Día dos: NAUSEAS

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El día había llegado, Sanji se levantó temprano para hacer el desayuno, Zoro le insistía que descansara, pero algo que no se le puede negar al rubio es cocinar.

Sanji preparo unas tostadas con mermelada casera, acompañado con jugo de naranja.

—Buenos días—Dijo en tono cansado Zoro que había llegado a la cocina aun bostezando y tomando asiento en el comedor—Hoy te ves mejor, ya no pareces un fantasma—menciono burlón.

—Come callado mejor, musgo—Se sentó de mala gana Sanji, ante la sospecha de su embarazo había dejado de fumar, eso lo traía con mal humor y más en las mañanas

—¿Cuál es el plan para hoy?—preguntó Zoro seguidamente de tomar un sorbo de su jugo.

—Iremos a consulta, Chopper nos dará el diagnostico

— ¿Y?

—Bueno, tendríamos que hablar sea cual sea el resultado—suspiro el rubio, habían sido días tensos, las palabras no pasaban de "¿Hoy como estas?" o "ya me encuentro mejor", ambos querían entrar en conversación, pero nadie daba el paso—espero no te moleste el desayuno ligero—cambio la conversación Sanji, realmente él no quería hablar de eso.

—No es problema—terminaron de comer y empezaron a alistarse e ir al consultorio de Chopper.

Habiendo llegado a su destino, Sanji sintió mucho nerviosismo—¿Es que a él no le preocupa nada?—miro de reojo a Zoro que parecía igual de perdido en sus pensamientos. Al ingresar ambos tomaron asiento frente al escritorio del consultorio, estaba Chopper con unas cuantas hojas en su mano.

—Bueno Sanji... es lo que pensabas—Chopper le regalo una sonrisa—¿estas bien con eso?—le paso las hojas con un diagnostico detallado pero lo que llamo la atención de Zoro y Sanji era el "positivo" en letras mayúsculas del final—bueno, voy a darte algunas recomendaciones.

—¿Me puedes dar algo para las náuseas?—pregunto Sanji—también he dejado de fumar, ¿tienes algo para eso?

— Oh si, no te preocupes por eso; también te daré vitaminas y recomendaciones para tu alimentación—empezó a escribir todo y dejarle algunas pastillas con sus indicaciones

—¿Cuánto tiempo?—Zoro no había pronunciado una palabra hasta ahora, poco o nada sabía del tema de los embarazos, tenia tantas preguntas pero no sabia como formularlas.

—¿Te refieres al tiempo de embarazo?—respondió Chopper—tiene 11 semanas, cada cuerpo es distinto, en Sanji se manifestó recientemente todos los síntomas al parecer.

—Lleva mucho tiempo allí—menciono Zoro a lo bajo.

Al salir de consultorio y caminando por la calle; Zoro fue el primero en iniciar la conversación—¿entonces?

—"¿Entonces?"—repitio Sanji indignado—Marimo, ¡vamos a tener un bebé!.

Lo último dicho libero un sonrojo en ambos, Zoro ha tenido tiempo de asimilar la noticia, una gran sonrisa en él, llamando la atención del rubio. Sanji detuvo su paso y puso una de sus manos en sus labios, las náuseas se hicieron presentes, preocupando a Zoro.

—Mejor nos apresuramos a llegar a casa—dijo Zoro agarrando a Sanji del hombro—¿quieres que te cargue?—rio

— Callate

—¡Oye Sanji!—una voz familiar los llamo acercándose a ellos—¡Si! Eres tu Sanji—un peliazul de cejas rizadas iguales a las de Sanji se acercó a la pareja—tiempo que no te veo, ¿Cómo ha estado el inútil de la familia?

—¡Niji!—dijo en sorpresa Sanji, habían pasado años desde la última vez que había hablado con sus hermanos y su padre, la última vez fue cuando intentaron que Sanji se case con la hija de una adinerada familia.

—Cocinero—hablo Zoro—mejor vámonos y hablemos lo de el bebé en casa.

—¡Callate!—exclamo enojado mirando a Zoro, lo que menos quería es que su familia se enterase

—¿Bebé? ¿Qué traen ustedes dos? No me digas que...—Miró Niji con extrañeza.

—No te incumbe—Zoro le lanzo una mirada de enojo a Niji, empezaron a ir a paso rápido, las náuseas empezaron a invadir a Sanji cada vez más.

—Oye, no hemos terminado de hablar—Niji tomo la mano de Sanji, Sanji al voltear a ver a su hermano no aguanto las ganas de vomitar, y había devuelto todo el desayuno de la mañana en el traje de su hermano—¡Eres un...!

—Corramos—miro Sanji a Zoro. Ambos habían ignorado todos los insultos que provenían de su hermano a lo lejos.

Llegaron a casa con las emociones a flote, se sentaron en el sofá de la sala.

—Eres un idiota por decirle—se tapó la cara con ambas manos en muestra de frustración—le dirá a mis otros hermanos... le dirá a mi padre.

—Oye... yo—Zoro titubeo.

—Ahórrate las disculpas, sin embargo— empezó a carcajear sin parar, Zoro lo miro con extrañeza—¡no puedo creer que vomite en mi hermano!

Zoro lo acompaño en su risa, realmente no querían pensar en la familia de Sanji y compartieron un momento feliz.

NAUSEAS

Lo que construimos [Agosto de mpreg] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora