Nerd 3: rey del tablero [+18]

22: La ocasión [+18]

ADVERTENCIA:
La parte del capítulo donde empieza a narrar Axer es muy explícito, si les incomodan estas escenas es mejor que se la salten. Pero no solo eso, sino que leerán una dinámica que sin las aclaratorias necesarias tal vez dé la impresión de estar mal. Nerd es un libro +18 por motivo de que se necesita cierta madurez para ciertos temas tratados, pero de todos modos soy consciente de que hay menores que leerán el libro y quiero que entiendan que todo lo que sucederá es con el consentimiento de ambas partes involucradas, por lo que no podemos juzgar las preferencias íntimas de dicha pareja.
Así que no se alarmen y disfruten.

Y tengan La ocasión de De La Ghetto y Arcangel a la mano, es la canción del capítulo.

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—Entonces... ¿Te gusta el confley? —le preguntó Aaron al hombre de Dengus que le iba dando empujones a su espalda para que avanzara en dirección al muelle. Lo habían esposado para que no hiciera nada estúpido, pero por desgracia no le esposaron la lengua.

—Cierra la boca, Jesper.

—Será un camino largo hacia Dengus, ¿no deberíamos conocernos?

—¿En qué botón se calla este? —preguntó el tiburón a Aysel.

—Por mí lo amordazan, su voz me atormenta.

—¿Por qué no me amordazas tú con tus bragas si te atormento tanto?

Aysel ni siquiera le dirigió una mirada que correspondiera ese comentario, simplemente se volteó hacia su propio custodio y le dijo:

—Necesito hacer una llamada.

—Harás las llamadas que haga falta cuando estés con tu adorado Dain.

Aysel clavó sus tacones en la arena y se negó a seguir avanzando.

—Dije que tengo que hacer una llamada —enfatizó—. Y no se confundan, no importa cuán mucho o poco pueda enojarse Dain conmigo al recibirme, si resulta que esta llamada que quiero hacer es importante y él se entera de que ustedes me pusieron trabas... Dudo que esté de muy buen humor a la hora de juzgarlos.

Uno de los custodios puso los ojos en blanco y le entregó el teléfono para que hiciera la llamada, incluso le permitieron apartarse.

—Mortem —dijo Aysel en cuanto este contestó—, lamento arruinar tus muy merecidas vacaciones pero te necesito. No pretendo enfrentar a Dain con todo tan reciente. Ven al muelle y sácanos de esta situación. Inventa lo que quieras. Intenta ser sutil, Mortem, pero énfasis en «intenta», tu prioridad será escoltarme a salvo.

—Enseguida.

No mucho más tarde Azrel llegó Aysel y los hombres de Dengus, habían estado esperando bajo la promesa de Aysel de que era importante e imprescindible que lo hicieran.

—Señores —dijo Azrel posicionándose junto a Aysel, tan próximo que si extendía la mano podía posarla en su hombro—. Vengo de parte de Dain. Yo mismo escoltaré a los tórtolos a partir de ahora.

Los tipos no hicieron ni un ademán de que eso les hiciera gracia.

—Por supuesto —concedió sin gracia uno de ellos— nos envía al tipo con el que se peleó en la fiesta para tomar el lugar de sus cuatro oficiales. Lárgate, imbécil.

—No estoy jugando. No tienen que aprobar ni entender las decisiones de Dain, solo acatarlas.

—De acuerdo. ¿Dónde está la prueba de que lo que dices es cierto?

Azrel suspiró con cansancio.

Metió la mano en su bolsillo con todos expectantes. Frente a los ojos de todos y en un instante inverosímil, Azrel había dado el paso que el faltaba hasta alcanzar el arma del cinto del tipo a su izquierda.