35: La satisfacción de un ganador

11.5K 1.6K 1K
                                    

Capítulo que se publica el día 13 de octubre, día del cumpleaños de Sinaí. Comenten corazones negros para ella 🖤

~~~

Sinaí

Estoy jodida y, lo juro por Dios, no quiero morir hoy.

Me explico:

Sabía que la propuesta delante de mí venía desde la falsedad y la obligación que siente Axer por protegerme; también, era consciente de que una repuesta positiva, por más que en otro contexto hubiese soñado con ella, acarrearía la ira de Víktor Frey. Por ello, hice lo que todo ser humano racional haría en un momento similar: me eché a llorar.

No conforme con el llanto, fingí desvanecerme.

Gracias a Dios mis lágrimas salvaron un poco la situación. Me tiré encima del Axer arrodillado, y este me cargó lejos de la audiencia mientras los guardaespaldas ahuyentaban la prensa.

No era un sí, ni un no, pero por suerte los medios y el público tomaron mi aparente desmayo como un "acepto", lo cual solucionó el asunto del bochorno público.

Ojalá hubiese bastado con eso.

La familia Frey tenía otros planes en los que yo no iba a intervenir, por supuesto.

Víktor, Dominik, Aleksis y Verónika venían en dirección contraria, así que Axer me tiró en brazos de mi guardaespaldas para que él se encargara de mi fingido desmayo y me llevara junto a los Frey.

Es evidente que no había comodidad en estar en los brazos de Omelette, así que me vi obligada a recomponerme de mi drama y caminar a paso apresurado detrás de los Frey, con los custodios a ambos lados.

Axer me esperó en la puerta de salida, como si ya se hubiera anticipado que sus acciones me harían dejar de fingir.

No se veía nada contento. Sus ojos miraban con desapruebo, ira y decepción. Era como un jefe al que le había fallado toda su oficina en el proyecto más importante, un amo cansado de malcriadeces; esa expresión de su cuerpo parecía previa a despedir a toda la humanidad.

Quería escupirlo. Me estaba manejando a su maldito antojo desde que me sacó de aquel café. Con órdenes directas, insinuaciones o jugadas que me orillaban a tener como única alternativa mover a su favor. Yo era su peón en este juego, su jodida marioneta. Axer estaba cansado de jugar para mí y empezaba a jugar conmigo.  

Odiaba eso.

Me tomó de la mano y tiró de ella para arrastrarme escaleras abajo con los demás.

Si no lo solté o insulté entonces, es porque había aprendido un poco a dejar la impulsividad de lado en situaciones tan delicadas.

Había apariencias qué mantener.

Axer y yo debíamos salir de ese evento, enfrentar los flashes y el bombardeo de preguntas, como la pareja del año.

Cuando llegamos, el foco era él. Ahora que nos íbamos, cada periodista tenía una pregunta para mí, la presunta nueva Frey.

—Señorita, ¿tiene una declaración?

—¿Están oficialmente comprometidos?

—¿Su respuesta fue afirmativa? ¿Podría confirmarlo?

—¿Cuándo será la boda?

Axer no me dio ninguna indicación, ni para que respondiera, ni para que no lo hiciera. Solo siguió arrastrándome hasta que llegamos al pie del helicóptero.

Un Airbus H155 negro con el logo de Frey’s empire, espacio para al menos diez personas y cabinas de lujo nos esperaba. Porque, ¿cómo no iban a tener uno los Frey?

Nerd 3: rey del tablero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora