Día 97

104 20 11
                                    

—Ya te he dicho que no. Ahora, compra otro trago o lárgate. Hoy no tengo ánimos de escucharte-repitió de nuevo por tercera ocasión.

Y no era precisamente que estuviera cansada de él, pero conforme pasaban los días era más difícil de ignorar.

Rose comenzaba a disfrutar de alguna extraña manera la rutina que estaba comenzando a crearse entre ambos. Él llegaba al bar y pedía una bebida. Mientras la preparaba comenzaba algún tema de conversación que ella pretendía ignorar. Al inicio, se presentó como el hermano mayor del "cretino" para dejar de lado algún malentendido que se hubiera creado la primera vez que se conocieron y habló sobre su intención de ayudar a ambos a qué se conocieran. Días después, simplemente tocaba diferentes temas de conversación para hacerle compañía en la barra. Al final, terminó prestándole más atención de la que debía. No quería que sucediera eso.

—Vamos, sabes que si no los ayudamos nunca hablarán. Hagámoslo por ellos.

—Olvidalo. No dejaría que Rae saliera lastimada de todo esto. No se merece eso, no de nuevo.

—Sabes bien que la pajarita también tiene sentimientos por mi hermanito. Y el también los tiene. Puedo asegurarte que es un buen sujeto. Tiene un perro.

Lo miró con los ojos entrecerrados. Eso no la haría tener una mejor percepción del moreno, pero sabía que no mentía. Rachel correspondía de forma recíproca a tales sentimientos.

—Okay, el cretino resulta ser decente, gana Rae. Pero, ¿Qué ganaría yo con todo esto? Con ayudarte a ti y tu cretino hermano.

—Ganarías el profundo agradecimiento de la pajarita. Y, si no es suficiente eso...salir conmigo.

—¿Eso acaso es un premio?—no parecía convencida de su respuesta.

—Pagaría absolutamente todo. Nos divertiremos. Si no te llegas a sentir cómoda en algún momento dejaré de insistir. Te lo prometo.

Lo observó por unos segundos. Jason era un hombre atractivo, demasiado para lo que le gustaría admitir. Era sincero y directo con lo que decía. No parecía ser sólo una cara bonita. Nunca estuvo en sus planes enredarse con alguien que no tenía ni dos semanas de conocer pero, había algo en él que la atraía de sobremanera y, ella quería descubrir lo que era. Le costaba continuar con este juego de el gato y el ratón.

—De acuerdo. Lo haré. Pero te advierto, si le pasa algo a Rae te irá muy mal, a ti y tu "querido" hermano.

Ella era el ratón.

—Genial, y puedo asegurarte que eso no pasará. Vendré por ti mañana, piensa algún lugar al que quieras ir a cenar. Comenzaremos a planear todo—comentó con una sonrisa sincera—y espero que sea mi turno de escucharte. Quisiera saber lo que piensas. Conocerte más.

Y había sido por fin atrapada por Jason.

Cuando buscamos la verdadera felicidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora