Arianelle Dempsey podría considerarse la chica más distraida e hiperactiva de la casa, su mente siempre en todas partes, deseando hacer mil cosas a la vez mientras busca un lugar dónde refugiar a su niña interior mientras toma café y galletas en las...
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"No lo sé... chicos cómo tú me aterran"
Al día siguiente, dos chicos estaban en una famosa panadería pensando en cómo romper el hielo sin romper sus límites. Peter no quería enojar a Mary del mismo modo que Arianelle no quería provocar otra discusión entre ella y su compañero. Ambos no dejaban de mirarse sin que el otro lo notara, de vez en cuando sus miradas cruzaban y de inmediato se perdían.
— Necesitamos hablar —ambos dicen al mismo tiempo sintiendo como una bolsa de carga por fin de habia caido de sus hombros al saber que el otro también lo quería.
— ¿Tú de que quieres hablar? —pregunta temerosa Nelle pensando en que quizá el castaño estaba molesto por la discusión del día anterior.
— Tu empieza, lo mío no es tan importante —responde mientras limpiaba algunas mesas y veía como un cliente salía del local.
— Bueno, uhm... quiero disculparme contigo, Peter... —el chico miró unos segundos los ojos azules de la chica mientras parpadeaba rápido tras escuchar sus palabras— ¿Por qué me miras asi? ¿Me estás hablando en código morse o qué carajos?
— ¿Por qué te disculpas? —la chica frunce el ceño
— ¿¡Cómo!? —Nelle niega tratando de no volver a perder la paciencia— ¿Por qué esa pregunta?
— No lo sé, no creo necesario que te disculparas —se encoge de hombros
— ¿Te gritaban de chiquito? —responde
— No, no, solo... para empezar, ¿Por qué te molesta que te diga que no deberías disculparte?
— Porque arruiné mi orgullo —Peter bufa mientras que Nelle se cruzaba de brazos y suspiraba profundamente— solo... acepta mis disculpas, ¿Si? y lo siento si estoy siendo muy dura contigo, en verdad yo no suelo ser así pero el tema con mi familia me pone muy tensa.
— No te preocupes, yo lo entiendo... —el chico sonríe tímidamente mientras guardaba la propina que dejaron en la mesa en su mandíl— y... uhm... si crees que deberiamos mantener la distancia, créeme que lo entiendo... —Nelle lo interrumpe
— ¡No! —dice inmediatamente— quiero decir... yo realmente no lo decía en serio, perdóname... por todo lo que te dije...
— Está bien, Nelle —la mira enternecido— y... sobre lo que quería decirte... creo que deberíamos hablarlo fuera de la cafetería, si es posible dónde tus padres no nos vean juntos...
