Capítulo 33.

1.8K 117 5
                                    

Su teléfono sonó así que no pudo responderme, yo seguí lo que sería mi camino, iría a la ducha y podría al menos aclarar mi mente unos minutos. Era lo único que necesitaría.

Entre al baño pero no abrí la llave del agua en la ducha para escuchar la llamada de Joe, ¿era de Coco?

Hey.. Zac, sí perdón, lamento haberme ido de pronto. Si estoy con Allison.

Se quedó en silencio unos segundos.

No puedo dejarla sola, tendría que llevarla conmigo. Ella no quiere volver.

Note la desesperación que tenía cuando se tallo el rostro, comencé a sentirme culpable.. el estaba dando todo por mi y yo no me atrevía a dar ni la mitad.
Iba a salir y confesarle que podía irse sin mi, no quería que llegará al extremo de decidir sí era yo o el trabajo.

Mejor quise darme un tiempo sola, para pensar lo que haría y como es que le contaría lo más importante, me metí a la ducha y dejé que mis dudas se fueran. No podía dejar de tocarme el vientre y verlo crecer mientras que Joe está a mi lado..

Hubiera sido divertido.

...

Tenía más o menos algo preparado para Joe, y mi cómplice en todo esto había sido Lando, mientras que Joe hacía las compras personales yo y Lando decidimos decorar mi recámara para que fuera algo lindo su cumpleaños. Incluso yo compré una prueba de embarazo, estaba decidida para decirle que tendríamos un bebé.
Adaptamos el escritorio para poner poder el pastel, y también los regalos que pude conseguir a último momento, entre ellos: estaba la caja naranja con un nueve en la parte superior. Esa caja era la que escondía la prueba de embarazo positiva.
No había encontrado otra idea mejor que decírselo, si yo no volvería con él, entonces merecía por lo menos contarle de la existencia de nuestro pequeño.

Escuchamos el ruido de un auto estacionarse en la casa, él venía con las manos vacías así que fue confusión total para mí como para Lando, él salió corriendo de la habitación para esconderse, y dejarme en las manos la sorpresa de Joe.

– ¡Feliz cumpleaños!

Dije en cuanto lo ví abrir la puerta, pero él tenía una expresión de decepción en su rostro.

– ¿Estás bien?

No me respondió, miro a los globos que lo rodeaban y las serpentinas que estaban por el suelo. Una sonrisa se le dibujo en el rostro con eso.

– Allison..

Dijo tomando asiento en un lado de la cama.

– Joe, me asustas. ¿Estás bien?

Me senté a su lado poniendo mi mano en su hombro.

– Zac dijo que era volver a Cincinnati y jugar o despedirnos de playoffs y la división.

Auch.. todo esto era como un deja vu, de la vez en que yo dejé mi trabajo por él. Maldito miedo a quererlo..

– Joe..

– No, Allison, te perdí una vez y no soy capaz de perderte otra vez.

Las lágrimas comenzaron a amenazar, me sentía indefensa y sin armas para defender a Joe y nuestro amor.

– Es tú trabajo, esto te hace feliz, jugar te encanta.

– Pero me encanta más estar contigo.

Me puse de pie para ponerme frente a él.

– Siempre pusiste otras cosas sobre mí, no entiendo por qué ahora no lo haces.

– Por qué me di cuenta que te amo, Allison, ¿eso no es suficiente para ti? – dijo en voz alta y exhausto.

– ¡Nunca me pusiste de prioridad, es turno de que lo hagas ahora!

Grité.

– ¡Pero te amo, maldita sea! Por primera vez en mi jodida vida decido luchar por algo que quiero y tú me haces esto.

– No es así, Joe. La primera que intento salvar todo contigo fui yo, pero tú preferiste a Coco, no entiendo por qué no haces de nuevo eso.

Él bufó y se puso de pie.

– No por nada viajé tanto, Allison, le pedía a todos los amigos en común que me pusieran en contacto contigo pero ninguno lo hizo.

Ahora ambos estábamos llorando, el impacto de nuestras palabras era como si los cuchillos nos rozará la piel.

– ¿Los hombres siempre ponen esa excusa?

– Por diso, Allison, te lo demostré anoche cuando hicimos el amor, te amo y nunca dejaré de hacerlo. Nosotros estamos destinados y se que no estoy loco, te extraño con locura, me duele no tenerte.

No fui capaz de responder, sólo mire a otro lado.

– Lo que más me duele es quedarme a un lado sabiendo que llegué primero, entregarte todo y al final quedarme en tercero.

– Tal vez las cosas están destinadas para ser de este modo. Al fin del cuento.. no estamos destinados a estar juntos.

Intento acercarse para besarme pero yo me alejé a la ventana.

Todas las historias tienen su final, sea feliz o infeliz. Está vez me había tocado el peor.
Ver cómo el amor de mi vida se marchaba, y yo no hacía nada para detenerlo.. para detener al papá de mi hijo. Al dueño de mi corazón.

𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 |  𝑱𝒐𝒆 𝑩𝒖𝒓𝒓𝒐𝒘.Where stories live. Discover now