Capítulo 15. Charla de híbridos

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Se desestabilizó cuando repentinamente Dream estaba en el suelo, con la máscara agrietada y una parte rota, dejando ver un ojo de un intenso color verde, reflejando furia y terror. La sangre manchaba la piel pálida del chico y las cicatrices volvieron a abrirse, causándole dolor. La ropa sucia y rasgada volvió a mancharse de sangre, tiñéndose con otra capa de rojo sobre la que ya estaba seca.

Dream se cubría y arrastraba mientras trataba de huir, pero Quackity se encargaba de tomarlo del maltratado cabello rubio y arrojarlo nuevamente al centro de lo que parecía una celda.

—¡NO TENGO NADA, QUACKITY! ¡PARA CON ESTO!—

Deja las mentiras y entrégalo... Seguiré viniendo a este lugar las veces que sean necesarias para hacerte sufrir, manteniéndote al borde de la muerte y dejando que sanes, para repetir el proceso... Así hasta el resto de nuestros días— su voz era ronca, el tono frío con el que mencionaba cada palabra iba en serio, causando escalofríos en quien escuchara. —Ya terminé con las uñas de la mano derecha, sigue arrancarte las de la izquierda

La expresión de Dream casi no podía apreciarse, pero ese sólo ojo decía todo lo que sentía. Era como si estuviera viendo la peor criatura que haya aparecido en la tierra, sintiéndose pequeño ante cada peligroso paso que daba Quackity. De la hoja turquesa resbalaban gotas rojas, dejando un rastro en el suelo de la celda, mezclándose con la sangre que el propio Dream había dejado al arrastrarse. El rojo también había empapado las garras de Quackity, incluso teniendo carne fresca bajo ellas.

Dime donde está el Revival book, si no pasaremos a la siguiente tortura— dijo, soltando una risa en medio de un bufido. —Voy a meter la espada en lava y la usare para hacer cortes en tu cuerpo de mierda... ¿Qué tan insoportable será el dolor?—

Dream se arrastró con las pocas fuerzas que le quedaban y se dirigió a la entrada de la habitación, tomando los barrotes sin importar que estaban ardiendo, debido al intenso calor que provocaba la lava cercana a la celda.

—¡Sam! ¡Sam ya basta! ¡Sácalo de aquí! ¡SAM!— se desgarró la voz, gritando lo más fuerte que pudo, rogando al guardia que estaba de espaldas del otro lado del río de lava, lo que dividía la celda y el resto de la prisión. —¡POR FAVOR, SAM!—

Pero Quackity hizo un movimiento rápido, haciendo otro corte profundo en la espalda de Dream, haciéndolo gritar de dolor. Le tomó del cabello y lo lanzó al suelo otra vez, no permitiendo que se moviera al dejarse caer en su abdomen, haciendo al chico escupir sangre debajo de la máscara, casi ahogándose.

—E-El día que salga de a-aquí, lo vas a lamentar, Quackity— al borde del colapso, todavía maldijo. —Voy a a-arrancarte esas bonitas alas tuyas—

Quackity rio, batiendo sus alas con vanidad, sintiéndose poderoso al tener a Dream, uno de los hombres más peligrosos y temidos, debajo de él. —Es una pena que se manchen con sangre de una basura como tú— se acercó peligrosamente hasta su rostro y lanzó un golpe, haciendo gritar a Dream y rompiendo aún más la máscara. —Nunca vas a salir de aquí, es imposible... Creaste este sitio para que nadie pudiera escapar jamás, tú mismo lo sabes—

Dream se carcajeó, riéndose mientras sangraba de nariz, boca y ojos. —¡Aunque no sea yo, alguien más ira por ti! Te has convertido en la misma mierda que yo, Quackity— volvió a reaccionar, sonando cada vez más desquiciado. —Enemigos hay por todas partes, pero espero yo mismo encargarme de regresarte todo lo que me hiciste... Me asegurare de ello—

Antes de cualquier otra palabra, Quackity golpeó con su empuñadura el rostro de Dream, una y otra vez, tantas veces seguidas sin querer detenerse, terminando de romper la máscara y golpeando los fragmentos para clavarlos en su piel. Los golpes llevaban tanta fuerza, Dream todavía gritaba ante el sufrimiento, ahogándose su voz por toda la sangre que le empapaba la cara, sin dejarlo respirar.

Lagunas ; Quackity | Karmaland & DSMP |Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora