Capítulo 40.

1.9K 122 0
                                    

Al amanecer lo primero que hice fue enviarle un mensaje a mi mamá, le avisaba que por favor le comunicará a mi papá y claro a Carlos lo planeado con Joe. Adjuntando que teníamos una sorpresa que contar, ella seguro estaría confundida. Pero conociendo a mi mamá estaría feliz de saber que le daría un nieto.

Joe hizo lo mismo con su familia, aún que ellos también vivían en Cincinnati así que no había problema, él comento que su hermano mayor sospechaba de algo. Pero no le prestamos atención por qué no queríamos arruinar la sorpresa.

– ¿Estás segura de esto, Ally?

Dijo Joe mientras servía el desayuno, el se había ofrecido a cocinar debido a que no quería que yo hiciera muchas cosas, cuidándome a mí y al bebé.

– Demasiado, yo sé que Carlos hizo mal al no decirme lo tuyo. Pero merece saber de la existencia de su sobrino.

– ¿Y si se enoja por qué volvimos?

– Soy mayor de edad, Joe. Se bien lo que hago y lo que no, yo te quiero a ti y a este bebé.

Estaba segura de lo que quería en mi vida, y era claramente tener a Joe. ¿Miedo? Claro que había miedo, no sabía si sería la mejor madre para nuestro bebé y compañera de vida para Joe. Pero intentaría lo que estuviera en mis manos para hacerlos feliz, pasará lo que fuera así sería.

Quisimos asistir a una cita con el médico, en el consultorio del médico de confianza de Joe el doctor se ofreció a consultar sin necesidad de agendar cita para un mes después. Él pidió ayuda a su mujer que era ginecóloga y especializada en maternidad, ella era quién llevaría el chequeo mío y del bebé.

Ahora me daba cuenta que Joe estaba haciendo todo por mí y su hijo, definitivamente estamos en buenas manos y buenos cuidados..

Después de alistarnos y dejar todo ordenado, salimos a él consultorio. Estaba tan emocionada por qué seguramente hoy veríamos por primera vez a nuestro hijo.

Un rato más tarde nos recibieron pues éramos los únicos en la sala, la doctora nos recibió amablemente y después de tomar todos mis datos pudimos pasar al cuarto dónde harían la ecografía. Joe estaba a mi lado en todo momento, nunca se separó de mi y me hacía bien sentirlo conmigo.

– ¿Crees que sea niño o niña?

Dijo Joe de la nada.

– Niño.

Yo estaba recostada en la camilla que estaba a lado de la máquina con la cual se haría la eco, tenía mi vientre descubierto y en cualquier momento vendría de vuelta la doctora para comenzar.

– Yo quiero que sea niña, para que sean mis dos princesas.

Aún que faltaba bastante para saber el género del bebé, Joe estaba más emocionado que todos. Durante el desayuno hablaba de lo emocionado que estaba por ser papá, de cuánto quería que fuera niña. Aún que al final decía que podía ser lo que Dios quisiera, pero él le amaría con todo su corazón.

– Bien, chicos. ¿Están listos? Verán a su bebé.

Interrumpió la doctora abriendo de pronto la puerta, ambos contestamos que sí. Ella tomo el gel y comenzó a esparcirlo por mi vientre, era bastante frío y también generaba cosquillas cuando resbalaba. Movía sus manos de allá para acá, encendió el ecografo y comenzó a pasar el aparato pequeñito por mi vientre. Busque nerviosa la mano de Joe y él rápidamente la tomo. Apreté el agarre por qué sabía que no podría contener las lágrimas en cuando lo viera o escuchará.
Cuando empezó el ultrasonido comenzó a verse negro y blanco, una manchita también se vió por ahí.

– ¿Ven eso de ahí?

El primero en responder un "Sí" fue Joe.

– Ese es su bebé.

Cómo lo presentía, la primera en llorar fui yo. Estaba tan emocionada que cuando subió el volumen para escuchar sus latidos no pude contenerme y comencé a señalarle a Joe. Quién también lloraba ya.

– Es nuestro bebé, es bebé Burrow.

Le dije emocionada, la doctora sonreía por la emoción que teníamos ambos.

– El género podrán saberlo entrando a la semana 20, si tienen suerte tal vez en la 14. Fuera de eso, su bebé está muy sano y creciendo muy rápido.

No podía escuchar con atención por qué todo estaba centrado en él bebé, lo que sería cuando naciera o ahora que lo tenía dentro mío y empezaría a crecer. Estaba tan emocionada.

– Sólo.. tienes que seguir guardando reposo, Allison, una crisis de estrés o movimiento fuerte podría causarle un daño irreversible al bebé. Desde enfermedades, hasta.. un aborto.

Entendía a la perfección todo, lo que tenía claro ahora era que haría todo por qué el bebé estuviera bien, después de todo era mi primer hijo y mi adoración entera.
Después de un rato la doctora salió para poder imprimir la ecografía y que la pudiéramos llevar a casa.

– ¿Estabas llorando tú también?

Dije mientras me limpiaba las lágrimas de los ojos, hice lo mismo con los de Joe.

– No pude evitarlo, Allison, es nuestro bebé. Seremos papás.

Su emoción era igual o más que la mía, cuando me limpie el vientre, no dudo ni tomo más tiempo y me abrazo fuertemente, sin apretar o dejar caer todo su peso en mi vientre.

– Estoy tan feliz de que la mujer que más amo me haga papá. No puedo esperar a saber si será niño o niña, muero por tenerlo en mis brazos.

No me dejó responderle, cuando se separó de mi lado fue a mi estómago y levanto la blusa de nuevo.

– Bebé, soy papá, y te aviso que te estaré molestando siempre que tenga oportunidad. Mamá y yo te esperamos con todas las ansias del mundo, estamos tan felices y emocionados por ti.

Si no hubiera sido por la doctora que entro de nuevo para pedirnos ir al consultorio, probablemente me lo hubiera comido a besos.
Termino la consulta y sólo recetó lo básico, vitaminas y pastillas para que se desarrollará por completo el bebé. También recomendaciones para hacer mientras hiciera reposo, por los problemas del pasado tenía que estar la mayoría del tiempo en cama.

Yo fui terca y convencí a Joe de ir al centro comercial, quería comprarle el primer conjunto de ropa al bebé, todo esto me tenía tan emocionada y me era imposible controlarme.

Estaba tan feliz que todo parecía un sueño hecho realidad. Si era así, pedía al cielo que nunca terminará. Quedándome en mi vida de ensueño con Joe, él mariscal de campo que había capturado mi corazón desde el primer momento que nos vimos.

𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 |  𝑱𝒐𝒆 𝑩𝒖𝒓𝒓𝒐𝒘.Where stories live. Discover now