Capítulo XXXV

12 3 23
                                    

Se encontraban en el Olimpo, pero Elia sabía que solo sus mentes estaban allí, hacía unos segundos estaba en la cubierta del barco.

La sala era enorme y eso era quedarse corto, Elia no se dejó impresionar, sabía que la intención de los dioses era amedrentar a los visitantes.

Los dioses estaban sentados en sus respectivos tronos, con la espalda recta y una pose regia, cosa que le pareció estúpida ya que casi todos eran sus padres, tíos, e incluso primos.

-Supongo que os preguntaréis porque os hemos traído -dijo Zeus poniéndose en pie. Ninguno respondió porque sabían para que les habían traído. -Quisiéramos felicitaros a todos por la valentía demostrada en la batalla con Nyx, una diosa primordial.

-Padre -intervino Artemisa -, creo que hay un par de semidioses que merecen una felicitación especial además de un par de explicaciones para todos.

-Tienes razón, Elia Charmwitch y Harley Dean, dad un paso al frente -ambos hicieron caso -. Habéis demostrado una valentía asombrosa, sobretodo teniendo en cuenta vuestra edad. Creo que os debemos unas explicaciones y varios preguntas.

Harley desvió la mirada, pero Elia la mantuvo casi desafiante.

-Os preguntaréis también que ha sido de Heracles y como ha podido morir -dijo Hera, sentada al lado de Zeus como diosa de los dioses que era -. Decidimos por unanimidad retirarle durante un tiempo su inmortalidad y mandarle a los campos del castigo para que recapacite sobre su existencia.

-¿Qué ha pasado con Nyx y su ejército? -preguntó Frank.

-La cantidad de poder que ha liberado Elia ha conseguido dispersar lo suficiente a Nyx como para que haya tenido que retirarse. No podrá reformarse hasta dentro de mínimo un año y puede que más -contestó Deméter.

-¿Entonces dentro de un año vamos a tener que volver a enfrentarnos a ella? -preguntó Elia.

-Puede que un poco más -optimizó Zeus.

-¿No podríais enfrentaros vosotros a ella? Quiero decir, sois los doce dioses más poderosos, ¿No?

Zeus suspiró.

-Bueno...

-Sí, exactamente, bueno -murmuró Elia.

-La cuestión es... bueno proporcionarte esa información depende de tu madre.

Zeus dio paso con un gesto a Atenea. La diosa se levantó y miró a su hija.

-Tenemos muchas cosas que explicar. Creo que querrás saber de dónde vienen tus poderes y que ha pasado en el faro.

«No sé cómo te habrás dado cuenta» pensó Elia con sarcasmo.

-Sí -respondió solamente.

-Empezando por el principio, hace muchos años se recitó una profecía en el oráculo de Delfos, el original, no el que está en Estados Unidos, la profecía decía que cuando se despertase la oscuridad e intentase someternos a ella recibiríamos la ayuda más poderosa del universo, la cual con nuestra ayuda deberá derrocar a la oscuridad o morir en el intento.

-Y yo soy esa ayuda tan poderosa -dedujo Elia.

-Sí, eres más poderosa que el Olimpo incluso, pero no podrás derrotar a Nyx tú sola, por eso han aparecido nuestros símbolos a tu alrededor, te hemos prestado nuestra ayuda por primera vez y no será la última hasta que la esencia de Nyx sea imposible de reconstruir y podamos considerarla muerta.

-¿Y cuáles son exactamente mis poderes? Porque ya me he dado cuenta de que la bendición de Hécate ha sido mentira desde el principio.

Atenea asintió.

-Has sido enviada para salvar al Olimpo de la oscuridad de Nyx y por tanto tienes los poderes de los olímpicos.

-¿De todos? -preguntó Elia para asegurarse.

-Sí, de todos, pero tienes que aprender a controlarlos.

-¿Por qué las puntas de mi pelo se han puesto negras cuando Nyx ha desaparecido?

-Me temo que lo que ha dicho de llevarte consigo al reino de la oscuridad iba en serio, al haber tenido que retirarse solo ha podido ponerte un plazo, antes de que todo tu pelo se vuelva negro tienes que derrotarla.

-¿Y si no lo hago?

-Te desharás en oscuridad.

-Ah.

Con "Ah" quería decir, "que bien que yo venga a salvaros y vosotros no seáis capaces de salvarme."

-Pero, no va a ser algo rápido, tardará bastantes años en volverse negro por completo.

Elia asintió y dio un paso atrás ya que no tenía más preguntas.

-Jason Grace, da un paso la frente -dijo Zeus.

Jason obedeció en su forma de fantasma parecía una persona normal, pero si te fijabas un par de segundos su cuerpo parecía convertirse en humo.

-Has vuelto del inframundo para ayudar a tus amigos en la batalla y según la profecía debes volver para que nadie más muera, pero Hades no tardará en reclamar tu alma como suya, ya que moriste noblemente luchando en los barcos de Calígula. Creo que esto hay que debatirlo con el propio Hades.

Zeus cerró los ojos y apareció un hombre de pelo y ojos negros como la noche.

-¿Qué os pasa ahora? -preguntó Hades en cuanto se dio cuenta de dónde estaba. -¿Por qué tenéis a uno de mis muertos?

-De eso queríamos hablarte hermano. Hay una profecía que dice que si él no vuelve todos estos semidioses morirán.

-¿Y desde cuándo te importan a ti las vidas de los semidioses? ¿No has mandado a miles de ellos, incluso a tus hijos, a misiones suicidas? ¿No hicimos un tratado en el firmaste que no ibas a meterte en los asuntos del inframundo?

-Pero padre -protestó Nico -, ha salido con mi permiso.

-¿Tú que haces aquí?

-He venido a ayudar. Necesitamos a Jason de vuelta. Además hemos hecho un intercambio, el alma de Jason por la de Heracles.

Hades suspiró.

-Supongo que si estáis todos de acuerdo y hay una profecía apoyándolo podré hacer la vista gorda por esta vez, pero no habrá más oportunidades.

Y dicho esto desapareció.

-Bien, pues Jason ya has oído, tienes una segunda oportunidad. Y si no tenéis más preguntas yo creo que ya podéis volver a vuestro barco.

La nueva Generación [PJO, HoO]Where stories live. Discover now