24. Cojin de lactancia.

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Hi~ Como les mencioné, este es un capítulo bien relax, más que nada de transición antes del que se nos viene mañana y pasado, así que sientense a relajarse un rato, son necesarios estos momentos domesticos de confort y felicidad. Esto, no nos queda nada.

¡Mil gracias por leer!

¡Mil gracias por leer!

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Eiji está bailando.

Eiji está bailando alrededor de la cocina mientras le prepara una mezcla de verduras y papilla a Jade y Dawn, quienes se encuentran con sus ojitos brillantes y asombrados acomodados en sus sillas altas mirando cada movimiento de su progenitor y Aslan no puede estar más enamorado de dicha escena.

Eiji está bailando con la música del celular.

Baila. Baila. Baila y baila.

Aslan quiere bailar con Eiji pero se permite adorar la imagen desde el marco de la puerta un instante.

Hay algo mágico en la manera en que Eiji se desliza torpemente por la cocina, vistiendo únicamente una camisa que le llega hasta los muslos, con su pelo esponjado de recién levantado, su mirada tan relajada que hasta la ha cerrado, con su sonrisa brillante y su sonrojo adorable mientras se mece en el ritmo de una tonada extraordinariamente cursi que le resulta irresistible. Ash ni siquiera lo piensa, se arrastra para quedar detrás de su esposo quién se encuentra apagando las ollas, esperando a que la papilla se enfríe y pueda alimentar a sus niños.

—Buenos días. —Ash enrolla con pereza sus brazos alrededor de Eiji y apoya su mentón encima de su hombro.

—Buenos días. —Eiji suelta todo el aire de sus pulmones en este abrazo, se derrite bajo sus caricias, eso lo incita a sentirse un poco más audaz y a besarle el cuello, su amante arroja la nuca hacia atrás en una risa y es hermoso. ¿Quién le dio permiso para ser tan maravilloso a primera hora?

—Así que acá estaba la otra parte de mi pijama. —Entonces se burla haciendo alusión a la gigantesca brecha corporal—. Y luego te quejas de que duermo sin camisa. —Su marido rueda los ojos, termina de apagar el desayuno y se voltea, apoyando sus caderas contra el pilar de la estufa metálica.

—Tú me lo prestaste. —Entonces tararea con coquetería y eso le gusta—. Yo solo acepté la petición.

—Ajá. —Sus manos se entrelazan y Aslan lo arrastra de regreso a la cocina como si fuese su pista de baile, si bien, es un versado en los bailes de salón debido a la estricta educación que recibió de Dino, nada se compara a estos pasos torpes—. No te creo para nada, onii-chan. —El aludido se ríe por ese apodo y hasta la nariz se le pone roja, hay algo extremadamente adorable en un Eiji recién levantado y vistiendo pantuflas, algo que hace aún más evidente la diferencia física y a la vez, lo obliga a darse cuenta de que él mismo está más alto, no se quedó atascado en sus 18 ni 8 años, no es un leopardo.

—¿Qué crees entonces? —Le pregunta de manera juguetona, terminando de apretar el agarre, Jade y Dawn miran en sumo silencio lo que están haciendo, como si estuviesen tratando de entenderlos, le da risa, porque siendo franco ni él comprende (con 200 puntos de IQ y todo) esta locura del amor.

All too well [Agosto de MPreg]Where stories live. Discover now