Arianelle Dempsey podría considerarse la chica más distraida e hiperactiva de la casa, su mente siempre en todas partes, deseando hacer mil cosas a la vez mientras busca un lugar dónde refugiar a su niña interior mientras toma café y galletas en las...
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"uhmmm, ¿destapando el baño?"
Sorprendentemente para Peter, Queens no ha mostrado nada extraño, quizá unos cuantos robos, pero desde que fué contratado para la pastelería, todo parecía estar en orden, o estaba concentrandose demasiado en el trabajo que ni siquiera notaba el desastre de afuera o en verdad todo estaba tranquilo en la ciudad.
— ¿Sabes? Tengo pensado tatuarme —Anuncia Nelle y Peter la mira con una ceja en alto a la ojiazul.
— ¿Con que decidiste elegir el camino de la delicuencia, uh? —se burla— ¿Eres adicta a la tinta? —juega mientras que con su pluma le dibujaba en el antebrazo de Nelle una carita feliz mal hecha.
— oye, no —grita mientras reían— yo te dibujaré algo, Parker y será mucho mejor que esa deformidad.
— ¿Será mejor que la serpiente desnutrida de hace días? —Nelle asiente traviesa, y cómo toda chica de preparatoria con traumas sociales haría, le dibuja un pene en la parte más visible de su piel— ¡Hey, eso no! —Dice en un grito adornado de un gallo en su voz. Mete dos dedos en su boca para limpiar la tinta con su saliva.
— Tu empezaste —ríe tratando de evitar soltar una carcajada pero de inmediato cesó al ver a un cliente llegar.
— Tu atiende, necesito limpiar esto —Peter corre al baño dejando a Nelle sola, la pelinegra entonces tragó grueso al ver que el cliente se veía sospechosamente extraño.
— Bienvenido, ¿Qué desea ordenar? —el supuesto cliente levanta su mano dónde era visible que poseía un arma— oh... eso... —pudo decir por reacción, no sabía si era prudente abrir la caja registradora, correr o tomar a Peter como escudo humano antes de que entrara al baño, sin embargo el castaño había corrido al ver que estaba armado— mierda...
— Abre la caja —el sonido de las balas dentro del arma era notorio, el eco en la habitación era tenso, y Arianelle solo estaba estática cómo si en un segundo olvidara cómo se abría la caja registradora— ¿¡No oíste!? ¡Abre la caja!
— ¡Y la Señorita no quiere abrirla, señor! —una voz más fina pero masculina aparece mientras una telaraña tomaba el arma del hombre dejandola caer lejos de su alcance— Las cosas se pagan, no se roban —exclama mientras que Nelle veía atónita a Spider-Man, su amor platónico estaba frente a sus ojos peleando con el casi ladrón de la panadería de sus padres.
Mientras la pelinegra se escondía detrás del mostrador, podía ver mediante el reflejo de la ventanilla cómo estaba peleando el enmascarado mientras conversaba en la pelea, le era impresionante cómo era que podía hacer tantas cosas a la vez mientras peleaba.
