Capítulo 10. Extraño comportamiento

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"...Las palabras no tienen el peso suficiente para demostrar mi verdadera sinceridad, entonces la llave que sostengo ahora en mis manos es lo que abrirá tanto mi alma y mi corazón, te concedo el permiso de usarla para indagar en lo profundo de mi ser, como promesa a los cielos y los dioses como testigos.

Podrás extraer de mi tumba parte de mi vitalidad, robar todo lo que necesites de mí. La llave de la muerte será el centro de nuestra unión y la prueba de que una parte de mí también te corresponde a ti.

Acepto esto y cierro con un Angelus mortis, Mumza, eum benedicit nominibus nostris in libro mortis connexum."

Luzu leyó en un susurro la carta que encontró en la mesita de noche de su habitación, junto con una amapola y una bonita cadena que tenía una pequeña llave colgando. Justo ahora la tenía apretada contra su pecho, sintiendo cálido al leer que el remitente se trataba de Quackity.

La hoja tenía unas extensas disculpas que la abarcaron en su totalidad, la redacción era floja e inexperta, como si nunca lo hubiera intentado. Podía imaginárselo rompiéndose la cabeza durante todo el tiempo que intentó escribirla, Luzu no contuvo su risa, le enternecía que su menor haya intentado algo para lidiar con esta tensa situación entre ambos y el repentino distanciamiento.

Pero trató de calmar su emoción del momento para detenerse en los últimos renglones; la oración en un lenguaje que no se le ocurría cual podría ser, pero que sospechaba haberlo escuchado antes. No tomó importancia a la posdata del chico que decía "Merlon me ayudó con esta bonita frase, no te voy a decir que significa jiji" un mensaje que tenía claras intenciones de espantar su confusión.

La cama rechinó un poco cuando se sentó en ella y sus ojos se fijaron en la pared que tenía enfrente, la que compartía su habitación y la de Quackity. La llave en su puño todavía no se alejaba de su cuerpo, era un regalo por parte de su chico favorito, no se atrevería a despreciarla, pero no podía evitar sentir que había algo más que no encajaba en la situación.

Las investigaciones de Luzu tuvieron que parar gracias a la perdida del grimorio, cuando no estaba haciendo sus tareas de guerrero, se encargaba de divagar en el bosque, buscando el libro con desesperación. Había descuidado mucho a Quackity, hasta el punto de que el chico tuvo que buscar a otros para no sentirse solo, no le parecía raro ya que era parte de su naturaleza y buscaría estar junto a alguien para evitar la soledad.

Luzu había estado estresado y desesperado estos últimos tiempos, por suerte Vegetta le permitió tener el grimorio más tiempo ya que repentinamente tuvo la idea de hacer el suyo propio, dándole un respiro por otro rato más. Sin embargo, se aisló más de lo normal y se encontraba más solo que de costumbre.

No se esperaba que Quackity aún lo tuviera en cuenta y que fuera él quien se disculpase en su lugar. Eso le dejó un mal sabor de boca, pues le entristecía que el chico haya pensado que era el responsable de su actual fría amistad.

Pero todavía sentía que había algo raro, volvió a mirar la carta, intentando encontrar otras intenciones, sólo deteniéndose en esas extrañas palabras que Quackity mencionó que fueron proporcionadas por Merlon. Desviando sus pensamientos al anciano, recuerda haberlo visto con un bonito y sencillo collar con un corazón, algo similar al suyo al ser de tonos dorados como el oro, sin embargo, su objeto era una llave que demostraba la lealtad de Quackity (o al menos así lo interpretó).

Suspiró agotado y molesto consigo mismo por desconfiar de Quackity, buscando otras intenciones en sus acciones. Se fue por el pensamiento más probable de que Merlon, al ser un hombre que ama los detalles y tiene mucho conocimiento, le recomendó a Quackity regalarle algo como un collar y le dijo algún poema en otro idioma para que las disculpas se vieran más profundas de algún modo.

Lagunas ; Quackity | Karmaland & DSMP |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora