Capítulo XVI

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Después de cenar Harley y Elia tuvieron que irse a dormir por orden de los mayores, pero Elia tenía otros planes, fingió que se iba a dormir y un a vez todos se fueron se puso una sudadera oscura por encima del pijama y la falda mágica.

Cerró los ojos y se concentró en la imagen que se veía desde el mástil. Al abrir los ojos se encontraba arriba. Empezó a paseas por las redes, como quien camina por la calle, llegó hasta la popa del barco, Annabeth y Percy estaban sentados los dos en un banco, abrazados. Aunque no tenía intención de espiar, empezó a prestar atención cuando captó su nombre. Se acercó un poco más y escuchó en silencio.

-Me preocupa lo que podría llegar a hacer si no aprende a controlar sus poderes. -Estaba diciéndole Annabeth a Percy. -Es una niña con un poder que no puede ni imaginar.

-La verdad es que hasta yo me he asustado cuando te ha gritado y después a empezado a arder. ¿Has hablado con ella?

-Sí, me ha dicho que no quería continuar con la misión, que quería volver a casa. Creo que al principio se lo tomó como un juego de niños y cuando se ha dado cuenta de lo real que es esto... seguramente todos habríamos hecho lo mismo con su edad.

-A lo mejor le exigimos demasiado para lo pequeña que es. Si hasta yo la he regañado está mañana por intentar subir al mástil.

-Puede que le hayamos fastidiado el juego al prohibirle subir al mástil y al gritarle cuando nos hemos vuelto azules. Ella no nos quería convertir en pitufos, al menos en un principio, yo he visto que se ha protegido con los brazos. Quiero creer que solo ha querido protegerse ella del hechizo.

-Si la tuviésemos entretenida con algo, que implique usar sus poderes para que pueda practicar y aprender cosas nuevas.

-¿Te has parado a pensar porque tiene más poderes que Hazel? A fin de cuentas, han recibido la misma bendición de Hécate.

-Llámame paranoico pero, creo que el Olimpo tiene algo que ver.

-Pero piénsalo Percy, ¿Qué ganaría él Olimpo con una niña de siete años que tiene prácticamente los mismos poderes que ellos.

-Puede ser que haya algo que no nos han contado y no sé qué puede ser.

Annabeth suspiró.

-Cada vez que lo pienso se me ocurren ideas peores.

-¿Tan catastrófica eres?

-Percy, a ti Hera te secuestró, te intercambio por Jason y os borró la mente solo por una profecía. Claro que soy catastrófica.

-Me dejo tu recuerdo. -Contestó sonriendo.

-Uy, sí que amable, te dejó recordar a tu novia. Era lo mínimo que debía hacer.

Cuando se besaron, Elia empezó a sentirse una intrusa y decidió irse a explorar por otro lado.

Dio una vuelta por la red que cubría casi todo el barco por encima y después se sentó en la cofa del mástil. Como hacia todas las noches desde que aprendió ese truco. Empezó a mover las manos como si amasase un trozo de plastilina y entre sus manos se formó una esfera de luz que después lanzó hacia el cielo. Las estrellas empezaron a brillar con más intensidad, creando un espectáculo que se podía ver desde cualquier parte del mundo. Era un ritual que hacía para que su padre supiera que estaba bien.

-Te echo de menos. -susurró a las estrellas.

Sus ojos reflejaban el brillo de los millones de estrellas que había hecho brillar. Sabía que en otra parte del mundo su padre le había susurrado lo mismo y eso hizo que se sintiera mejor

-Buenas noches, papá.

Y se teletransportó a su cama, se puso el pijama rápidamente y se fue a dormir.

La luz entraba a raudales por la ventana.

Elia abrió los ojos despacio. Le encantaba despertarse con la luz del sol, pero el ruido del motor había estropeado el momento.

Se desperezó lentamente, mientras empezaba a oír el ruido de los demás semidioses al levantarse. Salió de su habitación ya vestida con, la camiseta naranja del campamento Mestizo, la falda mágica, unos leggins verdes y la daga a la cintura. Intentó desenredarse el pelo con los dedos, pero era una misión imposible. Caminó hacia el comedor, iba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Harley la estaba llamando hasta que él le tocó en el hombro y Elia no reaccionó muy bien, porque del susto al girarse desenvainó la daga y la posó en el cuello de Harley.

-¡Eh que soy yo! -Exclamó dando un pasó atrás.

-Perdón Harley, me has asustado. -Envainó la daga de nuevo.

-Sí te he llamado tres veces.

-Si no te respondo, obviamente no te he oído.

-¿Y cuando no oyes a la gente y te tocan en el hombro tú les clavas una daga?

-Es que yo estoy acostumbrada a vivir con solo con mi padre y su voz la reconozco, cuando algo me tocaba solía ser un monstruo, no un amigo.

-¿Antes no tenías amigos? ¿O les clavaste una daga a todos?

-Viviamos solos, eres el único niño de mi edad al que conozco.

-Vaya... que

-¿Triste? Ya lo sé.

-Iba a decir raro pero, admito que también es algo triste.

-Es lo que tiene tener poderes.

-¿Vamos a desayunar? -preguntó Harley por cambiar de tema.

La nueva Generación [PJO, HoO]Where stories live. Discover now