29. Cavale.

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29.

¿Cuánto tiempo puedes odiar algo hasta que te consuma?

Era cuestión de tiempo hasta que Raizel empezara a destruir cada pensamiento coherente de mi cabeza.

Había veces que solo podía pensar en ella, en lo mucho que la detestaba, o la forma hipnótica en la que la vi bailar bajo las luces, cada recuerdo como una nueva condena.

Y ahora solo tenía otra imagen nueva en el repertorio.

Todavía podía escuchar su voz llamándome rendida en medio de la oscuridad.

Debería haber despertado alguna extraña sensación de orgullo, de victoria por haberla tenido así, y sin embargo, sería un hipócrita si no admitiera que era yo el único sometido bajo las órdenes y pedidos de su voz.

Raizel tenía las piernas abiertas sobre mi regazo, su cabello azul siempre liso y uniforme, en orden, entonces solo caía en una cortina sobre sus mejillas ruborizadas.

Sus labios rojos y llenos, y llamándome con la autoridad de un tirano.

──Dilo ──exigí a su oído, rogué en mi fuero interno──. Astarte.

──Cavale ──Su voz escapó en medio de una exhalación.

Sostuve una de sus rodillas, luego mi pulgar acarició la piel desnuda del interior de sus muslos.

Su respiración se detuvo en una exhalación profunda.

El vidrio quedó empañado, estaba seguro de que nadie podía vernos, nadie podía ver cómo ella se arqueaba para mí.

──Raizel ──la acorralé.

Ella me miró con ojos adormilados, besó la comisura de mis labios, luego se detuvo frente a mis ojos.

Coloqué un mechón de cabello detrás de su oreja, su mirada en la mía mientras deslizaba las manos por sus muslos, ella las detuvo antes de que pudiera avanzar.

──Cavale.

El estacionamiento seguía vacío, besé su cuello para disfrutar la forma en la que su piel reaccionaba para mí.

En contra de ella, de sus impulsos, de la forma brava en que me miraba.

Sostuve su cabello en un puño, con fuerza, tiré mientras las yemas de mis dedos marcaron un camino por el interior de su muslo, disfruté el temblor en su piel, el suspiro que escapó entre sus labios.

Decidí ir con calma.

──Caiden.

──¿Sí?

──Solo lo probaba ──Su voz era mucho más grave cuando estaba ronca, intenté no pensar en eso──. Es un nombre raro, como demasiado pretencioso.

──Mmm ──Acerqué mis labios a su oído──. Dilo otra vez.

──¿Por qué?

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