Capítulo 20

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Esa tarde en casa de Gia, las dos me hicieron preguntas como: "¿Qué sucedió?", "¿Hablaron?", "¿Se portó odioso?", "¿Fue grosero?", "¿Es por culpa de él que estás herida?", "¿Cómo te sucedió eso?", yo respondí a todas y cada una, les conté como caí de la pequeña banca y como uno de los libros me dió duro en la frente mientras otro me dio en el labio, después de eso, Dani, quién había hecho varios cursos de enfermería y primeros auxilios me revisó las heridas.

-¿Él te atendió la herida? -preguntó con algo de asombro mientras levantaba la cinta para verme el corte de la frente-

-Si, fue él -contesté en tono un poco bajo que luego se convirtió en un chillido- ¡Rayos! ¡Dani!

-¡Aish! Como si con Downey no te hubieras quejado.

Un ligero titubeo se escapó de mis labios.

-Solo termina de revisarla y de limpiarla por favor, estoy pensando en como le contaré ésto a mamá cuando llegue.

-Ni se te ocurra decirle que estabas encerrada con Robert -señaló Gia con expresión paranoica- recuerda como se puso cuando te despediste de Bruno la primera vez en el colegio frente a ella.

Es cierto, Bruno estudió el último año en el colegio, él y yo nos conocimos el primer día de clases, yo entraba a primer año de secundaria y él estaba en último, un día mamá fue a buscarme, yo me despedí de él y justo después de cruzar la puerta de entrada ella estalló en regaños y reproches (completamente inútiles ya que hoy en día lo ama).

-Bueno, no hace falta decir que Robert estaba ahí, tal vez solo diga que fui a la biblioteca, me tropecé y al caer sin querer hale varios libros lo cuáles me golpearon, ustedes fueron a buscarme y Dani me curo, eso último no es tan falso del todo -dije mirando en el espejo el pequeño parche nuevo que Dani me había colocado en la herida-

-Pero te sientes bien ¿Verdad? -preguntó Gia-

-Solo tengo algo de jaqueca, nada grave -le resté importancia- ¿Y bien? ¿Qué estamos esperando? Pidan las pizzas, yo iré acomodando todo para la película.

Las tardes con ellas valen oro.

Roberto PDV.

Me sentí desconcertado, quedamos encerrados en la biblioteca por una hora, ella se lastimó, yo la atendí, de la nada (y muy seguramente sin pensarlo) ella me abrazó, admito que ese abrazo no me molestó.

<Pero claro, ¿Cómo me iba a molestar cuando estando tan cerca, a tan corta distancia, pensé en besarla?>

Verla así, herida, vulnerable, algo dentro de mi me impulsaba a buscar la manera de brindarle alguna clase de protección, pero ese impulso de querer protegerla se veía interrumpido, tenerla tan cerca, ver esos labios, que a pesar de albergar un pequeño corte, seguían siendo preciosos y sus ojos, ojos oscuros, que en lugar de tener brillo, mas bien parecen lucir las mismísimas estrellas de una noche despejada; mi mente estaba llena y todos esos pensamientos me estaban conduciendo en una sola dirección y esa dirección era: los puños de Jack (quién por cierto, seguía algo molesto).

Después de salir del colegio, gracias al rescate de las amigas de Mack, había quedado en verme con Jack para entrenar, a pesar de su molestia, aceptó y ahora estábamos aquí, golpeandonos (o mejor dicho, él golpeandome).

-Despierta Rob, deja de pensar en esa niña -lanzó una patada en dirección a mis costillas, la cual, a duras penas, logré esquivar-

-No estoy pensando en ella, solo estoy algo distraído - contraataque dirigiendo varias veces mis puños a su cara, pero los esquivó exitosamente-

Tentemos A La Suerte |#1|Where stories live. Discover now