Capítulo 32|| "Parece que nunca podremos estar bien"

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Era un sábado por la tarde. Estaba terminando de arreglarme ya que Eros me invitó a merendar para celebrar la gran noticia que recibí hace solo cinco días. En los cuales no pude hacer más que pensar en cómo sería trabajar con Eleanor, tener mis primeras experiencias a parte de lo que ya realicé con mi familia.

Hablando de ellos, mi madre pasó a visitarme durante estos días. Estaba de un humor bastante particular, donde claramente estaba buscando convencerme de dejar las discusiones de lado y volver a hablar con ellos.

Nunca les preocupó cuando los ignorara. O básicamente nunca les importó lo que yo hiciera. Recordaba perfectamente la charla que tuvimos. Ella estaba sentada frente a mí en el salón mientras yo revisaba mi computadora.

—Amaris, creo que lo que ocurrió no es tan grave como para que estemos así ¿no crees?—me dijo, buscando provocar algo en mí. Últimamente mi cabeza ya no estaba preparada para lidiar con esto.

—No estamos de ninguna forma. No me apetece hablar de esto ahora, ma.

—Alya está muy afligida. Dice que no respondes los mensajes.

—No le respondo porque no quiero pelear.

—¿Por qué pelearían?

—¿Tú sabias lo de Lenna, no?—le di vuelta la pregunta, mirándola a los ojos. Intentó decir algo, pero las palabras no le salian—Igual que tu piensas ignorar ese tema, yo prefiero ignorarla a ella.

—Si es por Maddox, se disculpó con nosotros por como actuó. No hay rencores.

Me reí.

—Vale. Lo que digas.

Mi madre suspiró y se inclinó apoyando sus codos en sus rodillas—Mira, entiendo que no te guste lo que está sucediendo. Cómo también comprendo el lugar en el que estás, teniendo que fingir todo el tiempo...pero no me hace bien que estés así con nosotros. Conmigo.

—Yo necesito que acepten que no me apetece saber nada más sobre todo lo que estén haciendo. Ya hice suficiente para la boda y papá me dijo que permanezca callada. No estoy molestando a nadie, solo hago mi vida.

—Es posible que tu padre haya sido muy drástico, solo busca proteger la empresa...pero...

—No quiero mas peros, ma.—la corté—¿Quieres quedarte a cenar? Podemos pedir algo si te parece.

La vi volver a suspirar, aunque finalmente sintió con la cabeza.

Yo estaba segura de que había tomado me decisión. Además, como ya intuía la historia de Lenna era falsa, así que no hay ningún bebé por el cual preocuparse.

Terminé de arreglar el vestido que había elegido para la ocasión. Era de un lindo color crema que contrarrestaba el bronceado de mi piel. También hice unas ondas en mi cabello y apliqué un poco de maquillaje en mi rostro. Sabía que pasaría la noche en su apartamento y no me preocupé por llevar un bolso extra de ropa, durante esta semana que estuvimos pasado tiempo juntos fui dejando sutilmente alguna que otra prenda.

Se sentía bien hacerlo, porque me demostraba la seriedad de lo nuestro. Realmente estábamos pasando un gran momento y quería proteger esta sensación con cualquier cosa.

Me apresuré a tomar mi bolso cuando mi celular vibró indicándome que Eros ya había llegado. Estaba esperándome frente a su coche y me dio un beso en los labios cuando llegué a él.

—¿Cómo funciona esto?—cuestionó sobre mis labios—¿Es que cada vez te pones más bonita?

No pude evitar sonrojarme, haciéndolo sonreír. Luego me abrió la puerta de su coche haciendo una ridícula reverencia que me hizo reír. A los pocos minutos ya nos encontrábamos en uno de los lugares más bonitos para merendar de la ciudad. Le había comentado un par de veces que amaba el café de aquí, no venia tan seguido. No quería quitarle esa magia que siento cada vez que vengo.

Eclipsados © 1ºWhere stories live. Discover now