Capítulo V

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-El equipo ganador es el de la cabaña de Atenea, Poseidón, Deméter, Hermes, Dionisio, Hipnos y Hebe.

El equipo ganador aplaudió con fuerza, algunos de los demás sonrieron y aplaudieron tímidamente. Harley sonrió y aplaudió mirando a Elia que aún tenía la bandera entre las manos pero, en cuanto Nyssa le vio a su hermano le dio una colleja y le dijo algo al oído que hizo que dejase de sonreír y aplaudir inmediatamente.

El resto del equipo se acercó a felicitar a Elia que era la que había llevado a cabo la mayor parte del plan.

-Parece que nos vas a venir bien, -Le dijo Malcolm revolviéndole el pelo cariñosamente (aunque a ella no le gustó) a Elia, -lo has hecho muy bien.

-Gracias -Contestó ella con una sonrisa mientras se recolocaba el pelo.

-Se te da muy bien este juego -Comentó Annabeth que también se había acercado a felicitarla.

-Bueno la verdad es que fue más fácil gracias a Katie, caminar entre las ramas es un poco más complicado de lo que me pareció desde abajo.

-Pero a mí me ha pillado Kayla y me he tenido que quedar quieta, hasta que me ha desarmado por completo, no me ha dejado ni mis semillas. -Dijo Katie.

-Me gustaría saber cómo has conseguido la bandera sin ningún tipo de arma. -Preguntó el capitán de la cabaña de Ares.

-Elia ha usado el arma de su inteligencia. -Dijo Annabeth, saliendo en defensa de su hermana.

-Con eso no se gana una batalla. -Respondió el chico.

-¿Ah no?, ¿Y como es que ella ha conseguido la bandera?

-Trampas. -Siseó él.

-Si ser inteligente es trampa solo podrías jugar tu a este juego, Sherman.

Sherman tardó unos segundos en comprender que le había dicho Annabeth y para cuándo lo hizo ella ya se había llevado a Elia lejos de él.

-Ven conmigo Elia, se nos ha olvidado pasar por otro sitio. -Le dijo Annabeth sin girarse siquiera, condujo a Elia con paso rápido hacia un almacén. -Siempre que llega un nuevo campista le llevamos a este almacén para que escoja el arma que más se ajuste a él.

Se hizo a un lado para que Elia pudiera entrar en el almacén que estaba lleno de armas, dio un par de vueltas sobre sí misma para ver todo lo que había allí guardado: arcos, dagas, espadas...

-Wow.

-Elije lo que más te llame la atención.

Elia siguió dando vueltas por el almacén atestado de armas. Una espada le parecía un arma muy grande para ella, los arcos muy poco manejables para ella y no había ninguna daga que le llamase la atención. Se acercó a las estanterías para buscar más a fondo y en la esquina más oscura y desordenada de todo el almacén encontró una daga del tamaño de su antebrazo, de un metal oscuro como una noche llena de monstruos y Elia había vivido muchas así, tenía una empuñadura dorada llena de pequeñas inscripciones sin sentido.

-Esta, me gusta.

-Una daga de hierro Estigio... -Murmuró Annabeth. -No sabía ni que teníamos esa daga aquí, se cree que solo pueden empuñarlas los hijos de Hades o el propio dios del inframundo, aunque si quieres intentarlo, adelante.

Elia alargó el brazo y sujeto con fuerza la empuñadura de la daga, levantó sin esfuerzo el arma.

-Es preciosa -Dijo Elia, al ver la hoja reflejar la luz que se colaba por la ventana del almacén.-¿Me la puedo quedar?

-Si eres capaz de empuñarla, supongo que no hay problema.

-Genial.

-Ahora hay que buscarle una vaina para que la puedas llevar colgada de la cintura.

Empezó a rebuscar entre las armas pero, en ese momento entró Percy corriendo al almacén.

-Annabeth, Elia, tenéis que venir, rápido, las defensas del campamento se han venido abajo y nos están atacando. Corred.

No hizo falta decir nada más, salieron todos a la carrera hacia el campo de fresas junto al que estaba la casa grande. Había cientos de monstruos de todo tipo. Desde arpías hasta toros de Cólquide.

-Madre mía. -Murmuró Annabeth. -¿De dónde han salido tantos monstruos?

Percy no contestó y se lanzó al ataque con Annabeth detrás de él, ambos luchaban tan compenetrados que daban hasta más miedo que los propios monstruos. Una furia intentó atacar a Elia por la espalda pero, ella se giró a tiempo y con la daga aún en la mano le hizo un corte de lado a lado en el abdomen e inmediatamente se desintegró y fue absorbida por la daga. Por algún motivo eso hizo que se sintiera más poderosa así que se lanzó al ataque rebanando extremidades, apuñalando bestias y combinando su magia con su nueva daga. Entre todos los semidioses y con ayuda de Quirón consiguieron derrotar a los monstruos hasta que en el campo quedó lleno de polvo de monstruos y campistas jadeantes mientras atardecía.

No hubo ninguna muerte, solo algunos cortes, heridas superficiales y algunos huesos rotos pero nada más grave.

La cabaña de Apolo montó un hospital de campaña rápidamente donde atendieron a los heridos.

-Deberías ir a que te curen ese corte -Dijo Harley acercándose a ella, llevaba el lanzallamas echando humo pero, no estaba herido. -después los cortes aunque sean pequeños se infectan.

Elia se percató en ese momento de que algún monstruo le había arañado en la mejilla y la sangre le está goteando en la camiseta naranja del campamento. Se llevó la mano al corte y disimuló una mueca de dolor, escocia bastante.

-La sangre es muy escandalosa, no es nada.

-Yo te aviso de que hay muchos campistas a los que han tenido que operar de cosas más graves por pasar de cortes así.

-Bueno si te quedas más tranquilo me pasaré en un rato a que me lo desinfecten, cuando ya hayan atendido a los más graves. -Respondió poniendo los ojos en blanco.

Harley sonrió y se fue a ayudar a reparar los desperfectos que habían causado los monstruos.

Elia cumplió su palabra y fue un rato después al hospital improvisado que habían montado.

Salió la chica pelirroja que había parado a Katie en el bosque durante el juego.

-Ese corte tiene mala pinta, -Dijo solamente -ven conmigo.

Elia la siguió y después se sentó a esperar mientras la chica preparaba el desinfectante.

-Me llamo Kayla. Tú eres la campista a la que han reconocido está mañana, ¿no?

-Sí, me llamo Elia.

-Vale Elia ahora estate muy quieta para que pueda desinfectar la herida.

Pasó un trozo de algodón con desinfectante por encima del corte, Elia hizo una mueca.

-Eso escuece mucho -Dijo.

-Ya está. Ahora déjalo cicatrizar y seguramente no te quedará marca.

-Gracias.

La nueva Generación [PJO, HoO]Where stories live. Discover now