Capítulo 25|| "Entre despedidas, alegrias y flores"

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—¡No quiero saber!¡Tengo miedo!—Etta chilló tapándose la cara con las manos. Estábamos sentadas esperando a que suban las notas de los finales y saber que tal nos había ido. Iban a subirlas a la plataforma de la universidad y desde entonces estuve recargando la página sin descanso.

—Ya es la hora, tendrían que aparecer...—dije yo como siempre ansiosa por todo. Estamos en el salón de mi apartamento, mientras esperábamos a que se haga el horario decidimos mirar una película de comedia romántica. Uno de mis guilty pleasures.

—Creo que desaprobé—Etta negó con la cabeza dudando de si misma—Y si lo hago no volveré a salir de mi casa y me dedicaré a vender velas aromáticas.

Yo sonreí—¿Porqué velas?

—No lo sé, Amaris...la verdad no lo sé...—se encogió de hombros y yo seguía sonriendo cuando chillé que las notas ya estaban listas—¡Dios por favor!

—Hagámoslo a las tres ¿ok?—le dije, para que dejara de sufrir tanto. Etta me miró y asintió con la cabeza. Quité el sudor de mis manos y respiré—Uno...Dos...y...

—¡Tres!—gritó adelantándose y abrí el archivo con mi nombre.

Aliviada al ver los números aprobados enfoqué mi mirada en aquella materia. Si no había llegado al ocho con el esfuerzo que le dedique seguro que iría a quejarme, porque esta situación se volvería personal.

—¡SI! ¡LO CONSEGUÍ!—chillé levantándome con la computadora en mis brazos para así pegar un salto.—¡BIEN!

—¡AAAAAH!—Etta chillaba a la vez—¡ME ENCANTA SER INTELIGENTE!

Entre risas ambas nos abrazamos y comenzamos a saltar como dos adolescentes emocionadas por ir a ver a su cantante favorito a un concierto. Estaba claro que no teníamos dudas de que aprobaríamos, somos muy soberbias en ese aspecto, aunque siempre está ese sentimiento de ¿Qué pasa si la cagamos?

—Tenemos que celebrarlo—me dijo y al conectar miradas supimos exactamente qué hacer.

Mientras esperábamos que el helado llegara, Etta buscaba una buena película para mirar y yo les preguntaba a algunas compañeras que tal les había ido. También hablé con Beck y Newt, este último me preguntó si podíamos juntarnos para hablar y le pregunté si quería sumarse a nuestro plan de vagancia, pero se negó. Prefería que estemos solos y lo respeté.

—¿Tu hermana ya regresó?—me preguntó acomodándose en el sofá.

—No, le quedan unos días de felicidad—murmuré mientras iba a buscar unos vasos a la cocina—Pero no puedo ni imaginar lo que hagan ambos cuando regresen...todos los problemas caerán sobre ellos.—hablé, un poco más para mi que para ella. Si bien la otra noche le conté algunas cosas aun no me atrevía a hablar sobre eso— ¿Qué quieres beber?

—Si tienes esa limonada que me encanta...gracias—la escuché hablar y también cogí la botella—¿Tuviste noticias de él?—me preguntó cuando regresé.

—No. Y no pienso hacerlo, lo bloqueé de todos lados y con la boda ya consumada no me enteraré de más nada—comenté sentándome a su lado frente al televisor—Es mejor así.

La verdad es que había pensado en todo eso durante este tiempo desde su partida. ¿Era mejor volver a los viejos hábitos con Eros? ¿Era mejor no pensar en mis sentimientos y hacerlos a un lado? ¿Era mejor quedarme del lado de mi familia?

A pesar de todo, estuve bien todo el año sin él y ahora...asumía que mi corazón sanaría pronto.

Cuando finalmente el helado llegó quité todo pensamiento de Eros de mi cabeza, claramente él no estaba pensando en mí y nunca lo haría. Ver al actor guapo de la película me pareció un plan mucho más provechoso.

Eclipsados © 1ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora