Capítulo 46

368 15 1
                                    

Tras entrenar un par de semanas más y sentir como mi cuerpo se volvía más fuerte miré el calendario y estaba a dos días de la competencia, no mentiré, los nervios me carcomían.

Mi primo había venido de visita para asistir también a la competencia, quería la revancha y a su vez asegurarse de que nada se salía de lo normal, pues apenas éramos cinco chicas siendo integradas a entrenar con los hombres, pero a ellas las entrenaba Richard, solo Jack y Robert se hacían cargo de mi como "caso especial", ni idea de cómo sucedió eso.

Estaba en mi cuarto con los audífonos puestos dando vueltas mientras cantaba y bailaba un poco, tratando de animarme y relajarme.

«Todo saldrá bien, tonta» -me decía una y otra vez.

No me había dado cuenta, pero Bruno estaba recostado en el marco de puerta observándome y cuando lo vi di un paso hacia atrás tropezando y cayendo sobre mi trasero, él se rió, solo lo veía hacer el movimiento hasta que me quité los audífonos y su risa estridente llenó mis oídos.

—Idiota -me quité un zapato y se lo lancé, este le dió en el pecho.

—¡Agh! -cubrió la zona golpeada con ambas manos. —Oye, ahora duele más que antes ¿Qué estás comiendo? -preguntó para hacer chiste de mi fuerza.

Le saqué la lengua y me levanté, me quité los audífonos dejándolos sobre el escritorio y tomé mi celular para detener la música. –¿Cuánto tiempo llevas ahí parado observándome? -cuestioné, no me gustaba ser observada.

—El tiempo suficiente para ver qué eres adorable y violenta al mismo tiempo; tu mamá me comentó que estaba en artes marciales mixtas igual que tú primo... y que Robert es quién te está entrenado -se cruzó de brazos.

—Sí, ya que él y mamá son amigos pues, se tomó las molestias de entrenarme él personalmente -me encogí de hombros.

—Mmmmmm... -fue el único sonido que emitió mientras asentía, entonces comenzó a ver mi habitación y pasear por ella.

Se dirigió a mí biblioteca y se detuvo frente a ella para apreciar cada título, rió levemente pasando sus dedos en los lomos de los libros.

—La mitad de estos ejemplares te los regalé yo, a veces parece que fue hace mucho.

—Bruno, ¿Sucede algo? -le pregunté, estaba desconcertada ante su comportamiento.

Él negó y tomó asiento en mi cama para luego dejarse caer de espaldas. —No lo sé, siento que has cambiado, cuando te veo ya no eres la misma jovencita traviesa, ruda y a veces depresiva, te veo distraída, más alegre (eso no me molesta) y a veces preocupada, luces más madura.

Yo solo reí y lo miré —No seré una adolescente toda la vida Bruno, ya queda poco para que cumpla dieciocho años.

En ese momento sus labios dibujaron una sonrisa extraña, una que jamás había visto. Se apoyó sobre sus antebrazos para mirarme, se estiró hasta tomar una de mis manos y me jaló repentinamente para hacerme caer sobre él y me abrazó. Se sentía como abrazar a un oso, Bruno era mucho más grande que yo, al igual que algo musculoso, pero cuando le veías la cara resultaba adorable y hasta tierno.

—Mackie...

—¿Si? -pregunté.

—De habernos conocido actualmente y no hace años, ya que así no me verías como familia... ¿Crees que tú y yo habríamos podido tener posibilidades de estar juntos? -cuestionó, su respiración se había alterado un poco.

Y mi corazón se había acelerado -¿Bruno? ¿Qué estás...?

—Lo siento... -me soltó. —Es que desde que te besé, Mack, lo que siento por ti se ha transformado en algo más.

Al oír esas palabras mi corazón se aceleró, no podía creer que Bruno me estuviera diciendo algo así, ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes?

—Bruno, yo... -mi boca estaba seca, no encontraba las palabras.

¿Qué le iba a decir? "Oye, lo siento, pero te quiero solo como amigo y además estoy en una especie de relación con el amigo de mamá que además es mi profesor" No, eso haría estallar el mundo.

Mientras buscaba una respuesta el tomó mi mano y en ese momento nos miramos fijamente.

Abrí la boca, pero me detuvo.

—No digas nada, no por ahora.

Entonces comenzó a acercarse poco a poco ¿Me besaría? Eso creo, porque sus mejillas se llenaron de rubor y su respiración densa, yo no me podía mover, quería levantar una mano y clavarla en su pecho, pero no pude, mi cuerpo no respondía, por lo pronto cerré los ojos y entonces, cuando más cerca sentí su respiración, alguien entró a la habitación provocando que lo voltearamos a ver rápidamente y ahí oficialmente me declare muerta.




• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

Hola otra vez, estoy de regreso, disculpen que haya desaparecido, algunos inconvenientes personales.

Sé que este capítulo es extremadamente corto, pero preferí darles algo antes de dejarles otro mes sin nada.

Tentemos A La Suerte |#1|Where stories live. Discover now