36. Cavale | Los justos, los sabios y los inmorales.

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36.

LOS JUSTOS, LOS SABIOS
& LOS INMORALES.

El resultado del beneficiario de la beca de investigación ─ganador no era una palabra a usar cuando se trataba de conocimiento según el profesor Asier─ sería entregado en menos de cinco meses.

Lo corroboré en mi calendario antes de salir de mi habitación.

Era extraño, porque parecía toda una vida la que había pasado ─y entregado─ en la UCTAS, desde que había soñado conseguir ese reconocimiento para asegurarme un pase en la ciudad, abrirme las puertas lejos del yugo de Lessar y obtener la satisfacción de ganarle a Raizel ─por creerla mi única rival.

Todo eso ahora parecía ridículo, los objetivos y fijaciones de alguien que estaba conformándose con muy poco.

Para mi sorpresa, al hablar con Naomi, comprobé que no era yo el único experimentando esa irrefrenable sensación de vacío.

──Creo que es lo normal, cerrar una etapa y todas esas cosas.

Solo que para nosotros ese cerrar una etapa también se trataba de cerrar una puerta. En un mundo mejor, conseguir un doctorado sería suficiente para asegurarte un puesto en una ciudad de alta tecnología, sin embargo, ellos tenían doctores con cien años de experiencia sobre nosotros, entonces, ¿cuál era el punto?, ¿por qué necesitarían seis profesionales que para ellos tenían fecha de caducidad?

No querían un grupo de buenos científicos, querían al mejor de ellos.

Naomi esperó mientras la máquina llenaba su taza de café.

──De igual forma, estuve enviando aplicaciones a distintas empresas ──musitó casi para sí misma──. Sé que en Asyl tienen varios laboratorios, es una ciudad más bien industrial, pero aun así…

Su cabello era de un rosa corto, lacio y vibrante, que iba muy bien con su personalidad. Ella tenía por costumbre acomodarlo detrás de su oreja cuando estaba nerviosa, solo para que volviera a su lugar, justo como en ese momento.

──Di la verdad ──intenté otra vez.

──Me contactaron hace unas semanas y pienso aceptar, lo cierto es que ya empecé con el pase y solo espero el anuncio para hacerlo oficial ──Sus mejillas se tiñeron con un ligero rubor──. Creo que todavía tengo la esperanza de recibir el pase a Senylia.

Caminamos a través de las calles desoladas, húmedas por la reciente lluvia, con la brisa fría del comienzo del otoño acariciando nuestros rostros.

──No pierdas la fe en tu proyecto, cualquiera de los seis tendría ese puesto merecido.

Quizás ellos lo tenían más que yo, seguramente lo tenían más que yo, Naomi, Raizel, Azquen, incluso el insufrible de Baltasar, todos ellos venían de distintas Gex nacionales. Mientras yo había aplicado al programa por la necedad de no tomar las oportunidades que ya tenía enfrente.

Pero cada vez que pensé en ello, supe que seguir atado a la mezquina generosidad de Venicio Lessar me ponía enfermo. No soportaba la idea de deberle nada.

La primera discusión que tuve con Raizel fue en el primer año cursando filosofía, una materia obligatoria que compartían todas las carreras y, por lo tanto, en la que teníamos clases pobladas en el auditorio principal, razón por la cual fue una humillación pública.

Había ocurrido en una clase donde se estaba tratando la idea de libertad, el desvelo principal de muchos filósofos, no recordaba si ese día tocaba dar enfoque a Kant o Descartes.

El profesor Bauer, un hombre que solo recuerdo por su variedad de tweeds, dio el ejemplo de un príncipe que renunciaba a la corona por su deseo de vivir en libertad, fuera de la exigencia del trono, pero aun así se sentía miserable al dejar a su pueblo en ascuas.

Él indicaba entonces que podía ser libre de sus ataduras inmediatas, sus obligaciones, pero de igual manera seguiría siendo esclavo de su consciencia, sufriendo el remordimiento de no cumplir con su deber.

──Profesor Bauer ──Alzó la mano con ese aire petulante que la caracterizaba──. ¿No cree usted que la libertad está brindada desde el momento en que el príncipe decide, mediante la razón y bajo su propio juicio, renunciar al trono?

──¿Cómo puedes tomar una decisión así sin escapar a tu consciencia? ──le rebatí, como ya se había vuelto costumbre entre ambos.

Al principio lo empecé por diversión, tardó una semana en que Raizel cansara a toda la clase con su arrogante intelecto, gustaba de rebatir y muy poco de que la contradijeran, lo peor para todos era que tenía un excelente manejo de los temas y gran margen para sustentar su soberbia.

Aun así, nunca me había rendido ante ella, el mayor porcentaje de las veces, la enroscaba en debates que ni siquiera me interesaban, solo para disfrutar de verla fastidiada.

──Solo digo ──Me miró por encima del hombro aunque estaba sentada asientos más abajo en el aula tipo coliseo──. Que es ridículo pensar que las decisiones que tomamos no tendrán consecuencias, incluso así, eso no quita el libro albedrío que poseemos al tomarlas.

──Ese no es el punto, la libertad es algo que buscamos de forma constante, perseguimos, y al final siempre vemos restringida.

Ella se volvió hacia el frente de la clase, dando la discusión por terminada.

──Es una forma auto-indulgente de entender las cosas.

Lo que en realidad no pude entender, fue por qué me había molestado tanto ese comentario, si fue la usual soberbia de Raizel, o el hecho de que me saludara con un «¿cómo está el príncipe?» cuando nos chocamos ese mismo fin de semana en una fiesta.

Pero era una idea que me había molestado un buen tiempo, porque yo tenía una libertad que la mayoría de nosotros no recibía, pero estaba sujeta a Lessar.

Raizel Astarte nunca había temido tomar las oportunidades que se le presentaban, como aceptar las que le brindaban estar asociada a los Karravarath.
Era claro que encontraba ridícula mi manía por despegarme de mi tutor, a la vez que le divertía haberlo hallado como mi punto débil.

La verdad era que siempre me mantuve firme a mis convicciones, y probablemente hubiera seguido cerrado en mis ideas, terco, si no hubiera tenido que abrirme a otras realidades, donde entonces la mía no me parecía tan aberrante.

Naomi me despidió con un abrazo y un beso en la mejilla, pidiendo que le buscara un recuerdo mío para llevar a la ciudad de Asyl.

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DÍGANME NOMBRES PARA EL SHIP DE RAIZEL Y CAVALE.

Ahora sí, ¿todo bien?

Sé que no es el capítulo que esperaban, pero al menos pudimos ver algo de rivales académicos🤞

Es un capítulo que dividí en tres partes porque me está costando volver a corregir, cuénteme qué les va pareciendo.

Recuerden que en mis redes sociales siempre estoy subiendo spoilers (grandísimos)

Besos❤️

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