EXTRA 2|| "Todo se desmoronó muy rápido"

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Eros Black
(Sucesos que ocurren en el capítulo 21)

Recargado contra el coche de Asiel me encontraba riéndome de una anécdota que Ruth estaba contándole a los chicos. Habíamos decidido juntarnos a tomar unas cervezas y fumar unos cigarros antes de que se hiciera la hora para marcharnos a un pub como solíamos hacer luego de terminar la semana.

La última vez se habían molestado porque había faltado, pero me apetecía quedarme en mi casa con Amaris mirando una película. La verdad es que últimamente solo tenía ganas de hacer cualquier cosa con ella, no importaba qué. Y desde que nuestra relación se había convertido en más que una simple amistad a escondidas, donde tenía la posibilidad de besarla...el plan me parecía más placentero que enfiestarme.

Como si pensar en ella la llamara, apareció por la puerta principal con su amiga. Se iban riendo de algo y eso me hizo sonreír desde donde me encontraba, a solo unos pasos. Sus ojos se encontraron con los míos y me dedicó una fugaz sonrisa de labios cerrados antes de voltearse para despedirse de su amiga y comenzar a caminar calle abajo.

Me quedé observándola, definitivamente desconecté de la charla con mis amigos hasta que sentí un golpe en la nuca.

—¿Qué te ocurre?—me giré hacia Ruth para darle un leve empujón en el hombro.

—Puedo preguntarte lo mismo a ti. ¿En que andas?—preguntó confuso.

—En nada, no sé de qué hablas.—respondí acariciando la zona del golpe.

—Sí lo sabes, estás como ido.

Ruth era una persona muy terca y cuando creía saber algo no paraba hasta asegurarse de que fuera real. Hace tiempo viene planteándome si estoy viendo a alguien o si oculto algo, pero yo no soy de hablar porque sí, de esa forma logro ignorarlo.

—Tu debes estar tristón porque ya no tienes ninguna chica a quien tirarte—Asiel murmuró con una sonrisa mientras tiraba su cigarro al suelo, llamando la  atención de Ruth.

—¿Por qué me insultas de esa forma? Yo no te veo muy rodeado de chicas en este momento—comentó señalando a nuestro alrededor donde no había nadie más que algunos alumnos saliendo de clases.

—Espera a verme en el pub. Soy un imán y no solo de chicas—le guiñó un ojo y se rió de la cara de disgusto que le puso Ruth. Yo ya había perdido ese sentimiento de incomodidad de ser el centro de miradas y me alegraba no tener que dar explicaciones. Con Amaris es todo como debe ser, pasamos buen tiempo juntos y voy a esperarla lo que haga falta. Solo me importa saber que estamos bien, los demás podrían pasar años sin que se enteren de lo nuestro y no podría importarme menos.

Ya habían pasado unos cuantos minutos cuando mi celular empezó a explotar de notificaciones. Me separé del coche para revisarlo con ceño fruncido mientras los chicos, que se estaban preparando para irnos, me observaban confusos.

—Oh no...

Todos los mensajes decían lo mismo, esas palabras que conocía muy bien ahora estaban al alcance de todos y debía arreglarlo de alguna forma. Solo podía pensar en ella, Amaris no debía enterarse así. Esto la afectaría mucho.

—¡Eros! ¡¿A dónde vas?!—Asiel me gritó cuando comencé a correr calle abajo. No me detuve a responderle, solo debía encontrarla y esperar que no se haya enterado aún.

Pude observar que definitivamente había llegado tarde. Estaba parada en medio del camino, de espaldas a mi cuando la llamé.

—¡Amaris!—llegué con la respiración agitada por la carrera, sus ojos llenos de lágrimas y pude notar el temblor en su pulso al enseñarme la pantalla de su teléfono. No quería verlo. Quería consolarla y sostenerla.

Eclipsados © 1ºWhere stories live. Discover now