Capítulo VI

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Elia volvió al almacén para buscar una vaina para su daga que aún llevaba en la mano, entró otra vez pero no veía casi nada ya que fuera, el sol ya se había puesto, fue a salir a por una linterna pero, una extraña corriente de aire cerró la puerta del almacén con ella dentro.

Intentó encender alguna luz aunque sabía que si se ponía nerviosa, como ya estaba, no iba a conseguir encender ni una chispa de luz.

-¿Ho-hola? ¿Hay alguien? -Preguntó tartamudeando.

Se oyó un ruido, el sonido de una espada al golpear el suelo y pasos, lentos y pesados. Una respiración ruidosa y silencio de nuevo.

Elia empezó a dar vuelta sobre sí misma en busca de cualquier movimiento que delatara al monstruo.

De pronto sintió una presencia oscura en su espalda y se giró un segundo más tarde de lo que atacó el monstruo, no pudo ver su aspecto en la oscuridad pero sí sentir como sus garras le hacían tres arañazos en la mejilla que aún tenía sana.

Elia chilló y le clavó la daga al monstruo. Las paredes del almacén se vinieron abajo por la cantidad de energía que había liberado Elia al chillar.

Se acercaron un montón de campistas corriendo a ver qué había pasado. Elia encontró la cara de Annabeth entre todas esas personas, fue corriendo hacia ella y le dio un abrazo mientras las lágrimas caían por su cara.

-Elia, ¿Qué ha pasado?

Por detrás se acercaron corriendo Percy y Malcolm con Quirón justo detrás.

-Entré en el almacén para buscar una vaina para la daga pero, la puerta se cerró -Relató Elia entre sollozos. -Entonces empecé a escuchar ruidos y cuando me giré un monstruo me arañó y al gritar libere mucha más energía de la que esperaba.

-¿Y el monstruo? -Preguntó Quirón.

Elia enseñó la daga ensangrentada en respuesta. Quirón se quedó en silencio, esa niña estaba atrayendo más monstruos incluso que Percy en su primer año.

-Ve a que te curen esos arañazos y después preparaos para cenar.

Elia no se quería mover de dónde estaba así que Annabeth tuvo que llevarla de nuevo al hospital improvisado donde ya solo estaban los hijos de Apolo y los enfermos más graves.

-¿Qué ha pasado?-Preguntó el capitán de la cabaña, un chico rubio de ojos azules.

-Una arañazo de monstruo. -Respondió Annabeth. -Está un poco afectada aún, así que ten cuidado porque ha reventado el almacén hace unos segundos, Will. -Añadió para que tuviese cuidado, ya que después de ver cómo reventaba un almacén con tan solo gritar era muy posible que si se asustaba les lanzase a todos por los aires o algo peor.

Will asintió y se fue a por lo necesario para curar esas heridas. Volvió al rato con gasas, botes de desinfectante y otras cosas que Elia no reconoció.

-Elia, necesito que te estés muy quieta para poder desinfectar esos cortes. -Elia asintió.

Will empezó a limpiar los cortes con cuidado.

-Parece que son bastante profundos, es posible que tenga que darte puntos de aproximación.

-¿Eso duele? -Preguntó Elia.

-Sí te estás quieta no.

Will terminó de limpiar y desinfectar los cortes y después sacó varios puntos de aproximación que fue colocando con cuidado sobre las heridas.

-Vale, pues ya está. No te toques las heridas. 

La nueva Generación [PJO, HoO]Where stories live. Discover now