Capítulo 28.

1.8K 152 2
                                    

¿Había miedo? Claro que lo había, él mariscal de campo nunca había sentido algo así y ahora que había perdido a Allison lo entendía todo. La amaba y no quería decirle adiós, sus hermanos le pedían que por favor pensará mejor las cosas. Pero a él nada lo detuvo, recuperaría a la persona que amaba y lo haría al costo que fuera.

El avión dió inicio al vuelo algo temprano, por lo cual probablemente llegaría pronto a Londres por la distancia que tenía de Cincinnati creería que al día siguiente de noche. Cuando le pregunto a Lando dónde estaba Allison, fue diferente que cuando lo hizo a Carlos. Pues Lando apoyaba totalmente la idea de que volvieran a estar juntos, y nadie le podía prohibir estar con Joe.

Todo el vuelo escucho las canciones que bailaba con ella frente a la luz de su refrigerador, tal y cómo a ella le gustaba. También recordó el aroma a cerezas de su amada y las veces en que la hizo suya. ¿Por qué le había prestado tanta atención a Coco y había dejado ir a su gran amor la española que le conquistó el corazón en cuanto la vió entrar?

Inglaterra.

– Ben..

– Por favor Allison, dame una oportunidad. Juro que no te defraudaré.

Me alejé de él cruzada de brazos, mi cabeza no podía pensar en nada más que mi teléfono sin parar de sonar y en el sentimiento tan real y verdadero que tenía por Joe.
Una punzada en mi estómago me decía que corriera a revisar mi celular, pues tal vez sería algún mensaje de Joe. Pero me límite a hacerlo, si no sería otra decepción igual a las anteriores.
En cambio, Ben corrió detrás de mi, dios.. no me hagan esto más difícil.

– ¿Hay algo que nos impida intentarlo?

Asentí, en definitiva lo había, el amor de mi vida.

– Ben.. yo no puedo elegir estar contigo, no cuando recién salí de una relación.

Él se quedó en silencio unos minutos, sólo se podían escuchar nuestras respiraciones en la sala.

– Entonces está bien, esperaré por ti si es necesario. No me rendiré en esto, Allison.

Dijo de la nada, me sorprendieron sus palabras por qué creí que simplemente se daría por vencido y me dejaría a un lado, buscándose a alguien más.

– No, Ben, no puedes hacer eso por mi.

– Es mi vida, yo decido, y está vez decidiré esperar por ti.

Mi corazón me decía que esperará por Joe.
Pero mi cerebro decidió tomar el mando de la situación y nos pusimos un paso delante de los sentimientos.
Tomé el rostro de Ben entre mis manos y besé suavemente sus labios, él correspondió de inmediato. Nos fuimos perdiendo en ese beso hasta que caímos al gran sofá blanco.

Había terminado mi noche teniendo sexo con Ben. Probablemente cuando lo recordará en un futuro me arrepentiría. Pero vida sólo había una, así que, ¿por qué no correr el riesgo?

...

Desperté acostada en una gran cama, una habitación gigante y sábanas blancas cubriendo mi cuerpo. Busque por toda la cama a Ben, pero no lo encontré. En su lugar había una nota que decía "Salí por el desayuno, duerme otro rato preciosa;)"

Sonreí.

No podía creer lo que me estaba pasando, tal vez era un sueño, una ilusión, o una nueva oportunidad y aventura en mi vida. Después de todo, Taylor Swift tenía razón.

Los ingleses eran buenos.

Me puse de pie buscando por toda la habitación mi ropa, quería darme una ducha así que lo hice pero de 5 minutos técnicamente. No me acostumbraba a una casa ajena, tal vez era por qué no veía a Ben como un amigo y me daba pena cualquier cosa con él o de el.

Saliendo de bañarme fui a la cocina para encontrarme con Ben, que calentaba el desayuno en la estufa. Se había precioso con el delantal.

– ¿Cómo dormiste, princesa?

Se giró para verme, yo tomé asiento en las sillas que estaban frente a la barra.

– Bien, bastante bien de hecho.

– Después de lo de anoche lo supuse.

Después de unas risas incontrolables nos dispusimos a almorzar, luego de eso propusimos pasar un rato agradable en la calle. Con la nieve y el frío que hacía seguro lo disfrutaríamos.
La primera parada fue en el cine, después iríamos de compras y sería un día divertido seguramente.

...

08:00pm

Llegamos ya de noche a la casa, nos habíamos divertido tanto que se me olvidó por completo la última vez que había pasado un momento así de lindo y gracioso.
El último fue con Joe...
Pronto regresaría a casa con Lando, pero por último quisimos cenar pizza aquí viendo una película, así que acepte por qué había propuesto mi película favorita. Éramos parecidos en casi todos los sentidos, eso me agradaba.
El timbre de la puerta Interrumpió nuestra mini charla, me ofrecí a abrir puesto que quería aportar algo al día. Al menos algo útil. Corrí feliz para abrirla, con una sonrisa de oreja a oreja, sin embargo.. mi sonrisa se había borrado en un dos por tres.

– ¿J-Joe?

Pronuncie temblorosa, mis piernas me fallaron. No supe que hacer o cómo reaccionar, simplemente sentí que mi cuerpo dejo de responder. Mis piernas se hicieron espagueti literalmente, instantáneamente todo se me puso color negro.

Lo único que había visto antes de desmayarme eran los ojos de Joe.. esos hermosos ojos que veía al despertar meses pasados. Había venido a buscarme, no sabía si era para volver o para jugar conmigo. Pero lo hizo, hizo algo que nadie haría por mi.

No se había olvidado de mí.

𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 |  𝑱𝒐𝒆 𝑩𝒖𝒓𝒓𝒐𝒘.Where stories live. Discover now