Capítulo XL

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Elia y Hazel subieron un bulto envuelto en papel de regalo y se lo dieron a Annabeth.

-Con todo el lío de la batalla no pudimos dártelo -dijo Elia.

Annabeth desenvolvió el regalo, dentro había un tarro de cristal lleno de una nebulosa mágica, como si dentro hubieran encerrado una galaxia.

-Ábrelo -dijo Hazel sonriendo -y poneos cómodos.

Al abrir el bote salieron despedidas pequeñas esferas de luz, como luciérnagas y al llegar a una altura considerable explotaban como fuegos artificiales.

-¡Hala! -exclamó Harley -Pirotecnia en un tarro.

-No lo intentes hacer -dijo Elia.

-¿Qué? No he dicho que fuera a hacerlo.

-Pero lo has pensado.

-¿Ahora puedes leer mentes?

-No, se ha visto en tu cara.

-¿Por qué se supone que no puedo?

-Porque se necesita magia y experiencia para que no explote.

-Tú hiciste explotar uno.

-Exacto, si yo que tengo más experiencia no lo conseguí a la primera, tú que solo quieres que explote, te matas en el intento.

-Entonces te importa que no me mate.

-Me importa más que no te cargues el barco porque estamos a unos doscientos metros de altura, eso es mortal para la mayoría de semidioses a bordo de este barco.

-Eso me ha dolido, te preocupas más por el barco que por mí.

-¿Has oído el dicho "la mala hierba nunca muere"? Pues eso.

Harley tardó unos segundos en pillarlo.

-¿Acabas de decir que soy mala hierba?

Elia no respondió, solo sonrió y le sacó la lengua.

-Tú también eres mala hierba.

-Yo soy inmortal, básicamente cuando me entero de que le caigo un poco mal a alguien a quien no soporto soy más insoportable con esa persona para caerle peor.

-Después dirás que no tenías amigos en el pueblo.

-Esos se lo merecían. Yo no les hice nada, hasta que ellos me atacaron, entonces me defendí. La defensa personal no se considera delito, es más, si alguien intenta matarte y tú lo matas al defenderte no es un delito porque te estabas defendiendo.

-¿Llegaste a cargarte a alguno? -Elia puso cara de pensarlo -No mataste a nadie ¿Verdad?

-No, era broma. Solo pegué varios puñetazos y patadas, nadie perdió la vida. Desgraciadamente -Harley la miró como si estuviera loca -. No me mires así, muchos se lo merecían, el mundo me habría agradecido que lo liberarse de basura así, pero no hubo suerte.

-A veces tus ganas de matar a alguien me dan miedo.

-Aún no he matado a nadie. Bueno Heracles no cuenta, le retiraron la inmortalidad.

-¿Aún?

-¿Los monstruos cuentan? -preguntó Elia ignorando la pregunta de Harley.

-Los monstruos no.

-Entonces no he matado a nadie.

Un fuego artificial especialmente potente iluminó todo el barco durante unos segundos, el espectáculo siguió durante un cuarto de hora más, iluminando el cielo con todos los colores posibles. Cuando acabó el tarro estaba vacío.

-En una hora debería volver a llenarse solo -dijo Hazel.

-¿Se puede usar todas las veces que quiera?

-En teoría sí, pero es el primero que hago y Elia creo que tampoco lo había conseguido nunca, por cierto ¿Dónde se han metido los dos pequeños?

-Seguro que han ido a liarla -dijo Leo -, se les da mejor que a mí.

-Lo cual ya es decir -comentó Piper.

-Eh, chicos, creo que no están haciendo nada malo -dijo Percy señalando dos figuras que casi no se veían por la oscuridad. Al acercarse pudieron ver qué solo se habían quedado dormidos el uno apoyado en el otro. El búho que había seguido a Elia por la mañana estaba apoyado en la barandilla vigilándoles.

-Que buenos hermanos mayores pensando que estaban haciendo trastadas -susurró Jason para no despertarles.

-Es que es básicamente todo lo que hacen -justificó Leo.

-¿Les despertamos?

-No, que después son capaces de no dormirse y ya es tarde.

-¿Y como les llevamos?

-En serio, ni que fueran bombas -dijo Annabeth.

-Bueno...

-Ejem...

-Si les dejas...

-Les tenéis miedo a unos niños pequeños -dijo Annabeth riéndose.

-No -contestó Leo -me he enfrentado a la muerte, ¿Cómo me van a dar miedo dos niños pequeños?

-Pues deberían, si lo que ha visto Elia es cierto, podrían matarte antes de que te des cuenta -dijo Nico.

-No te pongas tétrico -dijo Will dándole un empujón en el hombro.

-Soy la muerte, soy tétrico por naturaleza.

-En primer lugar, eres el hijo del dios de la muerte y en segundo lugar antes no eras tétrico.

-Estábamos hablando de que hay que llevarles a dormir.

-Ni que fuera tan difícil -suspiró Annabeth agachándose y cogiendo a Elia en brazos.

Pero en cuanto Leo lo intentó el búho le picó en la mano y empezó a decir cosas que no sonaban muy bien en español.

-Mochi, ven aquí y no piques a la gente -murmuró Elia medio dormida -Y tú no digas palabrotas que me las aprendo.

La nueva Generación [PJO, HoO]Where stories live. Discover now