómo es que no has tenido antojos raros?

- ¡Oh! No sé. - y soltó una carcajada.

EN OTRO LADO DE LA CASA

- Ugh. ¿Qué mierda es eso que estás comiendo? - preguntó Vegas a Kinn.

- ¿Uh? Simplemente se me antojó, sólo son fideos con chocolate y mayonesa.

- Ugh, eres un asco.

(...)

- Tampoco he vuelto a tener náuseas en las mañanas, eso sí, unas ganas jodidamente enormes de orinar.

-Es normal.- dijo Khun y Porsche perdió su brillante semblante - Dentro de los vagos recuerdos que tengo, se encuentra eso, las horribles ganasdd ir al baño. -sonrió brevemente.-Luego me dijeron que era por la presión que cierto bebé hijo mío,- miró a Big a su lado y le sonrió siendo correspondido- hacía contra mi vejiga.

- Tankhun.- susurró dolido Porsche.

- ¡No importa! Ya pasó. Estoy bien. -no lo estaba realmente y todos lo sabían. - Vamos a por esos dulces para el preñado jajajaja.

Más tarde, Porsche se atragantaba con todo tipo de dulces, bueno, los dulces con menos calorías que pudieron encontrar, al fin y al cabo eran duelces igual.

(...)

Semana 16

- Uh, ya son 4 meses de embarazo, ¿verdad? - preguntó Kinn aniñadamente, mientras besaba la pequeña barriguita.- Ya falta cada vez menos para que te conozcamos pequeñín, o pequeñina, tus papis ya te aman mucho mucho.

- Kinn.- llamó Porsche, Kinn miró hacia arriba y sonrió en contestación.- Tengo antojos.- hizo un puchero, Kinn se arrastró hacia arriba y dejó un pico en sus labios.

- ¿Qué quieres comer bebé? - preguntó suavecito acariciando su vientre.

- A ti.- respondió sin pena y se lamió el labio inferior saboreando.

- ¡Oh!- exclamó en un susurro.- sírvete pues mi amor.

No hace falta decir que esa noche comieron, y no precisamente comida y durante más de 6 horas hasta saciar el hambre que había en Porsche y, ¿quién mejor que Kinn para ello?

La Sangre De La Mafia [KinnPorsche]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora