Capítulo 3.

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Una hora ensayando en el espejo lo que le podría decir a Pierre, él ni siquiera había venido a la habitación para despedirse de mí, por lo menos. Simplemente escuchaba cómo salía y entraba a la recámara, a la que en algún momento había sido nuestra.

No quería dejar todo al último, así que mientras pensaba en qué le diría acomodé mi maleta y las cosas que había traído la noche anterior. Cómo por ejemplo lo personal, mi ropa, y accesorios. Quería dar la mejor impresión al llegar a mi nuevo trabajo, el cual me tenía tan emocionada y con ganas de comerme las uñas de tan sólo pensar lo peor. Incluso mi estómago había empezado a doler con todo esto, era increíble lo qué un nuevo inicio provocaba en mi. 

Cuando acabé había por fin tomado la decisión de salir de la recamara, me armé de valor para poder hablarle a Pierre, para terminar todo lo que tal vez nunca había empezado. Mi teléfono lo llevé directo a mi bolso, junto a mis airpods color rojo, y mi cargador. Seguro los necesitaría para el viaje y entretenerme con música. Bajé a la cocina para buscar a Pierre, en su lugar estaba su teléfono en la mesa justamente desbloqueado. ¿Por qué no descubrir por fin quién era la dichosa del señor perfectamente bien? Empecé navegando por instagram, ni siquiera había notado que me había dejado de seguir hasta ahora que revisaba, ¿a esos extremos había llegado?, No quería hacerme más larga la agonía, así que deslice mi dedo directo a sus mensajes. 

Tenía un montón de mensajes de chicas invitándolo a salir y él aceptando, en ninguna se negaba e inclusive tenía una registrada bajo el nombre de "Mi cielo", hijo de perra. Mi sangre hirvió en ese momento, el hombre con el que compartía cama, comida, casa, también vida. Me estaba viendo la cara de imbécil. No quise saber más, estaba tan enojada que sin querer había dado un golpe tan fuerte al teléfono con la mesa que en su pantalla ahora estaba un rayo, y no precisamente de buena señal. Oh, oh. Error grave, Allison.

Subí las escaleras llena de impotencia, con el teléfono en mi mano y las maletas arrastrando como pude, era increíble cómo el enojo le daba tanto poder a una persona. Para mi suerte el se encontraba en la habitación, así que abrí la puerta rápidamente y furiosa. Él parecía estar confundido.

– ¿Qué es lo que te pasa? 

Dijo Pierre terminando de colocarse su camisa, el aún vestía la pijama.

– ¿Qué me pasa? Te explico Gasly, me has estado viendo la cara de estúpida casi todos estos meses. Tienes a otra, o mejor dicho, tenías a otra y ni siquiera te molestaste por decírmelo. 

– ¿Por qué te diría? 

– ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Y las promesas? 

– No hay promesas Allison, yo ya no te amo.

Sus palabras habían sido como una estaca clavándose en mi corazón, ¿por qué era tan duro?

– Los planes que hicimos los has arruinado, luces tan inocente.. qué jamás me imaginé esto. Dijiste que no había nadie más que yo para ti.

Las lágrimas brotaron y mi voz se quebró. Él intento acercarse pero me negué.

– No puedo dejar de imaginarme los labios de ella en tú cuello, y te odio por qué por tú culpa odio el amor.

– Alli...

– No quería ser la primera en irme, pero, me hiciste esto. Y está es la última vez que me verás aquí, parada frente a ti llorándote. Nunca más, Pierre.

Le lancé el teléfono al piso, sin decir más y con las manos en mis maletas me fui de ahí, dejando todo atrás. El amor, el amor de mi vida.. que ahora era un desconocido más.

07:00pm.

El vuelo para mí destino estaba a nada de salir, mi hermano, Isa, y mis padres habían venido a verme, o más bien, a despedirme. Esto no era lo qué quería para mi vida, irme con el corazón roto y sin una esperanza más en mi vida, no más que mi trabajo. 

𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 |  𝑱𝒐𝒆 𝑩𝒖𝒓𝒓𝒐𝒘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora