Capítulo 24

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Olivia miró con tristeza a su tío y a su tía mientras comían, y pensó que no podía haber más distancia entre ellos dos y no solo porque se encontraban uno en cada extremo de la mesa

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Olivia miró con tristeza a su tío y a su tía mientras comían, y pensó que no podía haber más distancia entre ellos dos y no solo porque se encontraban uno en cada extremo de la mesa.

Como era frecuente, estaba cenando con ellos puesto que se sentía más acompañada allí que con su padre, quien por estos días prácticamente no le hablaba porque continuaba ofuscado por su relación con James y lo pública que se había vuelto. Pero esa noche en especial, se sentía tan incómoda allí como en su casa.

Todos cargaban con un humor bastante particular. Sus tíos, obviamente habían discutido de nuevo y aunque intentaban ocultarlo, seguían disgustados. Marcus estaba callado y sumido en sus propios pensamientos y lo más raro, era que Keaton también estaba en silencio y apenas si había tocado el postre que ella había preparado casi especialmente para él.

—Seguro que la crema estaba vencida —murmuró mirando directamente a Keaton que estaba sentado a su lado—. No puedo imaginar otro motivo por el que no te guste.

La falta de respuesta del joven también llamó la atención de su padre.

—¿Keaton, estás bien? —preguntó arqueando una ceja—. Liv te está hablando

Recién ahí, el chico levantó la cabeza y los miró a todos con el ceño fruncido.

—Lo siento Liv, está delicioso como siempre. Pero no tengo hambre —hizo una mueca que podría haberse asemejado a una sonrisa—. Creo que estoy enfermo.

—Si no tienes hambre, eso es seguro —dijo Douglas, riendo antes de beber un trago de vino—. Y debe ser grave, hijo. Será mejor que veas a un médico.

Todos se rieron menos el aludido.

Keat se levantó de la mesa después de darles a los demás una mirada furibunda.

—Buenas noches —sentenció retirándose de la mesa.

Olivia lo siguió poco después para encontrarlo acostado en su cama mirando el techo. Sin decir nada, se sentó a su lado y lo observó por un rato. No podrían durar mucho tiempo de esa forma, uno de los dos tendría que hablar y se prometió que no sería ella quien lo hiciera primero. Conocía a sus primos bastante bien como para saber cuándo les pasaba algo.

Por ejemplo, también sabía que algo le sucedía a Marcus desde hacía ya dos días, incluso cuando él era mucho mejor guardando sus sentimientos, así como también más maduro y con más autocontrol que Keaton, quien apenas sabía lo quesignificaba esa palabra .

—No quiero hablar de eso, Liv. Por favor, por favor, no preguntes —dijo en menos tiempo de lo que Liv había calculado.

Ella apoyó una mano en su abdomen.

—Si estás enfermo voy a llevarte al hospital. Enserio Keat, me preocupas. Estás así desde ayer ¿por qué crees que te preparé tu postre favorito?

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